Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

La JSA (TOMO 4) vivirá para siempre.

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Los cómics de la JSA tienen algo especial que otros no logran conseguir: que no pase nada. Que no se entienda mal, es un no pasa nada relativo. La mejor forma de explicarlo es recurrir a la serie Seinfeld, sin duda la mejor sitcom de la televisión americana en años.

En uno de los episodios el protagonista acude a vender la idea de un programa basado en su propia vida (¡viva el metalenguaje!) y la premisa es que no versa sobre nada en absoluto. No es cierto, claro, y lo que quiere decir es que será sencillamente sobre su día a día y las anécdotas que pasan en el mismo. No se buscará una reflexión o dar un mensaje al final de cada episodio.

Eso es más o menos lo que sucede con las mejores historias de la JSA, que no tratan realmente sobre nada, sencillamente se dejan llevar por las historias haciendo que lo más importante de estas no sea el lado superheroico y en cambio el peso fuerte lo lleve la interactuación de personajes.

No hay que olvidar que en esencia este supergrupo es una familia formada a través de viejos amigos, los hijos y nietos de estos y algunos allegados que han recogido el legado de justicieros ya retirados (o fallecidos). Esa es la clave, el concepto de legado. Quizá lo más relevante para este equipo, ya que su misión no es solo combatir el mal (lo que más o menos debería resumir a toda formación de héroes), es educar y entrenar a la siguiente generación para lograr que sean los mejores defensores que puedan.

Es cierto que en ocasiones estas ideas que beben por completo de la edad de oro se nos pueden mostrar algo inocentes o un poco simples, pero el día a día en la vida está lleno de elementos sencillos que solo son complicados cuando se ven todos de forma unitaria. Todos estos hechos están bien claros en la mente de los autores, entre los que (como siempre) destacan con nombre propio Geoff Johns y David Goyer, aunque no sean los únicos que meten mano en este recopilatorio.

Gracias a su buen hacer el lector se encontrará ante unos personajes bien definidos, sin lugar a grises y en que lo importante son las relaciones entre ellos. Así el retorno de Johnny Thunder está lleno de nostalgia y melancolía, con el resultado que todos conocemos cuando el genio salve su vida uniendo su alma a la de su antiguo amo y amigo, o la sustitución de Canario Negro por Power Girl cuando la primera deje el grupo para enfrentarse con su propia vida.

Estos momentos, entre otros, son los que conforman toda la parte humana de las historias. Los actores de esta obra de teatro se alegrarán, sufrirán, dudarán y al final del día tendrán que reflexionar sobre si lo que han hecho es lo que debían hacer. Exactamente igual que cualquier hijo de vecino. Pero que nadie se confunda y piense que la parte de aventuras no está presente o no es de calidad, nada más lejos.

Si es cierto que la JSA se caracteriza por esa idea de familia y viejos amigos, también lo es que es el supergrupo más veterano y por tanto está bien curtido en peleas con seres poderosos. En este tomo además recuperando a la siempre temible figura del Ultrahumanita, que llega a estar más cerca que nunca de sus planes y se muestra más osado que en mucho tiempo. No será el único villano que acuda a la cita también estará Icicle (Jr.), quizá uno de lo mejores exponentes de esta idea de legado pero traspasado al lado del mal, además de alguno no tan brillante como un loco enamorado de la bella y poderosa Power Girl.

Aventuras, emoción, relaciones humanas, guiños, referencias… Poco más se puede pedir para una buena lectura veraniega.

La JSA vivirá para siempre.