Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Crush y Lobo

Crush y Lobo
Guion
Mariko Tamaki
Dibujo
Amancay Nahuelpan
Color
Tamra Bonvillain, Nick Filardi
Formato
Rústica, 200 páginas
Precio
21 €
Editorial
ECC Ediciones. 2022
Edición original
Crush & Lobo 1-8 USA

Cuando salió a la eventa en castellano el primer número de la primera serie limitada de Lobo, la de Alan Grant, Keith Giffen y Simon Bisley, yo tenía dieciocho años. El Último Czarniano, un personaje que fue creado como parodia de los héroes ultraduros de finales de los 80 y principios de los 90, acabó convirtiéndose en la glorificación del macarrismo y la violencia que pretendía criticar en su creación, aunque mantenía un cierto tono humorístico. Evidentemente, para el adolescente que era yo en aquella época, Lobo era rajadamente alucinante. Un personaje metalero, violento, molón y malhablado. Pero los años pasan, la adolescencia queda atrás y cuanto más nos apartamos de ese 1991, menos interés queda por el personaje, llegando a ser un mero recuerdo nostálgico de los primeros años de universidad.

Llegamos a 2022, más de treinta años después del año en el que entré en contacto con Lobo. Veo entre las novedades de ECC que hay un tomo con material nuevo coprotagonizado por este macarra del espacio, Crush y Lobo, con una portada que homenajea al primer número de la legendaria Lobo’s Back. Tras una rápida búsqueda, me encuentro con que Crush es una hija del Czarniano. Y veo que está escrita por nada menos que Mariko Tamaki.

Tamaki es una de las autoras más woke que te puedes encontrar actualmente en el mercado americano. Tanto que tiene una serie de tics que parece que necesita sacar en todas y cada una de sus obras. Lobo es la incorrección política hecha personaje de cómic. La curiosidad que me provocaba saber qué podría hacer esta escritora con este personaje era motivo suficiente para leer esta serie limitada.

crush y lobo pg1

Así que Lobo tiene una hija. Bueno, nada que no supiéramos los que seguíamos a este tipo en los 90 (o en alguna de sus posteriores reediciones los lectores más jóvenes) y leímos la limitada Infanticidio. Además de macarra, violento, malhablado y metalero, resulta que -¡oh, sorpresa!- Lobo tenía la libido por las nubes, como era de esperar en un personaje que venía a ser la fantasía de poder de un varón adolescente, y había dejado el universo sembrado de hijos bastardos. Pero todos aquellos hijos, llenos de rencor hacia su padre, fueron convenientemente aniquilados. Pero Crush no es ninguna de aquellos. Es un personaje de creación reciente, post-Flashpoint, que aparece por primera vez en los Jóvenes Titanes de Adam Glass, tras los sucesos de Sin Justicia de Scott Snyder. Vamos, que la criatura acaba de cumplir cuatro años en el mundo real, y salvo sus apariciones en las series de los Titanes, se ha dejado ver muy puntualmente en otros rincones del Universo DC. Pero vamos a la serie que comparte con papá.

Crush, para los que no la conozcan, es una chica adolescente, con una imagen claramente czarniana, aunque biológicamente es mestiza humana/czarniana, que fue adoptada por una pareja de terrícolas cuando cayó a la Tierra dentro de una nave. Pero a Crush no la adoptaron unos granjeros de Kansas, sino unos jipis drogadictos que le pusieron el nombre de Xiomara Rojas. El caso es que, años después y habiendo pasado una temporada con los Jóvenes Titanes -sección Damian Wayne- lleva una vida todo lo normal que puede llevar una adolescente mitad humana, mitad alienígena que milita en un grupo superheroico. Justo despues de romper con su novia, recibe una comunicación de su padre, que está encerrado en una carcel y recibiendo terapia psicológica. Quiere verla y tratar de arreglar la conflictiva relación que tienen. El caso es que Crush acude a la llamada, y Lobo se escapa de su prisión utilizando vilmente a su hija, que tiene que capturarlo y devolverlo a su agujero si no quiere ocupar su lugar.

crush y lobo pg2

Por pasos. La serie llamada, Crush y Lobo, quizás debería haberse llamado más bien Crush vs. Lobo. La auténtica protagonista es la ex-Titán, y su padre hace el papel de antagonista, en un papel con mucho menos peso en la historia que el de su hija. La historia es, en superficie, una macarrada descerebrada del tipo de lo que nos podemos esperar del Lobo clásico (vamos a hacer como que la aberración de Cullen Bunn jamás existió), pero con interesantes matices.

En sus propias series, Lobo era representado como el epítome del molonismo noventero, un poochie autoconsciente sin complejos. Pero el personaje que vemos aquí provoca una importante dosis de rechazo, aún protagonizando escenas muy similares a algunas en las que le vimos en sus momentos de gloria. Evidentemente, alguien como Mariko Tamaki no podría glorificar un personaje de estas características. Crush, en cambio, es un personaje similar en actitud a su padre, pero despojada de las características más desagradables de él. Aún así, Tamaki deja su sello como no podía ser de otra forma: Crush es lesbiana -esta serie es uno de los lanzamientos del mes del Orgullo de DC- y recicla el vidrio en su casa, y su ex-novia es vegetariana. Pero más allá de personajes machistas, de adolescentes empoderadas y de lagartos y delfines espaciales, en Crush y Lobo tenemos una historia con una notable caracterización de personajes y una interesante reflexión sobre las relaciones paterno-filiales tóxicas.

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La verdad es que la lectura de Crush y Lobo ha sido más interesante de lo esperado. Ni es un tebeo bandarra, como era de esperar con los personajes protagonistas que tiene, ni es un checklist de los intereses y preocupaciones de su escritora. Aún teniendo parte de ambos, resulta ser mucho más entretenida y mucho más profunda de lo esperado. Qué cosas.

Por cierto, si alguien viene aquí esperando un nivel de violencia explícita similar al de las series clásicas de Lobo, no lo va a encontrar. El tiempo nos ha dejado claro que eso de “Recomendado para lectores adultos” que veíamos en aquellos tebeos no era correcto, que debería haber sido “Para niños no es, pero más allá de los veintitantos igual ya no tiene gracia”.