La verdad es que El Murciélago sale a por birras es casi lo último que se me hubiera pasado por la cabeza de la mano de Álvaro Ortiz y Astiberri. Quien haya leído otras de sus obras como Cenizas, Rituales, Murderabilia o Dos holandeses en Nápoles, tiene en la cabeza el Arte, la Existencia y toda suerte de altos conceptos que, aunque despojados de esnobismo, están en sus obras… pero no aquí.
Lo mismo Astiberri. ¿Quién iba a esperar un cómic de Batm… digo de El Murciélago? Además, ¡que Astiberri tiene ya un caché para venir a tirarlo por los suelos, hombre! No me vale la excusa del humor porque aparezca bajo el sello ¡Caramba! El Murciélago sale a por birras es el tebeo que podría haber hecho un adolescente puesto de vaya usted a saber qué… y por eso es tan divertido.
Todo esto surge como quien dice antes de ayer. Fruto de la cuarentena, Álvaro Ortiz comienza a publicar unas tiras en sus redes sociales y antes de la llamada “nueva normalidad” ya las tenemos en papel en la calle. La premisa es tan sencilla como nos dice el título, El Murciélago sale a por birras. Brus Wein se queda sin cerveza una noche en plena cuarentena. A partir de toda la mitología de B… Murciélago irá pasando por aquí: Alfredo, el comisario, su amiguita la gata, Rúben (su compañero adolescente), los villanos del Asilo Arkada y hasta un par de miembros de cierta trinidad. Todo esto se adereza con una serie de asesinatos que le sirven de excusa para ir de aquí allá buscando birra desesperadamente. Además habrá hueco para policías de balcón, Tiger King y demás animales de cuarentena.
La verdad es que el humor de Álvaro Ortiz en El Murciélago sale a por birras no es ingenioso ni elaborado, pero de algún modo te contagia lo bien que se lo pasa en toda esta improvisación. Medio en serio medio en broma decía un poco más arriba que éste es el tebeo que podría haber salido en una noche de borrachera entre colegas… si cualquiera de tus colegas supiera dibujar historias como lo hace Álvaro Ortiz y, sí, vale, son monigotes, pero hay que saber dibujar muy bien para contar una historia como la cuentan estos monigotes.
Quien conozca el estilo gráfico de Álvaro Ortiz de alguna de sus otras obras, ya sabe por dónde van los tiros. Si cabe en este caso es incluso mucho más exagerada. Más allá de la síntesis que le suele caracterizar en lo gráfico, en El Murciélago sale a por birras pierde esa limpieza y ese orden de sus trabajos a color para algo mucho más rápido, anárquico y descuidado, exactamente en la misma línea de loca improvisación de la historia. Para la edición en papel se han añadido grises y tramados, pero no por ello se rompe esa idea de locura rápida en retícula de cuatro viñetas pensada para poder ser leído incluso desde el móvil.
Nos queda al final una tontería muy divertida, como una peli de porros, con un montón de homenajes a Dark Knight Returns, Batman v Superman, Watchmen o… Perdón, quiero decir sin ningún homenaje a nada. Son 10 euretes por 128 páginas de buen rato que vienen con un posavasos marcapáginas, pero vosotros mismos. También os lo podéis gastar en birra.