Corría el año 1978 y Conan vivía un momento dulce en Marvel. La serie de Conan el bárbaro ya llevaba ocho años viento en popa y, aunque La Espada Salvaje de Conan llevaba más o menos la mitad, en cuatro años ya se había establecido una dinámica meridianamente clara. Mientras Conan el bárbaro traía aquellas historias a color para todos los públicos y totalmente integradas en la maquinaria Marvel de hacer tebeos, La espada salvaje se publicaba en formato revista, en blanco y negro, con una estética más detallista y permitiéndose rebasar moderadamente el Comics Code de vez en cuando. Al menos hasta que Stan Lee tuvo otra de sus ventoleras. En febrero de 1978 y en lugar del Savage Sword #27, que tocaba ese mes, saldría Marvel Super Special #2, un tebeo con los modos de la Espada Salvaje, pero a todo color. Este y Marvel Super Special #9, la repetición del experimento el año siguiente, son los números que contiene La Espada Salvaje de Conan – Especial Color: Marvel Comics Super Special.
Por más que sean historias a color, tal como nos tiene acostumbrados la colección Biblioteca Conan, La Espada Salvaje de Conan – Especial Color contiene los dos números completos, tanto historia como extras originales, además de algún artículo y extra posterior, si bien no incluye la última historia de Red Sonja que publicaba originalmente el número 9 . Más allá del experimento, las dos historias que contiene este tomo no son especialmente destacables y siguen la dinámica habitual a la que nos tienen acostumbrados Roy Thomas y John Buscema. Sin embargo, hay algunos extras particularmente jugosos. Por un lado, tenemos que en 1978 ya se encontraba en preparación cierta adaptación fílmica de la que ya se sabía que iba a ser protagonizada por aquel tipo de origen austriaco que lo estaba petando con Pumping Iron y tenemos un interesante artículo lleno de curiosidades, que nos demuestra que el mundo transmedia ya generaba rumores hace más de cuarenta años. También es más que destacable el artículo que por primera vez ordenaba cronológicamente todas las aventuras de Conan en cómic.
No obstante, La Espada Salvaje de Conan – Especial Color es un cómic, no una revista y lo principal son las historietas. En este caso tenemos dos adaptaciones libres de Robert E. Howard bastante ajustadas al canon habitual y, si bien tienen esa inmensa energía de todo el Conan de Thomas y Buscema, nada las haría sobresalir del resto si no fuera el experimento de color. En ambas historias es Marie Severin la encargada de aplicar un color directo con técnicas prácticamente experimentales en la Marvel de aquellos años, resultando un acabado muy similar al que años después veríamos en su colección de Novelas Gráficas o algunas series de Epic Comics, con lo que podríamos considerar pioneras a las dos historias que contiene este tomo.
La primera de ellas adapta Black Vulmea’s Vengeance, una historia de Howard para otro de sus personajes, pero al tratarse de piratas, Thomas no dudará en adaptarlo para Conan. El azar y un tesoro llevarán a Conan a las ruinas de una ciudad perdida cerca de la Costa Negra, haciendo extraños aliados y enemigos por el camino. Como curiosidad y siendo Alfredo Alcalá tal vez el más barroco de los entintadores de John Buscema, podemos verlo un tanto más comedido, como dejando conscientemente sitio al impresionante trabajo de Severin.
La segunda historia nos lleva de las calles de Arenjún, en Zamora, a un templo de tiempos perdidos en busca de un tesoro… con extraños aliados y enemigos por el camino. En esta ocasión es Tony DeZúñiga el encargado de terminar los poderosos lápices de John Buscema, con un sello personal distinto que el de Alcalá, pero igualmente intachable. En esta ocasión adaptan La senda del dios manchado de sangre, una publicación póstuma del maestro tejano.
Como tirón de orejas, debo mencionar que en esta segunda historia hay un error que viene de la propia Marvel, ya que hacia el final de la historia hay una una página que en su día apareció corregida, pero en la edición de la que parte Panini para este tomo la tenemos tal como la dibujó Buscema, que pareció no darse cuenta de que el monstruo había perdido la cabeza en la página anterior y la recuperaba mágicamente en la splash para volverla a perder en la página siguiente. Lo que perdemos con un enorme WTF de raccord lo ganamos por ver el arte de Buscema sin modificar.
En fin, peleas, restos de civilizaciones y religiones ancestrales, tesoros, gente de poco fiar… obviamente quien quiera encontrar un tebeo original en este Biblioteca Conan. La Espada Salvaje de Conan – Especial Color, por mucho que sea pionero, va por mal camino, pero va por mal camino en general siguiendo Conan. Eso sí, si lo que quiere es un tebeo auténtico y rebosante de fuerza, este es su sitio.
