Saludos, lectores españoles del mundo de los humanos. Vengo de acompañar a Kitaro, que iba a comprar al supermercado unas cosas para casa. si, los yokai también tienen vida doméstica. Comen, duermen, fuman, esas cosas… Y me dejó el tomo 10 de sus aventuras para ir leyéndolo en el metro de camino a casa.

Y resulta que este tomo del bueno de Kitaro es casi costumbrista. Shigeru Mizuki nos ofrece unas aventuras donde pasan cosas pero no pasa realmente nada importante. O al menos desde el punto de vista de los personajes. Veremos a nuestro héroe y a sus amigos enfrentarse a peligros como la subida del precio del arroz… y a las pocas páginas un trabajo conseguido para eliminar ese problema termina con un dios intentando matarlos.

Pero todo fluye de forma natural y tranquila, como un arroyo  que intenta vaciar un estanque en la montaña. Más que un costumbrismo mágico, yo lo considero un mundo mágico costumbrista. No es que la gente normal conviva y acepte lo mágico, lo extraordinario. Es que a nadie le importa si existe o no. Son cosas que pasan.

La gente habla con naturalidad del precio de un árbol vampiro o acepta el aspecto de vecinos que harían escandalizarse y retirarte el saludo a un profundo de esos que viven en Providence.

Pero tampoco estamos  ante unas historias infantiles. Habrá muertes y cosas quizás incluso peores. Se cometerán delitos y crímenes.

Pero no nos escandalizaremos por nada en ningún momento.

El autor tiene la habilidad, el deseo y la capacidad de que hasta los chistes rompiendo la cuarta pared y hablando mal de sí mismo queden perfectamente integrados en las viñetas.

Hablemos del tomo en sí mismo. ¿Se lee y entiende bien sin haber leído los anteriores? Pues si. Crea un ambiente especial y propio en muy pocas viñetas. Aunque claro, empezar una serie de 11 tomos por el 10 es algo atrevido. Pero es el típico tomo que podemos leer un día sin tener que ponernos antes con los anteriores.

Hablemos del dibujo.

Podríamos hablar de esos personajes casi infantiles, al estilo llamado Tezuka. Podríamos hablar de esos escenarios oscuros y llenos de claroscuros.

Podríamos hablar de esas escenas escandalizadoras y posiblemente rompedoras de la ley y de varios códigos penales. Y que nos parecen inocentes e inofensivas.

Podríamos.

Pero hablaremos de árboles.

Me encantan los árboles terroríficos de este hombre.

Árboles tenebrosos, ramificados, mostrando sus cortezas, con fuertes sombras y líneas retorcidas. Árboles realistas y góticos al mismo tiempo.

Árboles de esos que no queremos tener cerca cuando las ramas ocultan la luz de la Luna y la linterna no funciona.

Y eso, con unos rasgos que podríamos llamar infantiles.

La edición continua en el estilo de la colección. Tapa blanda, buen papel, notas a pie de página traduciendo onomatopeyas en japonés. La edición carece de extras.

La traducción es de Alberto Sakai.

¿Por qué leer Kitaro 10?

Un terror que no lo parece. Ese terror que aparece al girar una esquina, no para asustarte. sino por qué está ahí. El excelente dibujo.

¿Por qué no leer Kitaro 10?

Te gusta más el estilo guro. Buscas terror con coherencia interna, no tan dentro de la fantasía que ofrece a veces Kitaro.