Qué tendrán los sucesos inexplicados (e inexplicables) que tanto nos fascinan. Quizás sea la ausencia de certezas que nos hace que dejemos volar la imaginación, convirtiéndose en un nexo entre realidad y fantasía que atrae tanto a científicos con ganas de buscar patrones y racionalizar lo desconocido como a conspiranoicos que lanzan las teorías más locas imaginables. Uno de estos eventos clásicos ha inspirado un muy interesante álbum editado por Norma Editorial, El misterio del paso Diátlov.

En enero de 1959, nueve alpinistas rusos emprendieron una travesía por los Urales destino a la montaña Otortén en una ruta de alta dificultad. El líder de la expedición, Igor Diátlov, tenía que enviar un telegrama para notificar que habían llegado al final de la ruta con éxito. Una semana después de la fecha prevista, seguía sin haber noticias de ellos, por lo que se abrió una investigación oficial. A finales del mes de febrero, se encontraron los primeros cadáveres de los nueve, que habían fallecido en misteriosas circunstancias entre el 1 y el 2 de febrero, no sabiéndose, más de sesenta años después, qué es lo que ocurrió exactamente. Se encontró una tienda de campaña rajada desde dentro, y los cuerpos estaban repartidos por los alrededores. Varios estaban en ropa interior, una de las mujeres tenía las cuencas de los ojos vacías y la lengua arrancada, uno había fallecido por un traumatismo craneal, dos tenían severos traumatismos torácicos, y el resto parece ser que murieron por hipotermia. Por si fuera poco, en alguno de los cadáveres había un nivel de radiación anormalmente alto y totalmente inexplicable.

El misterio del paso Diátlov, la obra de Cédric Mayen y Jandro González, ficcionaliza los últimos días de la expedición y la investigación oficial. Se nos cuenta los acontecimientos en dos líneas temporales, distinguibles a simple vista por un muy apropiado uso del color, con una paleta de tonos sepia para los momentos de la expedición y otra de colores fríos para la investigación posterior de Lev Ivanov. A diferencia de lo que el director Renny Harlin hizo en la película El paso del diablo, inspirada en este mismo suceso pero con un giro hacia una ciencia ficción que bordea la fantasía, Mayen y Jandro se limitan a crear una historia que, aún siendo de ficción, no hace ninguna elucubración sobre lo que pudo ocurrir realmente.

El guion de Cedric Mayen mantiene un impecable equilibrio entre rigor casi documental y emocionalidad. En poco más de cien páginas nos presenta a un buen puñado de personajes en dos momentos temporales diferente, y consigue que empaticemos con todos ellos. Además, habría sido muy fácil dejarse llevar por las múltiples teorías de la conspiración que rodean a este evento, que incluyen alienígenas, conspiraciones gubernamentales (lo de que ocurriera en la opresiva y secretista época de la URSS ayuda), pruebas militares e incluso un Yeti ruso, pero se limita a contar lo que sí se sabe que ocurrió, con no demasiadas licencias con fines narrativos. Esta es su primera obra publicada en castellano, pero vista la calidad de lo que tenemos entre manos no es descartable que alguna editorial se interese por alguna de las anteriores que lleva publicando en Francia desde 2017.

Pero incluso con un guion al que se pueden poner pocas pegas, hay que reconocer que una buena parte del mérito lo tiene el ilustrador valenciano Jandro González (La vampira de Barcelona, La sombra roja). La claridad en la narración es impecable, y las escenas de montaña son visualmente espectaculares, pero además la expresividad de los personajes es perfecta, consiguiendo que empaticemos con ellos y nos importe lo que les pueda ocurrir, pese a que nos van a acompañar tan solo durante un puñado de páginas y no vamos a volver a saber de ellos.

Se completa la obra con un interesante dossier en el que se documentan varías de las teorías de lo que pudo ocurrir, con entrevistas a personas implicadas en ellas, incluyendo un geólogo, un matemático y un arqueólogo.

Como decíamos al principio, El misterio del paso Diátlov es un enigma inexplicado que tiene todas las papeletas para picar nuestra curiosidad, pero aunque eso sea el motivo por el que nos acerquemos a este álbum, lo que nos encontramos finalmente es una obra verdaderamente bien hecha, totalmente recomendable para cualquiera que sienta interés por este tipo de thrillers del mundo real.