Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

El Vecino. Origen

El Vecino. Origen
Guion
Santiago García
Dibujo
Pepo Pérez
Formato
248 páginas. Color. Cartoné. 22.5 x 29.5 cm
Precio
30 EUR
Editorial
Astiberri. 2019

José Ramón estudia oposiciones y lleva una vida segura y ordenada… hasta que se topa con su vecino Javier y la tranquilidad se le acaba. Por su parte, Javier es un desastre. También es un superhéroe, y tiene que lidiar con su identidad secreta, su traje, sus pastillas de superpoderes… y sus mentiras. De hecho, su problema no es tanto vencer a los superenemigos de Titán, su álter ego, sino llegar a final de mes, o poder decirle la verdad a la chica a quien quiere. Y Lola empieza a estar harta de las excusas que le pone Javier cuando le da plantón para ir a luchar contra Tentáculos…

Quien dijo que en el género del slice of life ya está todo inventado se equivocaba profundamente. Aún se pueden hacer maravillosas obras divertidas, tiernas, románticas, dramáticas… O se le puede dar una vuelta de tuerca al género y hacer una ensalada de cómic de superhéroes y costumbrismo. No sé si el primer cómic en hacer esto fue el Peleas de Enamorados de Andi Watson (Oni Press, 2003; NORMA Editorial, 2005), pero desde luego no tuvo el impacto en nuestro país que ha tenido El Vecino, publicado prácticamente al mismo tiempo. Con un primer número que pegó fuerte, un segundo que se desinfló bastante y un tercero que remontó dignamente, la serie tuvo novios en el ámbito audiovisual casi desde el principio, pero al final han sido Netflix y Nacho Vigalondo quienes se han llevado el gato al agua y la han adaptado en forma de serie de televisión. Pero aquí hemos venido a hablar del cómic, y eso es lo que haremos. Aprovechando el inminente estreno de la serie, Astiberri ha recopilado los tres primeros volúmenes de El Vecino en un tomo de lujo, con abundantes extras.

el vecino

Los autores Santiago García (Premio Nacional de Cómic en 2015 junto a Javier Olivares por Las Meninas) y Pepo Pérez son amantes confesos de los cómics de superhéroes, y en especial de Spiderman, y querían rendir en El Vecino un homenaje a esos cómics de los años 60 y 70, donde el bueno de Peter Parker tenía que alternar su actividad heroica con su vida doméstica: su pandilla de amigos, la universidad, el trabajo como fotógrafo freelance, los problemas de salud de su tía May… No obstante, si bien en estos cómics de Spiderman ambos aspectos de la vida del protagonista tenían prácticamente igual presencia en las viñetas, en El Vecino han optado por omitir plasmar las hazañas heroicas de Titán, el héroe local de esa ciudad indefinida donde transcurre la acción. De este modo, toda la acción superheroica transcurre entre viñetas, y (casi) nunca vemos a Titán usar sus superpoderes (que adquiere ingiriendo unas pastillas que le dejó un superhéroe alienígena, en una historia de origen que recuerda poderosamente a la de Green Lantern, para qué nos vamos a engañar). Pese a todo esto, la premisa de El Vecino no es la de un joven estudiante de oposiciones que tiene como vecino a un superhéroe, sino la relación entre dos jóvenes muy distintos, sus relaciones de pareja, sus trabajos… El hecho de que uno de ellos sea superhéroe no es más que el mcguffin que hace que los protagonistas se conozcan.

El primer volumen de El Vecino oscilaba entre la comedia de situación y el costumbrismo clásico. Un toquecito de ambientación superheroica le proporcionaba el necesario toque de exotismo que lo convirtió en un clásico instantáneo. Identidades secretas, archienemigos, proteger a los seres queridos… Todo lo que molaba de la dualidad Peter Parker / Spiderman está aquí también, pero adaptado a la idiosincrasia española. En vez de quedar con los amigos en el Coffee Bean, nuestros protagonistas se toman unos botellines y unas rodajas de chorizo y lomo de pueblo en el piso del opositor. Esta ambientación hace que el contraste entre el universo superheroico (al que muchos lectores de cómics estamos acostumbrados) y el día a día de estos personajes sea aún mayor. Mola ver a los héroes pasear por la Gran Manzana, pero también ver cómo intentan ligar con la cajera del súper para que luego se la levante un quinqui.

