El “no more mutants” pronunciado por la Bruja Escarlata en Dinastía de M redujo drásticamente el número de gente X. El homo superior se veía abocado a la extinción por primera vez (la segunda está siendo ahora, con todo este tema de las nieblas terrígenas y la desafortunada irrupción de los Inhumanos). En tales circunstancias desesperadas, Scott Summers se erige en la figura salvadora y mesiánica que los mutantes necesitan. A modo de Moisés genético, Cíclope guía a su pueblo hasta la tierra prometida, que en el contexto del Universo Marvel toma el nombre de Utopía: Una isla a la vera de la ciudad de San Francisco donde la diezmada población mutante encuentra su último reducto. La Patrulla X vive sus horas más bajas, hasta que Hope Summers entra en escena y todo el mundo recupera la esperanza. El crossover Advenimiento marca un punto y aparte a partir del cual los mutantes se vuelven a colocar en la línea de salida; Han estado al borde de la desaparición, y en Patrulla-X: Cisma sus miembros más destacados van a tener que adoptar una postura sobre qué hacer al respecto.

Guion: Jason Aaron.
Dibujo: Carlos Pacheco, Frank Cho, Daniel Acuña, Alan Davis y Adam Kubert.
Editorial: Panini Cómics.
Formato: Libro en tapa dura. 192 páginas.
Contiene: X-Men Schism 1-5 y X-Men: Regenesis USA
Precio: 18.95 €.

Como bien comenta Julián Clemente en la introducción del tomo que hoy tenemos entre manos, el universo mutie (odiado y temido) originalmente se ha debatido entre la visión pacifista de la convivencia entre humanos y mutantes del Profesor Xavier y la postura más beligerante de la supervivencia del más fuerte defendida por Magneto. Martin Luther King, Malcom X y derechos civiles, podría decirse, al menos en los inicios del conflicto. La posición enrocada de Xavier y las lógicas idas y venidas de Magneto, de terrorista psicópata a defensor proactivo y enérgico de la causa, marcaron varias décadas de historias mutantes. No obstante, en el siglo XXI estos papeles los van a interpretar dos personajes distintos. Cíclope y Lobezno encarnan ahora las dos posiciones mayoritarias entre los supervivientes genéticos. Cíclope prefiere organizarse de forma casi militarista e involucrar a todo el mundo, a los chavales también. Convertir Utopía en un bastión que garantice la seguridad y la supervivencia de la especie. Lobezno, quién lo iba a decir, apuesta por normalizar las cosas y seguir viviendo. Precisamente en Cisma vamos a comprobar cómo las posturas de ambos saltan por los aires.

El presente volumen recoge los cinco números USA de la serie limitada Cisma, guionizada por Jason Aaron y dibujada por 5 artistas distintos, más el one-shot titulado Regénesis, escrito por Kieron Guillen. Por aquel entonces (hablamos del 2011) Jason Aaron había adquirido cierta popularidad entre los fans de la franquicia mutante gracias a su trabajo en Lobezno. En Cisma, el escritor norteamericano desarrolla una historia sencilla y, la verdad, no demasiado original, fundamentada en el miedo anti mutante de toda la vida y con centinelas de por medio. El planteamiento sirve como excusa para mostrar interesantes escenas de acción, y para encaminarlo todo hacia el punto álgido de la función: la inevitable pelea entre Lobezno y Cíclope. Cuerpo a cuerpo y a mano abierta, como aquella vez con Claremont y Byrne (y como en aquella, no acabo de entender como Lobezno no se impone más fácilmente en la melé). Después cada uno por su lado, como se puede comprobar en Regénesis, al final del tomo. El caso es que el resultado de la contienda dio lugar a una de las series mutantes imprescindibles de los últimos tiempos: Lobezno y la Patrulla X. Una especie de Harry Potter con superhéroes adolescentes cargado de imaginación y sentido del humor absolutamente delicioso, también por Jason Aaron. Junto con Imposibles X-Force, quizá, las dos últimas grandes series de una franquicia hoy día condenada al ostracismo.

Los tiempos de Cisma están marcados por el editor Nick lowe y la vuelta a los crossovers. La serie limitada contiene algunos hallazgos, como esa sección infantil del Club Fuego Infernal que daría tanto juego en lo sucesivo, pero sobre todo destaca por la calidad de los artistas que circulan por sus páginas. Carlos Pacheco (¿dibujando a Rubalcaba?), Frank Cho, Daniel Acuña (soberbio), Alan Davis (imperial) y Adam Kubert se encargan de un número cada uno. Ahí es nada.

En definitiva, un tebeo entretenido que satisfará a los fans de toda la vida de la franquicia mutante. Esos mismos que estamos pasando las de Caín con el nuevo rumbo de las series -Inhumanos y Masacre mediante-, todo el rato refunfuñando con los brazos extendidos al cielo. Entre Marvel y la Fox la mataron y ella sola se murió.