Siempre ha sido así. Los estadounidenses tienen una característica que por estas tierras llamamos doble moral. Rick Remender lo ha vivido en sus propias carnes, tras una desafortunada escena hace una semana que ha dado pie a todo tipo de confusiones y de reacciones en cascada, sin que nadie se parase a ver si tal vez el guionista no fuese realmente el sucio pervertido que todos decían que era.
Los hechos.
En el número 22 del actual volumen de la serie Capitán América, que además dibuja el patrio Carlos Pacheco, tiene lugar una escena en la que Sam Wilson, también conocido como el Halcón, tiene un encuentro sexual con Jet Zola, la hija de Arnim Zola, supuestamente de 14 años de edad. Wilson se pasa con el alcohol y bajo sus efectos (qué mala suerte, nunca me he despertado junto a un pivón después de una borrachera, como en las pelis y cómics) tiene un encuentro piel con piel con la hija del monitor LCD con piernas. Al, supuestamente, ser menor de edad, los norteamericanos no tardaron en rasgarse sus vestiduras y decir que Wilson había violado a una menor, comportamiento completamente inaceptable. Fue así como se corrió como la pólvora el hashtag «fireRickRemender», comenzando así un movimiento para salvaguardar la poderosa moral americana.
Y es que, como decía en la introducción a este artículo, si hay algo que les gusta a los americanos es la doble moral, esto es, que en una película, serie de TV o cómic puede aparecer toda la violencia (todo lo explícita que se quiera) que un autor necesite para su historia, pero ¡ojo! si quieres añadir una escena de sexo la moral americana debe ser protegida a capa y espada, llevándose por delante a todo aquel que ose amenazar su integridad.
Los antecedentes: El comic code.
Esto no es nada nuevo: En 1954 la Comics Magazine Association of America creó la Comic Code Authority, una asociación que supervisaba las historias que se publicaban, paralizando su lanzamiento a la venta pública en caso de incluir contenido poco apropiado, por inadecuado (sexo, violencia…). Esta censura vigilaba que no apareciesen comportamientos inapropiados, y que las autoridades siempre quedasen representadas como fuerzas respetables que no pudiesen generar ninguna duda con respecto a su integridad.
Una de las primeras repercusiones en el cómic superheróico, o al menos una de las más sonadas, fue una historia que escribió Stan Lee en la serie The Amazing Spiderman (números 96-98) en la que se criticaba el abuso de drogas. La Comic Code Authority rechazó la publicación de dicha historia alegando que no se debía hacer una referencia a las drogas. Lee les plantó cara y decidió publicar la historia sin el sello de aprobación del organismo. Paradójicamente, fue una historia muy vendida y con gran aprobación por parte de la crítica.
El resumen de directrices era el siguiente:
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Los crímenes nunca serán presentados de modo que creen simpatía por el criminal, promuevan desconfianza de las fuerzas de seguridad o inspiren a desear imitar a los criminales.
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Si el crimen es representado, lo será como una actividad sórdida y desagradable.
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Los criminales no serán presentados como glamurosos o que ocupen una posición que cree el deseo de emularlos.
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En cada momento el bien triunfará sobre el mal y los criminales serán castigados por sus acciones.
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Las escenas de excesiva violencia serán prohibidas. Las escenas de tortura brutal, el excesivo e innecesario uso de pistolas y cuchillos, la agonía física y los crímenes sangrientos y truculentos serán eliminados.
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Ninguna revista de cómics usaran la palabra horror o terror en su título.
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Todas las escenas de horror, demasiado sangrientas o repelentes, la depravación, la lujuria, el sadismo y el masoquismo no seran permitidos.
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Todas las ilustraciones repelentes y soeces serán eliminadas.
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La inclusión de historias sobre tratos con el Mal serán usadas o publicadas solo cuando su intención sea ilustrar moralmente y no en caso que el Mal se presente atractivo ni cuando se dañe la sensibilidad del lector.
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Las escenas que traten con, o con instrumentos asociados con muertos vivientes, tortura, vampiros y vampirismo, ghouls, canibalismo y licantropismo están prohibidas.
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La profanación, obscenidad, el lenguaje soez, la vulgaridad o palabras o símbolos que puedan adquirir significados indeseables están prohibidos.
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La desnudez en cualquier forma está prohibida, así como poses indecentes o inapropiadas.
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Las ilustraciones sugerentes o libidinosas o en poses sugerentes son inaceptables.
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Las mujeres serán dibujadas realisticamente sin exageración de ninguna cualidad física.
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Las relaciones sexuales ilícitas no serán retratadas ni insinuadas. Las escenas de amor violento, así como anormalidades sexuales son inaceptables.
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La seducción y la violación nunca serán mostrados o sugeridos.
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La perversión sexual o cualquier inferencia a lo mismo esta estrictamente prohibido.
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La desnudez con intenciones prostituidoras y posturas salaces no serán permitidas en la publicidad de ningún producto; Las figuras vestidas nunca serán presentadas de modo alguno que sean ofensivas o contrarias al buen gusto y a la moral.
Por muy grotesco que parezca, algunas directrices como la referente a la representación de la homosexualidad, seguían vigentes a principios de los 90…
FireRickRemender.
El caso es que si los hechos fuesen como parecían, en los que el héroe tiene sexo con una chica de 14 años sería realmente reprobable. Pero la respuesta se encuentra en el mismo cómic, en el que la propia Zola deja claro que tiene 23 años de edad.
Un hecho realmente insólito, porque con lo lentos que envejecen los personajes en el mundo del cómic, estamos ante un caso inusual, ya que las primeras apariciones de la hija de Zola dejaban claro que tenía unos 14 años y que haya envejecido 9 años en tan poco tiempo es algo excepcional, sobre todo teniendo en cuenta cómo envejecen otros personajes como Franklin y Valeria Richards como máximos exponentes de la eterna juventud.
El propio Pacheco no tardó en apoyar a su guionista en las redes sociales y criticar esa doble moral americana. Porque el asunto no se quedó donde debiera y que alguien recordase que la joven no era menor de edad, sino que fue más allá añadiendo un componente de racismo a las críticas, al tratarse de un personaje de color el que había llevado a cabo tan reprobable comportamiento.
Tom Breevort, editor de Marvel ha publicado una respuesta en su tumblr en el que muestra su apoyo a las víctimas de abusos sexuales, pero por otro lado critica fuertemente a aquellos que aprovechan este tipo de temas para llevar a cabo campañas de desprestigio como estas.
Me temo que este caso que ha quedado en un simple malentendido no será el último. Será mejor que la próxima vez Sam Wilson le corte el cuello a la chica y se muestre cómo muere desangrada sin piedad en el suelo. Seguro que no despertará tantas críticas como en este caso…