Saludos, queridos lectores de reseñas. Hoy habéis tenido la mala suerte de que sí haya una reseña lista. Ey, no todo el monte va a ser orégano.
Hoy tenemos un clásico para deleitar el paladar. Con vosotros, recorriendo el camino del Infierno, Lobo Solitario y su cachorro.
Lobo Solitario (LS desde ahora) es obra de Goseki Kojima y Kazuo Koike allá por… 1970. Los Magnos Dirigentes de esta web ni siquiera habían nacido entonces.
¿Y no es algo antiguo para merecer una reseña? Pues no. Se trata de una de esas obras que siempre se dice que hay que tener leídas, pero nadie lee. Como los clásicos literarios que nos mandaban en el colegio.
Hoy, de forma excepcional, empezaremos la reseña con la opinión acerca de si leerla o no. Y la razón es que la reseña en sí misma va a estar llena de lo que se llama spoilers (bueno, la obra tiene 45 años, seguro que os esperabais que la gente sepa ya su final). De esta forma si os pica el gusanillo, podréis leerla sin saber lo que va a suceder.
¿Por qué leer LS?
Es realista en dibujo e historia (bueno, casi siempre). Es el ideal de manga de samurai y luchas. Inspiró el Daredevil de Miller.
¿Por qué no leer LS?
Es realista y cuenta una historia triste y deprimente. Largo (8000 páginas y NO se me ha escapado un cero de más), caro y quizás no sencillo de adquirir.
Y ahora a recorrer el meifumadō con Itto.
Lobo Solitario es una serie sobre la venganza de un hombre al que se lo han robado todo. Familia, honor, rango… Todo, excepto su habilidad con la espada. Y la va a usar, vaya si la va a usar. El suelo va a quedar cubierto de cadáveres…
La serie transcurre a lo largo de tres años, y salió en español en 20 tomos de unas 400 páginas. No es una lectura rápida. Puede dividirse la historia en dos partes.
La primera es la trayectoria como asesino de Itto (él y yo nos tuteamos). Vemos historias muy similares en su forma, donde alguien contrata a Itto (tras pagar y explicar por qué desea una muerte, la aceptación no es automática) y éste se encarga del contrato. Mezclados con estos “asesinatos de la semana” se nos ofrecen retazos de la vida cotidiana y del pasado de Itto.
Aún así, para mí es la mejor parte de la historia. No se hace pesada, siempre hay personajes nuevos y una faceta diferente de la sociedad del Japón de mediados del siglo XVII. De todas maneras, nunca he llegado a ver lógico el sistema que usa Itto para conseguir contratos. Me trae un dejavú de aquello del Equipo A: «Si usted tiene algún problema y si los encuentra, tal vez pueda contratarlos»
Hay escenas crudas, muy crudas y dolorosas. Como cuando el niño daimyo debe “ser ayudado” a hacerse el harakiri. Vemos aquí a un Itto casi tierno, que evita con su propia mano que el niño se deba abrir el vientre… matándolo él. Para mí, la mejor de las historias es cuando este ronin, de alta clase samurai; se pone a plantar arroz sin que nadie sepa la razón. A diferencia de otras veces, evita el enfrentamiento con las fuerzas del orden. Nadie muere. Planta arroz y luego se marcha… tras dejar enterrado en su tierra natal un mechón de pelo de una prostituta muerta sin razón en una lucha de samurais.
Hacia la mitad de la serie, el guionista decide que Itto ya tiene el dinero que necesita y empieza la venganza contra el clan que le robó su vida. ¿Recordáis la escena del asalto a la posada de Kill Bill? Eso es una excursión al campo de monjes budistas en comparación con lo que Itto le va a hacer al clan Yagiu.
Va a morir hasta el que entierra al apuntador
Esta parte sí que se me hace repetitiva. Básicamente es ir liquidando a todo lo que el clan (y su líder, al que vemos como un auténtico ******) le echa encima. Hay por supuesto, escenas memorables y gloriosas. Como la visita a la aldea donde solamente viven mujeres.
Y luego esta la subtrama del catador de alimentos del Shogun, para mi gusto algo que sobra. Además de aportar un tono escatológico que no pega con el resto de la historia. De esta trama, destacaría solamente el sacrificio de las esposas (a las que antes no pareció tratar demasiado bien) para dar tiempo a Abe a escapar.
El guión de esta serie es duro, no os lo niego. Y no le agradará a todo el mundo. Este manga no es el manga de las Sailor Moon ni de Chicho Terremoto. Pero es el manga que podréis nombrarle al próximo que os diga que el manga son solamente colegialas en minifalda y animalitos graciosos.
El dibujo es de tipo realista, gekiga puro. Otra cosa que echarle en cara a los que solamente conocen adolescentes de ojos enormes. Quizás Daigoro sea demasiado cabezón, pero haremos la vista gorda.
La historia tiene texto y diálogos, pero también largas escenas de combate sin una palabra. No hay aquí esos discursos en medio de la lucha, tipo Bleach. Estás a lo que estás. Pero tenemos también escenas suaves, de paisajes o de gestos cotidianos, admirablemente dibujadas y que nos hacen pensar en Eisner o en Foster más que en un manga.
La edición española incluye un glosario (el mismo en todos los tomos) y carece de un índice, algo que se hubiera agradecido en una obra tan extensa.
Y respecto a lo que dice Retsudo al final de la obra… yo creo que Azami era su hija, por lo que Itto sería su yerno y Daigoro su nieto de sangre.
Si queréis saber más sobre esta obra, fue largamente tratada en el especial de samurais que los senseis de este dojo grabaron hace un tiempo. Y si os bajáis la guía de apoyo de ese podcast, tendréis muchos más enlaces a temas de esta serie que por comodidad no he duplicado hoy.