A raíz de la salida del primer omnibus que recogía las 3 primeras historias de Locke & Key, le dediqué una reseña a esta fantástica serie de IDW (aquí). Los que lo leyerais os acordaréis de que mi crítica fue muy entusiasta, rayando el límite entre el crítico y el groupie. Pues ahora Panini saca el segundo Omnibus recopilando el resto de la serie, es decir, los siguientes 3 tomos o miniseries de 6 números USA cada una a excepción del último que tiene 7, ya que incluye un número a modo de epílogo. Y no esperéis mucha más moderación en mi opinión sobre ella. Sigue pareciéndome una serie de 11/10 si no más. Como en mi anterior artículo hablé de la trama de esta serie y de sus autores, paso directamente a desgranar y opinar cada uno de los 3 arcos argumentales que incluye este tomo.

Las llaves del reino.

Esta primera historia es probablemente una de las más irregulares de la serie. Y no lo digo en sentido negativo, sino que es un arco en el que aparentemente no hay una línea argumental. Seguimos viendo a Dodge en busca de la llave Omega, y cómo Ty, Bode y Kinsey siguen experimentando con llaves que van encontrando: la llave animal, la llave ángel, la llave de la caja de música… Este número contiene algunos números artísticamente muy interesantes: Contiene un número homenaje a Bill Waterson, en el que cuenta cómo Bode se convierte en pájaro gracias a la recién descubierta llave animal y lo hace desde su punto de vista. Así, el dibujo se infantiliza un poco y recuerda de manera voluntaria a las tiras de Calvin y Hobbes. En otro número, tenemos un calendario en el que vamos viendo viñeta a viñeta lo más importante que sucede cada uno de los días. Otro de los números está visto desde el punto de vista de Rufus, el amigo deficiente mental de Bode, y está contado como un homenaje a los cómics bélicos… Es una auténtica delicia artísticamente.
Pero lo de irregular no iba con sentido negativo, porque a medida que avanza la historia va dejando entrever que sí hay una trama central de esta historia y nos deja con un desenlace absolutamente impactante. Además, da cada vez más protagonismo a los personajes secundarios amigos de Kinsey (Scott, Jamal y Jackie).

Mecanismos de relojería.

Un accidente con los pensamientos extraídos de la cabeza de Kinsey acabarán produciendo otro pequeño incidente que revelará la oculta llave temporal. Con esta llave Kinsey y Ty pueden viajar a través del tiempo y ser testigos presenciales de lo que sucedía en Lovecraft en el momento puesto en el reloj de la casa. Esta es básicamente la excusa para conocer por fin la historia de cómo el grupo de Rendell Locke descubre el poder de la llave Omega. Todos esos personajes que hemos estado oyendo o viendo durante la serie hasta el momento son los protagonistas de este arco: Rendell Locke, Erin Voss, Kim Topher, Ellie Whedon, Mark Cho y Luke “Dodge” Caravaggio. Por fin sabemos algo del pasado y del origen de las llaves. En el fondo, lo que estamos viendo son hechos paralelos a los que hemos estado viendo hasta ahora. Cómo descubren las llaves, cómo van usándolas y compartiendolo con los amigos, cómo se divierten con ellas… La historia es cíclica y va repitiendose con cada nueva generación. Un arco absolutamente magnético, que hace difícil no leerlo de un solo golpe. El esquema de la historia, es además, muy Stephen King, basado en la buena química de un grupo de amigos adolescentes y de cómo se ven envueltos en asuntos sobrenaturales. Se nota que Joe Hill viene con los deberes aprendidos de casa.

Alpha y Omega.

El arco final, un verdadero tour de force, en el que todo se dirige a la conclusión. Todos los personajes acaban teniendo su momento de protagonismo y todo se dirige hacia la puerta Omega y Dodge intentando abrirla. Un arco algo más largo de lo habitual pues consta de 7 números y el número 6 tiene una extensión de 34 páginas. El ritmo es trepidante. Todas las líneas paralelas corren con igual interés, a un ritmo de vértigo. El desenlace es coherente, deja satisfecho al lector. Aporta la suficiente espectacularidad como para que merezca la pena toda la lectura. Entran en juego prácticamente todas las llaves vistas hasta el momento, se cierran las tramas y traumas familiares. Los conflictos se resuelven con inteligencia y deja al lector satisfecho. Contiene la intensidad de las grandes historias y deja los suficientes hilos sueltos como para que algún día pudiéramos ver alguna otra aventura con las llaves y las cerraduras. No lo necesita, la historia es suficientemente redonda como para necesitar leer más sobre ello. Pero gusta saber que tal vez dentro de muchos años pudiéramos volver a Lovecraft y leer alguna aventura más.

En definitiva, Locke & Key.

No creo que exagere demasiado si digo que Locke & Key es una de las mejores series independientes que ha dado el cómic americano en los últimos años. Una serie fantásticamente planteada, con una estructura muy planeada y sin perderse en números de relleno. La extensión de la obra es la perfecta para presentar la historia, a los personajes, hacerlos evolucionar y plantear un desenlace espectacular, coherente y a la altura del resto de la obra. El trabajo tanto de Hill como de Rodríguez es brillante por momentos con pinceladas de absoluta genialidad. Hay capítulos en los que gráficamente cuesta mucho avanzar porque te quedas embobado con la propuesta del dibujante.

El segundo Omnibus de Locke & Key está editado por Panini con un formato similar al tomo anterior, manteniendo el mismo precio a pesar de tener bastantes más páginas. Está presentado en cartoné con 520 páginas a color por un precio de 40€. Contiene además unos extras con todas las portadas relacionadas con el contenido del tomo, los espectaculares y acertadísimos diseños de las llaves y un listado a modo de diario de todas las llaves aparecidas a lo largo de la serie.

Lo mejor: Toda la serie. La evolución de los personajes. Los diseños de Gabriel Rodríguez. El guión de Joe Hill.

Lo peor: Perdérsela. Que Panini no haya incluido el especial Grindhouse que editó IDW y que permanece inédito en nuestro país. Venía acompañado de un plano con toda la casa de llaves.

Para amantes del terror. Para fans de historias “a lo Stephen King”. Para amantes del cómic. Para cualquiera que quiera pasar un buen rato y leer una serie sin la sensación de que estiren el chicle en ningún momento. Una serie redonda, no la dejéis pasar.