Marta Martín es una de esas artistas que comenzó realizando ilustraciones en sus redes sociales a través de su perfil @blancoymiedo y, poco a poco, ha conseguido abrirse camino y se ha ganado una visibilidad entre el gran público. A través del sello Random Comics ha utilizado ese material para construir un relato con una estructura narrativa más allá de ilustraciones independientes, hablando de la depresión y de cómo llegamos a ella, así como las herramientas con las que todos contamos para poder salir de ese pozo al que a todos nos da vértigo asomarnos. Fuerte y frágil es una obra sencilla, directa y sin rodeos, que habla de salud mental en un lenguaje muy fácil de entender.
El estilo de dibujo de Martín es especialmente sencillo, con figuras simbólicas, sin detalles, sin fondos… con recursos que permiten centrar la vista en el mensaje sin dar lugar a ningún tipo de distracción. Eso permite que los elementos narrativos destaquen con más facilidad y la lectura sea rápida y agradable. En cierto modo, tiene bastante en común con Alfonso Casas, tanto por la temática de sus ilustraciones como de su salto a la narrativa tras ser referente en redes sociales, aunque si analizamos la obra estrictamente desde el punto de vista de análisis como cómic, las diferencias son palpables.
Como obra que utiliza los recursos gráficos, metáforas visuales para hablar de síntomas abstractos como la tristeza o la opresión que nos puede llegar a producir, esta obra es muy destacable, pero para el grueso de lectores de esta web, que tenemos un amor incondicional hacia el cómic, esta obra se nos queda muy corta. Sí, tiene elementos secuenciales, y algún que otro recurso de diseño, pero no deja de ser una composición de viñetas que funcionan por sí mismas, con una temática que permite vislumbrar una historia. Pero la sensación de que estamos ante una selección y composición con esas viñetas que la autora cuelga en sus redes es inevitable. Y no digo que este libro sea un corta y pega, ojo, solo que como narración secuencial todavía puede mejorar mucho.
Sin embargo, la autora ha llegado a tener la relevancia que tiene por méritos propios, puesto que la elección de metáforas es muy acertada. Esa creación de la coraza como si fuera un robot a lo Mazinger, el uso de los «bichitos» negros en contraste con los personajes blancos para mostrar esa depresión que poco a poco acaba absorbiendo al protagonista, o una que muestra el desamor como la pérdida de los elementos comunes que me ha parecido soberbia… son trucos muy sencillos, pero tremendamente ilustrativos.
En definitiva, Fuerte y frágil es muy recomendable como obra de medicina gráfica por la efectividad de sus metáforas y cómo ilustra esos momentos en los que la tristeza puede llegar a hacerse con el control de nuestras vidas. Como cómic, y analizando la obra desde un punto de vista estrictamente de narrativa secuencial, a la gran mayoría de lectores veteranos les puede resultar una obra menos eficiente. Recursos sencillos, mensaje claro y directo, que pueden servir como acercamiento a un tema del que hay mucho escrito, pero siempre se puede afrontar desde un punto de vista distinto que llegue a todo tipo de lectores.
Lo mejor: Metáforas visuales muy certeras. Concretamente, el recurso visual para mostrar el desamor me ha encantado.
Lo peor: Narrativamente, se puede quedar corta para el lector veterano.
