Empiezas a leer un álbum de un autor que te han recomendado en más de una ocasión pero al que nunca has prestado la atención que se merece. Un álbum publicado originalmente en 1980, hace casi cuarenta años, pero ambientado en 2023, de aquí a nada. Y lo primero que te encuentras es que Francia en ese futuro a la vuelta de la esquina está gobernada por un régimen fascista. Y claro, teniendo en cuenta el resurgir de la ultraderecha que llevamos viendo en Europa a lo largo de los últimos años, ya quedas inevitablemente enganchado. Enhorabuena, señor Bilal. Tiene usted toda mi atención.

Sigues leyendo y pronto te das cuenta de que La Trilogía Nikopol no es un ensayo de política-ficción, aunque también toque ese tema de pasada. Podríamos decir que estamos ante una historia de ciencia ficción que reflexiona sobre un buen puñado de temas de la sociedad en la que vivimos, como hace la ciencia ficción de calidad, y la política es sólo uno de ellos.

La idea detrás de esta saga parte de la vuelta a la Tierra de Alcide Nikopol, un desertor que fue condenado a no menos de veinte años exiliado por el espacio en estado de hibernación por negarse a participar en una guerra contra China y Japón, y el estado en el que se encuentra el mundo que abandonó es totalmente irreconocible. No sólo París está controlado por un gobernador abiertamente fascista, es que además flota por encima de la ciudad una nave espacial con forma de pirámide cuyos tripulantes son los dioses de la mitología egipcia, jugando con la hipótesis de los antiguos astronautas de Erich von Däniken. Uno de ellos, Horus, se encuentra con un Nikopol que no ha terminado de aclimatarse a la nueva realidad, y juntos colaboran para intentar derrocar al régimen jugando a su mismo juego, mientras el resto de los dioses pasan el rato en su nave jugando al Monopoly.

La idea de “trilogía”, de todos modos, hace pensar en una historia que va a ser contada en tres álbumes… y no es exactamente así. Mientras que Alcide Nikopol y Horus son los protagonistas indiscutibles de la primera parte, La feria de los inmortales, pasan a ser parte del telón de fondo de las historias de los otros dos álbumes. Así, La mujer trampa se centra en Jill Bioskop, una periodista que escribe sobre sucesos de su presente y envía a través del tiempo hacia el pasado mediante un dispositivo llamado Script-Walker, y en Frío Ecuador el eje de la historia está en el hijo de Alcide Nikopol y su viaje a una ciudad africana con un microclima helado.

Los que ya hayan leído otras obras de Bilal se van a encontrar algo que va en una línea muy parecida. Un dibujo preciosista, tanto que a veces la contemplación de las páginas hace que te despistes de la historia que te está contando y tengas que volver atrás para releerlo todo de nuevo, un color como hay pocos en el mercado y una historia plagada de giros inesperados, con un ambiente un tanto irreal flotando a lo largo de la misma, con reflexiones aquí y allá sobre el mundo real, como  la corrupción política, la degradación moral o los problemas medioambientales. No es una lectura fácil que se pueda afrontar en piloto automático, requiere una disposición activa por parte del lector para poder profundizar en la complejidad de una historia que muchas veces insinúa más de lo que cuenta.

La Trilogía Nikopol ha sido adaptada a dos productos multiplataforma. Hay una película de 2004, Immortel (ad vitam) (no, no la busques en castellano, no ha sido traducida), dirigida por el propio Bilal y que mezcla acción real con animación, y un videojuego para PC de 2008 llamado Nikopol: Secrets of the Immortals, producido por la desarrolladora francesa (ya cerrada) White Birds.

Enki Bilal es uno de los grandes autores de la BD franco-belga, sin medias tintas. El gran problema que tiene este autor es su extrema lentitud. La primera parte de La trilogía Nikopol vio la luz en 1980, y la última en 1992. Doce años para completar una historia de en torno a doscientas páginas es un plazo demasiado largo para el lector medio, pero este integral que ha editado Norma es una ocasión perfecta para poder leer de una sentada una de las grandes obras maestras de la historia del cómic europeo.