El segundo volumen de El Vecino cambió por completo de aires. Dejó de lado la comedia y se convirtió en una especie de Daredevil: Born Again, en el que el héroe toca fondo. Javier, la identidad secreta de Titán, sufre una crisis existencial y acaba con sus huesos en la calle, conviviendo con mendigos en un túnel subterráneo. Come de la basura, se calienta en una fogata, se lía con una prostituta yonqui… Mantiene su piso vacío y guarda las pastillas que le hacen convertirse en Titán pero… ya no es Titán. El héroe (o, mejor dicho, su alter ego) ha caído en desgracia, y sus amigos están empeñados en encontrarle y devolverle al mundo de la superficie. Los homenajes al mencionado Born Again son más que evidentes, el mayor de ellos es el anorak azul con que el dibujante Pepo Pérez viste a Javier, idéntico al que llevaba Matt Murdock en la aclamada historia de Miller y Mazzucchelli. Aquí, sin embargo, no hay un villano en la sombra moviendo los hilos, sino que es Javier el único responsable de su situación, de modo que la obra se aleja del terreno superheroico para hundir los pies en la BD francobelga más sórdida. Tal vez fuera este acercamiento al drama en detrimento de la comedia lo que hizo que tanto lás críticas como las ventas fueran peores que las del primer volumen, pero aún faltaba el cierre de la trilogía (que no es tal).

el vecino

En los extras de este tomo, Santiago García habla del “difícil segundo álbum”, expresión británica para referirse a los segundos discos que sacan los grupos musicales después de un exitoso debut. En cine yo había oído hablar de “la maldición de la tercera película”, en la que tras encadenar un prometedor debut con una segunda película de igual o mayor éxito, un director suele estrellarse con su tercera película (lo mismo se aplica a sagas cinematográficas, en las que normalmente la segunda entrega suele ser la mejor, aunque con honrosas excepciones). El tercer volumen de El Vecino estuvo a punto de no ver la luz, debido a desavenencias creativas y personales entre los autores García y Pepo Pérez. Afortunadamente, la realidad imitó a la ficción, pues ambos autores se reencontraron al igual que Javier y José Ramón, los protagonistas del cómic. En esta tercera entrega, que parece cerrar la historia (aunque hay por ahí un cuarto y un quinto tomo), los autores se reconcilian entre sí y con la comedia, introduciendo además triángulos amorosos, infidelidades y un poco de angustia vital. He de reconocer que leyendo algunas de las páginas lo he pasado realmente mal con los protagonistas. Javier ha salido de la calle, vuelve con su novia y parece que va a recuperar el trabajo, pero queda poco de héroe en su interior. Aquí se revela como un joven egoísta, mezquino, propenso a engañar a su novia y a sacar tajada de cualquier negocio que se le presente, pero que aún alberga la posibilidad de ser mejor persona, gracias a su círculo de amigos. Los desencuentros del segundo volumen dan paso aquí a una historia de redención, en la que las relaciones entre los protagonistas se afianzan, se fracturan y se vuelven a afianzar. Como la vida misma, y sin necesidad de pastillas que otorguen superpoderes. Tal vez sea esa la cualidad más especial de El Vecino, cómo es capaz de enseñar, sin enseñar, la vida de un superhéroe más allá de las capas y los puñetazos.

15 años han pasado desde la publicación del primer volumen de El Vecino. Tiempo más que suficiente para apuntalar tanto la editorial Astiberri, que apostó por los autores, como las carreras profesionales de éstos. García ha ido encadenando un éxito de crítica y público tras otro, mientras que Pérez (¿se pueden tener apellidos más españoles?) ha demostrado que puede adaptar su estilo perfectamente a las necesidades de cada historia. El Vecino. Origen recopila los tres primeros volúmenes de la serie, a la espera de la inminente publicación de la cuarta parte, mientras que la quinta está, mientras escribo estas líneas, en preparación. Si aún no habéis leído los álbumes sueltos, esta es una gran oportunidad para descubrir la fascinante historia de Javier, José Ramón, Lola, Rosa y compañía.