ECC continúa su maravillosa edición de la serie más longeva del sello Vertigo en tomos por autores. Ahora nos llega el segundo tomo del Hellblazer de Jamie Delano. El primer tomo ya fue reseñado por mí hace unos meses. ¿Qué nos encontramos en este segundo tomo del Hellblazer de Delano? Probablemente, el asentamiento del autor, que nos trae prácticamente dos grandes historias que casi abarcan todo este largo tomo de casi 600 páginas. Estamos en unos números donde Delano ya ha tenido tiempo de cogerle el pulso a la serie y combina su poesía en prosa con unas historias bien desarrolladas. Un tomo que se lee de casi una sentada… si tienes mucho tiempo libre, claro.
La máquina del miedo.
El primer arco argumental contenido en este tomo está formado por nada menos que 9 números USA (14 a 22). En él, Delano empieza titubeante, contando cómo Constantine huye tras ser publicado en el periódico que es el responsable de una matanza reciente. Acabará dando con una niña y su madre, que se dirigen a una comuna hippy. Los dos primeros números son algo confusos, pues no sabes adónde te está dirigiendo Delano, tal vez se lo toma con demasiada calma, o anticipando demasiado poco para lo que nos vamos a encontrar encontrar en los siguientes números. Y lo que nos vamos a encontrar es una compleja trama con muchos personajes y miembros de una organización que maneja el miedo. Ahí empieza a deslumbrar. Una trama muy bien hilada, con muchas personas involucradas, con una evolución de la trama lenta y con paso firme, y convirtiendo una aparente trama de hippies en lo sobrenatural, demonios y toda la esencia de Hellblazer. Un arco argumental que se disfruta tremendamente.
El hombre de familia.
La segunda historia elaborada es engañosa. Justo después de terminar La máquina del miedo, nos encontramos en un número, que parece un tie-in. Un número delicioso en el que Constantine irá a ver a un viejo amigo que está siendo visitado por personajes literarios. Una historia muy interesante, y muy anterior a otros experimentos de visita al mundo literario como The Unwritten o incluso Fábulas. La historia es autoconclusiva y parece un tie-in. Además, el título no va acompañado del clásico “Primera parte”, por lo que nadie piensa que va a ser el comienzo de una historia. Justo en el número posterior nos presentan a un siniestro personaje, un anciano que va en busca de Jerry O’Flynn, que es como se llama el protagonista del número anterior. Esta visita corre en paralelo con la presentación de un misterioso asesino en serie que acaba con las vidas de familias modelo. Aquí nos damos cuenta que la historia tiene todavía mucho desarrollo. Unos cuantos números de relleno de los que ahora hablamos más en profundidad, darán paso al desarrollo del resto de la historia, 3 números más un epílogo que harían un total de 6 números para un arco que enfrentará a Constantine a un asesino muy terrenal. Por primera vez tiene que plantearse una defensa física y no mágica para un enemigo de carne y hueso.
Fill-ins y el resto de historias.
Decir Fill-ins suena casi despectivo cuando se trata de comentar los números que van tras los dos primeros del arco de El hombre de familia. Y si echamos un vistazo a los equipos creativos, se puede entender fácilmente. En primer lugar, tenemos una historia de dos números escrita por un tal Grant Morrison, en pleno apogeo tras sus etapas en Animal Man y con el primer año de su Doom Patrol ya en las librerías. A los lápices otro tal David Lloyd, que un par de años antes había acabado V de Vendetta. Morrison nos cuenta una interesante historia que se basaba en el pánico nuclear tras el cierre de una mina de carbón que servía de principal motor industrial para la población de Thursdyke.
Pero si miramos el otro número “de relleno” estamos ante probablemente una de las más bellas historias escritas jamás en la cabecera: Abrázame. Escrita por Neil Gaiman y dibujada por Dave McKean, ya hablé de ella cuando reseñé el Grandes autores Vertigo dedicado al ilustrador inglés. Gaiman consigue captar la esencia de la serie, y confecciona un relato emotivo y precioso.
De las 3 historias que hay para cerrar el tomo, me gusta Perro viejo, con un perro poseído, una historia muy sencilla, pero efectiva. Y sirve para apaciguar el ritmo. También me quedo por motivos artísticos con los dos últimos números del tomo, dibujados por un novel Sean Phillips. El dibujante de Criminal o Fatale ya había debutado en el epílogo de El hombre de familia (su número más completo), y se le empiezan aquí a ver esos rasgos que hacen de él uno de los artistas imprescindibles en la historia reciente del género negro. En esta última historia en dos partes, presenciaremos el reencuentro de John con Marj y Merc, así como una historia de la infancia del mago más canalla del Universo.
Los dibujantes.
Como de Delano ya hablé suficiente en la reseña del tomo anterior, simplemente comentar que aquí se encuentra en su momento más dulce. Se le nota ya con confianza como para adentrarse en historias completas y marcará las bases de lo que supone Hellblazer, a pesar de que luego cada autor quiera poner su particular huella en las hazañas de Constantine. Me encanta cómo es capaz de mantener esa prosa tan poética, y cómo parece que estés leyendo un libro ilustrado en algunas ocasiones, porque te pierdes en esos textos tan bien escritos.
En cuanto a dibujantes, amén de los citados Sean Phillips, David Lloyd o Dave McKean, destacar a Mark Buckingham, que pariticipa en los primeros números del tomo, y hace un dibujo fabuloso. También tenemos en este tomo los trabajos de Richard Piers Rayner, Mike Hoffman, Dean Motter, Ron Tinner o Steve Pugh.
En definitiva, Hellblazer de Jamie Delano 2…
Hablar de Hellblazer es hablar de Jamie Delano. Como hemos dicho, él fue quien sentó las bases de la colección. Él abrió el camino de lo que debía ser una serie que alcanzaría las 300 entregas. Este segundo tomo de los 3 en los que se recoge toda su participación en la serie, incluye los números 14 a 35, un total de 574 páginas en cartoné, como el resto de la serie, con un precio de 45€.
Lo mejor: La prosa de Delano. Ver los inicios de gente como Sean Phillips. Abrázame. La complejidad de La máquina del miedo como historia.
Lo peor: El trabajo de algunos dibujantes puede quedar un poco desfasado con el tiempo, aunque en su contexto histórico y en la serie que estamos, no desentona tanto.
Para fans de Hellblazer, imprescindible. Para aficionados a la poesía, aunque no haya ni una rima. Para Vertigoadictos.
