Saludos, queridos lectores. Tenemos hoy una preciosidad de tebeo. Si ahora mismo hiciéramos en ELHDLT la selección anual de mejores tebeos, éste sería mi candidato. Os hablo de La hija de Z, primer tomo de la nueva serie del universo de Spirou, Zorglub.

Estamos ante una serie derivada de Spirou (spin off, dicen  en inglés) donde el bueno de Zorglub, villano algo patoso y que solamente hace su trabajo :-), se convierte en protagonista. Y el éxito de público ha debido de acompañar a esta obra de Munuera porque parece que está trabajando ya ne el segundo tomo (posiblemente a la venta en septiembre en Francia).

Y no nos olvidemos de Sedyas, el colorista, claro.

Dibbuks nos trae un tomo en tapa dura que esconde una sorpresa. En cierto momento de la historia las dos páginas que tendremos ante nosotros (y que forman un fibujo en segundo plano entre las dos) se desplegarán ofreciéndonos un dibujo a cuatro carillas. No es algo que veamos habitualmente en el tebeo europeo.

Pero no es solamente su espectacularidad a nivel de edición. Estamos ante una obra inteligente, que refleja cariño, conocimiento y ciertas ganas de jugar con el lector en una complicidad de lectores. Después de todo, estamos hablando de un autor que ya se dedicó al universo de Spirou entre 2004 y 2008 (ah, aquella aventura en Tokio…).

Pues resulta que Zorglub tiene una hija. Si, como lo leéis. Y la chica tiene 16 años y quiere salir con sus amigas, ir al cine, pasarlo bien en el instituto y… tener novio. Y el padre no se lo toma demasiado bien, la verdad. Y si un padre sobreprotector además resulta ser un genio del mal, la cosa se va a liar.

El guión mezcla acción, aventura y comedia con algunos temas mas serios. Pero un padre sobreprotector, el deseo de la independencia, la venta de armas al mejor postor, son todos temas que tras pasar por el filtro del humor y la aventura nos arrancan sonrisas y carcajadas. En una segunda, tercera y cuarta lectura podemos fijarnos en los detalles del argumento, en las posibilidades futuras de lo aquí narrado, pero al principio devoraremos la historia como si fuera una película de adolescentes.

Ya en la primera página Zandra (nuestra heroina, enseguida nos encariñaremos con ella) tiene un diálogo donde habla sobre la moda de los remakes y las historias repetidas una y otra vez en cine y cómic, del miedo a innovar y a ser originales.  Esto, leido en la primera página de una obra que viene de otra, nos  hace pensar que el autor sabe lo que hace y nos va a ofrecer algo nuevo. Y bueno.

Z y Z, Zandra y Zorglub, son los grandes personajes de la historia. Y es una historia propia. No hay aquí cameos ni visitas de Spirou, Fantasio u otros personajes de un universo compartido.

Hay referencias a otras obras, pequeños homenajes. Estoy seguro de que algunos se me han escapado, pero hay un par de ellos que me han hecho cojer de nuevo el maravilloso Astérix en Córcega…

Estamos ante una obra de lectura rápida. Con una historia que pasa volando tenemos, sin embargo, una estructura más estudiada de lo que podríamos pensar. Pero eso es parte del trabajo del buen guionista; crear un esqueleto, una estructura, que el lector no note. Podremos observar ciertos paralelismos entre escenas, ciertos chistes que se toman su tiempo, encajando al final como piezas de un puzzle.

¿Recordáis lo que os comentaba antes de las páginas desplegables? Tiene su sentido en la historia. No es solamente un despliegue visual que mole porque sí. nos cuenta algo, una pequeña historia del pasado. Pero es un flashback que funciona como un paréntesis. Me explico. Si lees La hija de Zorglub sin desplegar esas páginas, la historia funciona perfectamente. Es una pequeña historia que podría romper el ritmo de la historia principal, pero al estar contenida en esas cuatro páginas no lo hace. Es algo que quizás no notas la primera vez que lo lees, pero me ha parecido un recurso precioso.

¿Y el dibujo, Lamastelle-san? Pues muy dinámico, pensado para una historia de acción con mucha suspensión de la incredulidad. Muy heredero también del mundo de la animación de dibujos animados, sobre todo en el diseño de los personajes.

Y tendremos robots y máquinas voladoras. Y peleas. Y rayos láser. Con una historia ambientada en Bruselas (lo sabemos porque vemos el Atomium en una viñeta) los edificios de la ciudad aparecen de forma reconocible aunque no hiperrealista. Y esa vista aérea de la mansión de la familia Z. Algo que me encantaba de las historias de Franquin era su arquitectura. Y parece que no soy el único. Esa viñeta mostrando la mansión es preciosa.

Pero también tendremos escenas tiernas o melancólicas, donde la expresividad de los rostros nos fascinará. Y tendremos otros detalles, como la diferencia entre la caracterización de los protagonistas y el villano de la historia.

El color es vivo y brillante. Nos lleva de nuevo a la sensación de estar dentro de una película animada. Obra de Sedyas, encaja perfetamente con el dibujo. y no lo digo solamente a nivel gráfico, sino que parece que se ha usado el color para transmitir algunos mensajes al lector. El cabello de Zandra es violeta, color considerado como un símbolo del feminismo. Pequeños detalles de dos autores que no dan puntada sin hilo. Aunque también podría ser por esta Zandra :-).

Por ponerle un defecto, decir que algunas onomatopeyas  se han conservado en francés. Nada que no vayamos a entender. Un beso es un beso et un baiser est un baiser :-).

¿Os he dicho ya que esta obra me ha encantado? Pues os lo repito. A ver si sale pronto el siguiente tomo.

¿Por qué leer Zorglub: La hija de Z?

Una historia muy interesante, divertida y llena de acción. Con un  Zorglub desquiciado que intenta ser un buen padre. Un color muy agradable. El precioso desplegable interior.

¿Por qué no leer Zorglub: La hija de Z?

Pues no sé, alguna tiene que haber. Ah, ya, no lees cómic europeo por principios :-).