Prácticamente desde su principio, Please Save My Earth ha sido una serie que ha intercalado escenas de las dos líneas temporales en las que se desarrolla la historia. Tenemos por un lado los jóvenes japoneses que están teniendo los sueños de la Luna, y por otro la vida de los científicos alienígenas que se han reencarnado en ellos. Pero en esta ocasión tenemos un cambio: los dos últimos tomos de la edición de Panini están centrados, cada uno, íntegramente en una de las ambientaciones de la historia. El sexto se dedica a la misión de la Luna y el séptimo al presente en Japón.

Ya nos hacíamos a la idea de que los últimos tiempos de los científicos alienígenas en la Luna no tenían que haber sido precisamente fáciles. Estar aislado, casi exiliado, en una base a una enorme distancia de tu hogar, que no sabes si vas a volver a ver, es la receta perfecta para la alienación. Más aún si vives confinado a un espacio cerrado y en un grupo de tan solo siete personas que no eran precisamente un grupo de amigos anteriormente. Alguno de ellos fue seleccionado por el gobierno, como Mokuren la Kiche Sarjaliana, y otros se conocían antes de viajar a KK-101, como Shion y Gyokuran, que estaban enfrentados desde mucho tiempo antes por Coco, una mujer que fue pareja de ambos. Shion es una persona dañada, que ha tenido una vida difícil desde su más tierna infancia. En tomos anteriores nos contaron que es un huérfano de guerra, pero su amargura le hace querer hacer daño a todo el mundo que le rodea. Ya en la base de la Luna, Shion está constantemente atacando a Mokuren, llegando incluso a violarla, lo que ella procesará con una reacción inesperada.

La parte del presente también tiene sus momentos inquietantes. Rin Kobayashi, el niño que es la reencarnación de Shion, es tan mal bicho como su vida pasada. Pero en lugar de atacar directamente a quien le provoca malestar por el motivo que sea, utiliza la manipulación. Nadie sabe quién es realmente Rin, nadie sabe cuál es su objetivo -ni siquiera el lector, más allá de querer recopilar las contraseñas que los siete científicos tenían de la base lunar- y, parece, nadie sabe que este niño es la serpiente del Edén. Desde luego, no ayuda el hecho de que ninguno tenga recuerdos claros y completos de su vida pasada, y en este séptimo tomo se empiezan a plantear dudas entre los chicos del presente. ¿Son reales los sentimientos que tienen unos por otros o son heredados de sus vidas pasadas? ¿Jinpachi está realmente enamorado de Alice o es un recuerdo de los sentimientos de Gyokuran por Mokuren?

Please save my Earth es una serie muy interesante, pero comercialmente no parece estar yendo muy allá. Hasta ahora, Panini la estaba editando con periodicidad bimestral, pero tras la reestructuración del Back to basics recientemente anunciada ha pasado a ser trimestral. Aún así, parece una buena noticia: aunque no termine de funcionar, van a hacer lo posible para que esta edición concluya. Sólo quedan ya cinco tomos para llegar al final.