Es la hora de las tortas!!!

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James Bond 1: Vargr

Nunca he sido fan de James Bond.

Sí, me consta que hay gente que se emociona con las andanzas del espía británico, pero a mí me suele dejar bastante frío. Alguna película he visto, varias de Sean Connery y su caspa sesentera, alguna de Roger Moore, al que el siempre genial Ivá describía como un hipopótamo artrítico, una de Timothy Dalton, que quizás fuera la que más me gustó, una fantasmada de Pierce Brosnan y la primera de Daniel Craig, con la que no conseguí conectar en ningún momento.

Espera, ¿qué hace entonces alguien que no conecta con el personaje ni por casualidad leyendo un cómic de James Bond? Ah, la explicación es rápida. Lo escribe Warren Ellis, y eso sería motivo suficiente hasta para comprar tebeos de Pocoyó.

El arranque de una nueva serie protagonizada por el agente con licencia para matar, con Warren Ellis (Transmetropolitan, The Authority) como guionista. Después de una misión de venganza en Helsinki, James Bond regresa a Londres para asumir el trabajo de un agente 00 caído. Su misión será mucho más compleja y traicionera de lo que podría imaginar…

La historia

Vargr recoge el primer arco argumental de la serie dedicada al espía inglés que lanzó a finales de 2015 Dynamite Entertainment, que ha comprado los derechos para publicar cómics basados en el personaje durante diez años.

Empieza la historia con 007 dando caza al asesino de 008, caído mientras llevaba a cabo una misión. Tras la eliminación del sujeto, Bond recibe el encargo de M de encargarse de una misión que el agente caído tenía pendiente. Lo que empieza pareciendo una misión por debajo del nivel de un agente de estas características, detener a un importador de drogas que está intentando implantarse en el Reino Unido, acabará convirtiéndose en una trama mucho más compleja, derivando en investigaciones con miembros cibernéticos y ramificaciones internacionales que le acabarán llevando hasta Alemania y Noruega.

Reconociendo que sólo me he acercado al personaje a través de sus películas (no he leído ninguna de las novelas de Fleming, ni cómics anteriores, ni he jugado ninguno de sus videojuegos), quizás podríamos decir que tanto la trama como el villano son menos grandilocuentes de lo que estamos acostumbrados. En cambio, Ellis nos trae un guión marcadamente cinematográfico, con una narración tan dinámica que podría parecer, en momentos, que estamos leyendo el storyboard de una posible película.

En el plano gráfico, Jason Masters, sin ser ninguna superestrella, cumple sobradamente. Su narrativa es correcta, con momentos puntuales de inspiración brillante, quizás indicados por el guionista. Los personajes tienen una cierta inspiración en actores conocidos, aumentando así la sensación de que estamos viendo una película en viñetas. Señala Cels Piñol en la introducción que este Bond podría estar inspirado en Jon Hamm, y sí se pega un aire. Más obvio es el parecido entre Moneypenny y Naomie Harris, que ya interpretó al personaje en la última película. E incluso podríamos decir que para plasmar a Q tenía en mente a John Cleese.

Los autores

Hablar de Warren Ellis a estas alturas es totalmente innecesario. El autor británico, convertido en superestrella a finales del siglo pasado, tiene entre sus temas habituales las grandes conspiraciones, el espionaje, el transhumanismo, la cultura popular… temas que, todos juntos, le convertían en el guionista perfecto para esta historia. Entre sus obras a destacar, es imposible no mencionar Stormwatch/The Authority, Planetary o Transmetropolitan, una de mis obras preferidas de todos los tiempos. Anda embarcado desde hace año y pico en Inyección, una serie que mis compañeros de las Tortas insisten en recomendar fervientemente.

Jason Masters es un autor recién llegado que lleva publicando profesionalmente desde 2010. Su carrera ha estado ligada principalmente a DC Comics, y hasta este 007, su primera serie regular, ha estado haciendo principalmente sustituciones. Quizás su trabajo más notable hasta esta serie han sido cuatro números del Batman Incorporated de Grant Morrison.

En resumen…

Hay que tener claro que no estamos ante un producto personal de Warren Ellis. Encargarse de un icono como 007 implica que hay temáticas y ambientaciones predefinidos, y el guionista es plentamente consciente de ello. Aún así, cumple a la perfección con lo que se espera de él y firma un trabajo sólido, que hará las delicias de los seguidores del superespía británico y será una interesante lectura para los que no lo sean.