Jirobê Sakura (57 años), 38 años de leal servicio como shinobi. Tarôbê Koi (61 años), 41 años ejerciendo de dôshin en la ciudad de Edo. Dos hombres que tras toda una vida dedicada a un leal propósito se encuentran por casualidad y emprenden juntos una nueva vida. Ahora que por fin parecía que la primavera había llegado de la mano de Orise y Oriku, una fría tormenta de nieve se abalanza sobre ellos. Impotentes, Jirobê y Tarôbê dejarán atrás Edo dispuestos a provocar la ira de Buda y de Dios a la espera de que recaiga sobre ellos un castigo.
Los protagonistas de este atípico seinen de samuráis, Jirobê y Tarôbê, son dos hombres de avanzada edad que viven una segunda juventud al librarse de las ataduras de sus compromisos profesionales y morales. Al redescubrir la libertad y el amor, parece que todo es de color de rosa en las vidas de estos “ancianos” (en aquella época, llegar a esa edad te convertía en uno). No obstante, no hay primavera sin tormentas, y eso es lo que cae sobre las vidas y los corazones de nuestros protagonistas. Las grandes pérdidas que sufren en este volumen les llevan a renegar de Buda y los dioses, y deciden llevar una vida de pecado y maldades para que los dioses les castiguen y les borren de la Tierra.
Y para empezar, ¿qué hay más ofensivo que orinar y defecar sobre estatuas de Buda? Nuestros protagonistas se dedican a recorrer los caminos buscando templos sobre los que practicar estos sacrilegios, lo que les llevará a correr distintas aventuras, de las más serias a las más hilarantes, siempre con la vista puesta en pecar lo más posible para provocar la cólera de Buda. No obstante, estos hombres tienen un gran corazón, y sus esfuerzos por ser lo más malvados posible no siempre tienen los resultados deseados, con lo que este Breaking Bad made in Japan resulta más cómico que terrible (con la posible excepción del último acto de este volumen, pero eso os dejaré que lo descubráis vosotros mismos).
Kazuo Koike, maestro del manga con décadas de experiencia a sus espaldas, alterna el humor con el drama en este volumen lleno de tantos momentos cómicos como tristes, reflejando las tragedias de estos dos hombres de cuerpos fuertes pero corazones frágiles, que han sufrido hasta el punto de perder el aprecio por sus vidas y sus almas. En este volumen, Koike también pone en boca de sus personajes abundantes juegos de palabras, principalmente intraducibles al castellano, que sólo podemos apreciar por las notas al pie de la traductora Yasuko Tojo. El dibujo de Goseki Kojima, impecable como siempre, acompaña a la perfección las palabras de Koike. Dibujos llenos de fuerza en los momentos clave, transmiten y hacen verosímil el sufrimiento de los personajes. Las escenas más crudas del libro están narradas de tal forma que su dolor nos acompaña y llegamos a vivirlo como propio.
Con este tercer volumen publicado por ECC Ediciones llegamos al ecuador de esta serie de seis números. Tras lo que hemos visto hasta ahora, cuesta imaginar lo que Koike y Kojima nos tienen reservado para los tres siguientes pero sin duda será algo a la altura de lo que hemos leído durante estos últimos meses. Los reyes del manga de samuráis nunca decepcionan.
