Los prejuicios no siempre son algo negativo. Aunque sean ideas rápidas e infundadas, nos ayudan en el día a día en la toma ágil de decisiones. Si escuchas veinte canciones de reguetón y resulta -oh, ¡sorpresa!- que te han parecido un auténtico espanto, no vas acercarte a la número veintiuno de ese género por muchos millones de reproducciones que tenga en Spotify. Pero también pueden ir en la dirección contraria. Seguro que ante las palabras «shōjo manga» más de un lector varón maduro pensará que va a ser un tebeo ñoño para niñas y no se acercará. Y puede que alguno entre en esa categoría, pero prejuzgando de esa forma se estaría perdiendo obras del nivel de Please Save My Earth.
Aunque por demografía sea un shōjo, Please save my Earth es una historia de ciencia ficción por encima de cualquier otra consideración. Entramos en esta historia de la mano de Alice Sakaguchi, una chica muy tímida que no termina de integrarse bien entre sus compañeros del instituto, e incluso se siente totalmente avasallada por un vecino suyo de tan solo siete años. Alice tiene una peculiaridad: es capaz de entender a las plantas y a los animales, lo que nos deja claro desde el primer momento que no estamos ante una historia convencional.
Alice tiene dos compañeros de clase, Jinpachi e Issei, de los que ella sospecha que son pareja en el armario, pero la cosa es mucho más compleja. Parece ser que ambos comparten un sueño todas las noches, un sueño en el que son otras personas, y que contemplan la Tierra desde la Luna. Y uno de ellos tiene la sensación de conocer a Alice de antes. Pero en el sueño hay más gente, con lo que no es descartable que haya más personas en el mundo de la vigilia que lo esté compartiendo con ellos.
Saki Hiwatari nos ha traído en Please Save My Earth una serie fascinante. Aún teniendo un estilo visual bastante característico en el shōjo, se aleja del estereotipo de serie de amoríos de instituto habitual en esta demografía. No teniendo una narración especialmente eficaz, pero tampoco confusa, consigue mantener al lector interesado en la historia que está contando.
De esta autora, además de las ediciones previas de Please Save My Earth, se han publicado en castellano Global Garden, editada en 2005 también por Panini, y dos spin-offs de PSME, Envuelto por el resplandor de la luna (sólo dos tomos de los quince japoneses) e Imposiciones del destino, ambas editadas por Mangaline.
La edición original consta de 21 volúmenes tankōbon, recopilados posteriormente en 12 bunko-ban de más de trescientas páginas, que Panini ha tomado como base para su edición en castellano, de periodicidad bimestral. Como extras al final de este primer tomo se incluyen una colección de ilustraciones de la autora, con el título de Hana to Yume (flores y sueños).
Esta serie ha sido publicada previamente en dos ocasiones, una de ellas incompleta, por la desaparecida editorial Mangaline. La primera, entre 2001 y 2002, sólo llegó hasta el séptimo tomo y con una calidad bastante baja. Entre 2005 y 2006 fue publicada de nuevo, comenzando de nuevo desde el principio, pero corrigiendo los múltiples errores de la edición anterior, y llegando hasta el final en la edición de 21 tomos.
Este primer volumen de Please Save My Earth nos deja con dos sensaciones muy claras. La primera, que el alcance de la historia es mucho más amplio de lo que hemos visto en estas primeras trescientas páginas. Y la segunda, que la autora se lo está tomando con mucha calma para presentarnos lo que está ocurriendo. No quiere decir que tenga un ritmo similar al decompressive storytelling norteamericano, pero no es precisamente trepidante. Para una serie tan larga, es necesario asentar bien la información presentada para que el lector no se pierda. De momento, está claro que ha conseguido picarnos la curiosidad para seguir con la serie. Y para ver qué es el cataclismo del que hay que salvar la Tierra, que de momento no hay información al respecto.