Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Dark Investment. Trata de almas

Dark Investment. Trata de almas
Guion
Javier Ara
Dibujo
Javier Ara
Formato
Rústica con solapas. 128 páginas. Color
Precio
15,95€
Editorial
Editorial Drakul. 2022

Hace menos de un año, Javier Ara, un autor relativamente novel y desconocido, nos sorprendía con Dark Investment. El incidente Calcabrina, lo que venía a ser la primera miniserie de todo un universo propio de ficción a la americana compuesto de varias series a modo de temporadas. Hoy podemos ya encontrar en librerías la segunda parte, Dark Investment. Trata de almas.

Dark Investment. Trata de almas

No es nada habitual en el mercado español una propuesta como esta, no solo por lo ambicioso del proyecto sino porque si ya el español es un mercado pequeño, Dark Investment. Trata de almas, no trata de competir con la obra de otros autores españoles más al uso, sino con los universos de ficción que en el presente siglo nos están ofreciendo las editoriales de este nuevo mainstream indie como Image, Boom o Aftershock. Dark Investment. Trata de almas podría colar como un producto proveniente de cualquiera de estas y no de una pequeña editorial madrileña como Drakul. Si a esto le sumamos que lo que nos venden es una serie continuada en un número indeterminado de volúmenes nos queda claro que ni a Javier Ara ni a Drakul les faltan redaños.

Pero cuando uno se embarca en una propuesta como Dark Investment, no se puede quedar la cosa en una cuestión de gónadas y hay que apoyarlo con trabajo y calidad y por lo pronto van cumpliendo con Dark Investment. Trata de almas.

Tras presentar en el volumen anterior este universo donde el mercado de almas es el motor de la economía multiversal y la magia es algo bastante habitual, no levanta el pie del acelerador y nos mete en un trama de conspiraciones políticas en un infierno con fuertes reminiscencias de los tópicos de la vieja Unión Soviética — con unos toquecitos de iconografía nazi para hacerlos aún peores. Angélica, nuestra prota, se verá arrastrada a ese infierno gélido como parte de una conspiración y necesitará de otra para poder salir ahí.

Dark Investment. Trata de almas

Dark Investment. Trata de almas es de nuevo un giro tras otro, montones de ases en la manga, un plan oculto tras otro con traiciones dobles y triples en cada paso de página. Pese a estar en un segundo tomo, el ritmo de presentación de conceptos y desarrollo de acontecimientos no baja lo más mínimo con respecto a la locura que era El Incidente Calcabrina. Este segundo tomo aguanta el tirón de nuevo por la profusión de ideas y el ingenio con el que están dispuestas, pero vuelve a caer en el mismo error que el tomo inicial. Javier Ara tiene demasiadas cosas que contarnos y parece tener una prisa terrible por hacerlo. Esto era quizá menos palpable en el tomo anterior, que por su condición de inaugural, tiene que poner montones de cimientos, pero en Dark Investment. Trata de almas se echa en falta alguna bajada de ritmo puntual para poder apreciar las subidas porque incluso si ponemos el volumen al once todo el rato, si no hay variaciones, incluso el once terminará por resultar monótono. El problema es que para poder bajar el ritmo es necesario un gancho que nos mantenga en la historia cuando la acción ya no te arrastra de la solapas y por momentos da la sensación de que cuando se levante el pie del acelerador la historia no se vaya a aguantar.

Es aquí donde debería entrar el trabajo de personajes y este es el punto más flojo de Dark Investment. Trata de almas. A estas alturas le ha pasado de todo a Angélica y aún no sabemos casi nada de ella, no ya de su pasado, sino que más allá de ser una tía resulta y sin demasiados escrúpulos, no tenemos unas claves de carácter que nos ayuden a identificarla y establecer un vínculo — del tipo que sea — con ella. Y si Angélica está poco definida, el trabajo en el elenco de secundarios no pasa de un puñado de gags de humor aquí y allá, que si bien se agradecen, no terminan de hacer soporte.

Dark Investment. Trata de almas

Pese a que con la asunción del color también por parte de Ara, todo parece fluir un poco mejor, los dos principales problemas que veíamos a nivel gráfico en el tomo anterior, se mantienen en Dark Investment. Trata de almas, sobre todo en la primera mitad. Por un lado, la mayoría de los planos se cierran al ras del encuadre del personaje, apenas hay hueco para respirar ni para dejar presencia. Todo se apelotona, se sucede tan rápido como en el guion y no tenemos tiempo de interiorizar nada. El otro problema es un uso excesivamente neutro del color, que apenas tiene peso narrativo. No obstante, pese a que el salto cualitativo no sea excesivamente notorio, se puede advertir una mejora en ambos aspectos hacia el final del tomo, que es lo que mejor funciona y lo que plantea el propósito de progreso para el tercer tomo.

Javier Ara es un autor como montones de buenas ideas y eso es lo que juega en su favor y augura que Dark Investment con toda probabilidad será cada vez mejor, y es que todos los problemas que le podamos ver — o casi todos— son fruto de una falta de rodaje como autor de cómics. Afortunadamente se ha metido en un proyecto de una escala y con un ritmo de producción donde el rodaje vendrá de serie, así que atentos a este nombre.