Recuerdo perfectamente la primera vez que tuve un tebeo de Cels Piñol en las manos. Fue un regalo de cumpleaños de unos amigos que sabiendo que me gustaban lo cómics fueron a mi tienda habitual y me compraron varios.

Mi cara cuando abrí la bolsa y vi una morsa debió ser interesante. Lo que no sabía es que después me engancharía a las historias de ese autor y que además con el paso del tiempo terminaría conociéndole en persona (este no es un mundillo tan grande).

Ahora Panini Comics lanza un tomo sencillamente llamado Fanhunter Essential que recoge precisamente esos primeros tebeos que me leí de Cels Piñol, esas historias locas y llenas de acción que bien podrían estar protagonizadas por cualquiera de los héroes del cine de los ochenta. Conociendo a su autor creo que es algo que le habría encantado.

Y es que Fanhunter es eso, la obra desbocada de un amante de la subcultura que encontró en las páginas la forma de llevar sus fantasías hasta el espacio y más allá. Para ello creó personajes totalmente referenciales como el entrañable Don Depresor, ese ciego que piensa que tiene poderes, Morsa (precisamente el primero que vi) y el inolvidable Papa Alejo I, que no es otro que Alejo Cuervo (propietario de Gigamesh) en una versión retorcida y oscura aunque buenrrollista en el fondo.

Poco a poco el Universo Celsiano fue complicándose, las tramas eran más largas y muestra de ello es este tomo que recoge la interesante El guerrero del anti fan, que como los auténticos clásicos nos habla de la caída hacia el lado oscuro y posterior redención de un héroe. No podía ser de otra forma y es que los guiños (en ocasiones quizá inconscientes) está por todas partes. En algunos momentos de forma totalmente evidente como esa nieve mortal que nos recuerda a la fascinante obra de El Eternauta y en otro solo estando presentes para los lectores más veteranos.

Por esto mismo es de agradecer que Panini Comics se haya puesto nostálgica y publique Fanhunter Essential, así facilita el volver a re visitar la obra para darnos cuenta de viejos guiños que no habíamos visto o que desconocíamos, además de para sorprendernos con una historia que a envejecido realmente bien con el tiempo.

A todo esto se suma la apuesta por una edición de calidad y tapa dura, lo que siempre es de agradecer, que con un total de más de 300 páginas asegura buenas horas de diversión y ocio. Quizá lo único que falta es algún material extra, ya que un tomo de estas características casi lo pide solo.

Si te gusta Fanhunter déjate llevar por la nostalgia y si todavía no lo conoces (y deberías), ahora tienes una oportunidad de oro.