Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

La Horda de Oro. Integral.

La Horda de Oro. Integral.
Guion
Blanchard, Duval y Pécau.
Dibujo
Kordey y Guéra.
Color
Jean-Paul Fernández.
Formato
Tapa dura. 29x22 centímetros. Color. 112 páginas.
Precio
24 euros.
Editorial
Ponent Mon. 2019.

Saludos, queridos lectores. Aquí estoy, preparando el pago del tributo a nuestros señores mongoles. Menos mal que aceptan el pago en reseñas, que si no… Hoy reseñaremos La Horda de Oro, que cabalga a través de Europa de la mano de Ponent Mon.

Este integral recopila dos tomos europeos que desarrollan una ucronía. ¿Y si el Gran Khan no muriese, forzando de esa manera a detener las campañas de invasión de Europa? ¿Y si los líderes mongoles no volvieron a casa para elegir al nuevo Gran Khan?¿Y si Viena cae, y luego Roma?

Estas preguntas se las hicieron los señores Blanchard, Duval y Pécau mientras preparaban los guiones. Luego le pasaron las crónicas de esta Europa a Kordey y Guéra, que ayudaron (con sus dibujos) a los mongoles a derrotar a los diferentes ejércitos de la Europa medieval, Jean-Paul Fernández lo coloreó todo.

La Horda de Oro es una historia curiosa. Sin dejar de ser una historia de guerras y viajes, es también una historia de religión, fanatismos y odios al nivel del hombre de a pié. Algo que no solemos ver mucho en los cómics históricos.

Dice Köning, citando a G.R. Taylor, que «no es para nada exagerado sostener que la Europa de la Edad Media era una especie de gran manicomio». Y entre batallas e invasiones, nos quedará la idea de un mundo movido por la religión. O por la interpretación que de ella hace cada uno.

El guión condensa en unas páginas de rápida lectura un viaje que atraviesa casi todo el mundo conocido. Toda Eurasia. Y a nuestros protagonistas los seguirán las intrigas, los odios, las traiciones. De diferente tipo según la cultura que los rodee, pero mostrándonos un mundo sucio y traidor.

No tendremos nunca descanso. La muerte y el odio nos persiguen y nos esperan en todas partes. Vivimos en un mundo donde una diferencia al adorar o rezar al mismo dios puede hacer que te maten.

Estamos ante el viaje de una vida. No solamente porque mucha gente en el siglo XIII no viajaba nunca o solamente una vez; sino porque este viaje puede cmabiar tu vida. O acabar con ella. Y como en todos los viajes, dejamos gente atrás. No volveremos a verlos.¿O si?

La historia principal se entrecruza con varias subtramas, pero no nos llegamos nunca a perder ni a quedarnos con la sensación de que los autores se han perdido. Es cierto que han dejado pequeñas semillas que podrían alargarse y explorarse. Pero así es, literalmente, la vida. ¿Qué pasa con la gente a la que hemos visto en el metro cuando nos bajamos?

Tendremos también escenas sueltas, que amplían el mundo y dan realismo a la trama, pero que son parte del decorado. Muy bien contadas, eso sí. Esto no solamente no es malo, sino que hace que nos creamos más  el viaje, pues el mundo vive y respira más allá de los protagonistas.

Quizás el principio de la historia se haga un poco confuso, porque tardamos en descubrir el punto de inflexión que ha cambiado la historia.  Ese punto de inflexión que para los protagonistas nunca ha existido, pues la suya es la historia real.

El dibujo refleja el tono de la historia. Sucio y oscuro, alejado de los cómics de aventuras más clásicos. Sobre todo me han gustado las escenas de batallas, donde el orden de viñetas y acciones se rompe para mostrar el caos y la confusión de una batalla en la época. Pero tras ese caos y confusión hay bastante más cosas ocultas.

Fijáos, por ejemplo, en la página reproducida un poco más arriba. Observad como las viñetas de mongoles y occidentales se mezclan y alternan. Observad esos arqueros en segundo plano, esa lluvia constante de flechas, esas huellas de caballo en el suelo…

Sin olvidar la escena central, que nos hace estremecernos pero sin llegar a caer en el gore.

El color huye de los tonos luminosos. Todo parece apagado y oscuro, sin esperanza ni ilusión. Hay muchas escenas nocturnas, que parecen más apagadas de lo que son y a veces dan una sensación extraña al compararlas con las que transcurren en las infinitas mesetas de Asia.

La edición no incluye extras.

La traducción del mongol antiguo (naaa, del francés :-)) es obra de Elisa Barquín Miranda.

¿Por qué leer La Horda de Oro?

Un punto de vista diferente, con monjes más que guerreros  como protagonistas. Eres fan de Guéra y Kordey.

¿Por qué no leer La Horda de Oro?

Buscas una historia de aventuras y evasión. Prefieres un dibujo más preciosista.