Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Zona Crítica

Zona Crítica
Guion
Simon Hanselmann.
Dibujo
Simon Hanselmann.
Formato
Cartoné, 296 págs, color. 19x24 cm.
Precio
27,96€.
Editorial
Fulgencio Pimentel. 2022.
Edición original
Crisis Zone (Fantagraphics).

Llevo mucho tiempo diciendo que pocos autores actuales me parecen tan representativos del cómic underground actual como Simon Hanselmann. Transgresor, bestia, certero y sin dejar títere sin cabeza, pero sin ser un autor que dispara al vacío y acaba dándole a todo el mundo. No, para nada. Sabe perfectamente adónde apunta y cuándo dispara. Y como buen autor de cómic alternativo escandalizará a muchos, y habrá quién piense que lo que hace no es más que la basura que sale de un cerebro achicharrado por las drogas. ¿No es esa una condición sine qua non  del cómic underground? Con pocos cómics suelto unas carcajadas tan sonoras e incómodas como con las historias de Hanselmann. Zona Crítica  viene a ser su respuesta a la pandemia. Spoiler: Se le fue de madre… Fulgencio Pimentel nos trae una edición impecable de las tiras que fue publicando gratuitamente en su Instagram durante los meses duros de la pandemia, con algunas viñetas añadidas y una serie de extras en forma de Comentarios del director y unas páginas con el «seis meses después». Si el autor leyese esta reseña, estoy seguro de que le encantaría saber que se está publicando un Miércoles Santo…


Y es que el buen Simon comenzó, como él mismo cuenta en sus comentarios al final de la obra, publicando de manera altruista estas viñetas en sus redes, pensando que la situación duraría alrededor de un mes. Pero lo que comenzó siendo un entretenimiento y un experimento acabó durando un año, y le costó bajarse de un barco con el que se nota que ha disfrutado como un cochino en un lodazal. Se encontraba en un momento dulce de su carrera, con éxito mundial y un montón de viajes cerrados para el 2020, con planes para realizar la continuación de El mal camino , y que iba a llamarse Megg’s Coven , cuando llegó una pandemia a fastidiarle sus planes.

Hanselmann utiliza a sus personajes como altavoz paródico de sus propias vivencias. Desde el pensamiento egoísta de estar más preocupado porque le llegue el nuevo Animal’s Crossing  de la Switch que de la situación que se estaba viviendo en el mundo, hasta situaciones que se iban viviendo como el éxito del reality de Netflix Tiger King  y los episodios especiales de series en forma de videorreuniones por Zoom.

A partir de ahí, la parodia se va de madre y la retorcida mente del autor de Hechizo total  alcanza cotas inimaginables. Como si fuera un Gran Hermano, mete en la misma casa a Megg, Mogg, Búho, Werewolf Jones y sus dos hijos, Moco, Mike/Jennifer,… y como es de esperar la situación se convierte en una olla a presión que va a más y más. WW Jones acaba llevando a cabo su propio reality con Netflix, Anus King , Mogg acabará yéndose de casa y la muerte acabará rondando por algunos de los protagonistas en más de una situación, bien con ellos o con algunos de sus familiares directos. Son muchos los personajes reales que se dejan ver en estas aventuras, desde el ya citado anteriormente Jim Hemmingfield (pero que es una persona real), el rapero Bladee, el artista David Choe o el actor Joel McHale, entre otros.


La parodia alcanza niveles muy elevados, con ataques y situaciones ridículas, aunque excesivamente reales. Y como decía al principio, no deja títere sin cabeza, pero sabe bien a quién se dirige: TERFs, incels, antifas, wokes… (tranquilos, que incluye un glosario al final) y pone de relieve muchas de las contradicciones del excesivo correctismo que vivimos actualmente que contrasta con la sed de morbo y miseria humana que es inherente al ser humano. Los que viérais el reality de Netflix del domador de tigres os llevaríais las manos a la cabeza en su día, pero os veríais cautivados por ese creciente sinsentido que parecía imposible, de ir descubriendo cada vez detalles más escabrosos de lo que sucedía en esa reserva animal. Con esta obra, Hanselmann pone de manifiesto esa sed de miseria humana, con el éxito de un reality que muestra relaciones tóxicas, excesos, drogas, sexo de todo tipo y colores, niños que transicionan de género… pero dentro de ser un catálogo de estilos de vida distintos, también pone de manifiesto, y se ríe en cierto modo, del ofendiditismo ante cualquiera que no apoye fervorosamente dichas libertades. Ataques que el propio autor iba recibiendo a medida que publicaba las tiras.

La obra tiene una estructura fija de 12 viñetas, 4×3 y, a diferencia de las anteriores obras del autor, tiene una estructura más historiada, más lineal, no son esos capítulos independientes que a pesar de tener cierta vinculación entre sí, se pueden leer de manera independiente. La edición es impecable, con un encuadernado cartoné, papel offset de alto gramaje, y buenos extras, con un precio muy ajustado, dado el mercado actual.


En definitiva, Zona Crítica  es una obra que comenzó como un regalo de Simon Hanselmann a sus lectores durante la pandemia, que poco a poco fue creciendo hasta tomar la forma de una de las obras más completas que ha realizado hasta el momento. Con esa sensación de que se le va completamente de las manos, realmente sabe lo que está haciendo y dirige su punto de mira a diversos elementos de nuestra sociedad, a las redes sociales, a la ofensa como estilo de vida, al morbo inevitablemente atractivo, al egoísmo humano… y lo hace con un sentido del humor que despertará incómodas carcajadas. Además, cuenta con esas páginas en las que el propio autor comenta la obra y nos revela datos interesantes de su realización y de las referencias a juegos (Cyberpunk o Animal Crossing), música o películas, como ese final homenaje a El imperio contraataca  que a mí me recuerda mucho más al de El club de la lucha . Fulgencio Pimentel tiene aún pendiente la publicación de Café Romántica , la colección de los primeros fanzines del autor, que estaba prevista para el año pasado, pero se ha ido demorando.

Lo mejor: Lo que comenzó como una gamberrada para amenizar la pandemia ha acabado siendo una de las obras más ácidas de Hanselmann. Tiene mala baba para todos. Humor del que te ríes sabiendo que no deberías hacerlo.

Lo peor: Cómic para estómagos y cerebros bien aferrados al suelo. Representante del cómic underground en toda regla. Abstenerse aquellos que se ofendan fácilmente.