Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

El editor: está. (4) Mezclados pero no revueltos

Nuestro bienamado sector del cómic lleva en marejada perpetua desde hace un tiempo, supongo que por causas paralelas al clima político actual: los gastos se han disparado, el mundo está muy mal repartido, y siempre hay salvadores (de la patria o de las viñetas) que tienen unas ideas ¡GENIALES! para solucionarlo todo y no se cortan en predicarlas. Hay quienes lo saben todo, y también quienes se dejan llevar por aquellos sin pensar por sí mismos. Este ha hecho nosequé, esto es mierda, yo controlo, el arte va por un lado y el producto va por otro, este premio ya tiene nombre, esto que haces está mal. Hay vacas sagradas, y también gente que solo quiere ver el mundo arder. Cero días desde el último drama comiquero.

Pero a ver, si aquí nos conocemos todos.

Lo que quizá es peor. ESA personalización.

El ambiente está todavía más tensionado que el mercado, saturado de lanzamientos (muchos de ellos inocuos, pasando desapercibidos en boletines mensuales abarrotados) en un momento de incertidumbre financiera, con el dinero muy caro y los bolsillos muy vacíos. Los tebeos salen por un ojo de Agamotto y ni siquiera los títulos manga, esos que ocupan tantas estanterías, han sido capaces de mantener el ritmo de hace tres años, tras la pandemia. Los tebeos españoles, ni te cuento: aplaudimos por esos cinco lanzamientos anuales que lo petan pero apenas se mencionan los que no han sido bendecidos con el don de aparecer en el momento apropiado. ¿Y qué hacemos ante estas situaciones? Buscar culpables. Es de cajón. Los mantras ya los habéis oído muchas veces: las editoriales pagan poco, las distribuidoras son avaras, las imprentas siempre ganan, las librerías no reponen, los autores se quejan, los aprovechados se montan chiringuitos, los lectores solo van a lo de siempre, los eventos solo quieren cobrar entrada. Todo mal.

La reacción es comprensible. Muchos lo están pasando regular, otros no saben hacia dónde tirar. La sensación del lector es la de pagar más sin obtener ningún valor añadido. Y aunque se estén haciendo progresar por encaminar la situación por el camino se suceden y sucederán los retiros forzosos, cierres de persiana y el hálito de que muy pocos entonan el “todos para uno, uno para todos”.

El editor: está. (4) Mezclados pero no revueltos

Pero los términos han de ser amistosos. Soy firme defensor de que debemos remar todos en la misma dirección, aunque al final los puertos a los que llegue cada cual sean distintos. Si encima nos lleváramos bien, ya sería el acabose.

Sin embargo…

Estoy de acuerdo en que podemos estar en desacuerdo, pero los discursos trumpistas, el señalamiento en redes, las trifulcas de patio de recreo y el acoso no pueden empantanar nuestro micromundo… y a estas alturas los percibo casi a diario. El ecosistema del cómic ha de poner coto a quienes fomenten la toxicidad. NO. DEBEMOS. TOLERARLO. Que nuestros tebeos e historietas vayan a la vanguardia en materia social, de derechos humanos, de respeto, de inclusión, de empoderamiento… va totalmente en contra de comportamientos egoístas y malencarados, de chulería y egocentrismos, de quita que tú no sabes. Ese talante de castigar el error pero no acometer un acierto. De contigo no quiero nada… sin pensar en que son muchos los que no esperan nada de ti.

Pretender saber mucho y más de los tebeos, así, en términos generales, es una apuesta arriesgada porque resulta complicado situarse en un plano superior que comprenda a todos quienes forman parte de la cadena de valor del tebeo: traductoras, rotulistas, guionistas, dibujantes, editoriales, librerías, distribuidoras, agencias, divulgación, centros docentes, bibliotecas, universidades, convenciones. Y para dar un juicio ponderado, hay que informarse más allá de la ciénaga de cada uno. Los datos están ahí para quien quiera leerlos, en informes de hábito lector, en el Libro Blanco, en reportes anuales, en encuestas, en reseñas y, sí, también en las consideraciones particulares de colectivos e individuos. Todo suma a una imagen general, que es a la que hay que aspirar; los árboles no nos dejan ver el bosque, y los tebeos no nos dejan ver la maravillosa creatividad de nuestra industria, en todas sus buenas y también horribles facetas.

Hoy no la mencionaré entre comillas. Industria. Qué bien suena.

Si no la jodéis.

Comentarios

  • Ricardo Álvarez

    1 abril 2024

    En España huimos de la industria, salvo la alimenticia. Somos todos artistas y genios.
    Pues no. El tebeo español, pues las ventas del internacional me traen sin cuidado, va mal porque ni hay industria ni idea de tenerla. Veo el BD lleno de elfos, enanos, ci-fi, western, mitología, veo en España la.historia de mi familia, mi fosa común, mis dudas sexuales o de identidad… Que no le quito importancia, pero NO hacen industria. Si hay industria sana y exportable (como está haciendo Planeta Comic por lo no tan bajini), gano para que mis autores no hagan el pinopuente para llegar a fin de mes y, con suerte, pueda hablar de sus ideas y anhelos.
    El medio es maravilloso. Normalmente los aficionados nos llevamos bien y adoramos a los autores . No entiendo que la gente discuta por esto. Ayudemos a mejorar.

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