Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Yin y el dragón

Yin y el dragón
Guion
Richard Marazano.
Dibujo
Xu Yao.
Formato
Rústica con solapas, 176 págs, color.
Precio
28€.
Editorial
Dibbuks. 2019.
Edición original
Yin et le Dragon 1-3 (Rue de Sèvres).

Solo con la portada de este Yin y el dragón ya te puedes hacer una idea de lo que te espera en sus 176 páginas de historia. Dibbuks edita en un solo tomo los tres libros editados en Francia (el tercer tomo se editó en febrero de este año): una historia ambientada en la China de principios del siglo XX, con una niña protagonista que le da un aire familiar a la historia, tanto por público objetivo de lectura como porque nos mantiene esa sensación de que se parece a alguna otra historia que hayamos leído o visto antes.

La historia se centra en Yin, una niña que vive con su abuelo, un pescador que se mantiene con dificultad a costa de su trabajo, especialmente por la época que vive. Y es que la historia está ambientada en la Shanghái de 1937, en pleno comienzo de la Segunda guerra sino-japonesa, cuando la situación era de por sí difícil, y más para un anciano que tiene que criar él solo a una niña de diez años. Por si eso fuera poco, un día pescando, se encuentran con un dragón dorado al que tendrán que esconder de los japoneses, y que acabará revelando el peligro que se acecha para la humanidad. Una historia con muchos frentes abiertos y una niña cuya luz puede más que todas esas amenazas.


Richard Marazano no es un autor al que este tipo de historias con reminiscencias a la obra de Miyazaki le sea ajena. Ya lo comentábamos en la reseña de El mundo de Milo, también obra suya,  y es que el autor es muy aficionado a las leyendas y mitologías asiáticas, y concretamente de China. Aquí vuelve a recurrir a un niño como protagonista, que actúa como catalizador de todas esas situaciones desagradables y temibles, y las pasa por un filtro de inocencia que nos haga verlo todo con un tono más amable. A eso me refería al principio de la reseña con lo de que nos va a resultar familiar: tenemos muchas obras en las que un niño sobrevive a una atmósfera hostil en la que su vida esté en continuo peligro, pero mantenga esa inocencia que impresiona al lector más adulto y con un concepto diferente de la responsabilidad. Por otro lado, también es conocida esa historia de encontrar a un animal mitológico/fantástico y tener que ocultarlo, dando lugar a numerosas situaciones cómicas o a generar una tensión en determinados momentos. Pero Marazano lo hace tan bien que no importa que sea una historia relativamente poco original, tiene un tono tan amable y dulce que apetece seguir leyendo. Además, mezcla esas leyendas de los dragones y plantea una amenaza muy bien hilada, puesto que no solo vamos a tener esa advertencia que hace Guang Xinshi de un ataque inminente de otra criatura legendaria, sino que también tenemos a la pareja protagonista teniendo que sobrevivir a la amenaza japonesa.

Además, Marazano construye unos personajes secundarios atractivos e interesantes y con un arco evolutivo que incluso supera al de los propios protagonistas. Fundamentalmente son el grupo de ladronzuelos a los que se quiere unir Yin; y el Oficial japonés Utamaro, que sigue muy de cerca al abuelo Li y a Yin, sin terminar de ver claras las continuas excusas que inventan para intentar ocultar al dragón dorado. El guionista introduce bastante comedia en el guión, con situaciones divertidas o ese gag recurrente del borracho que duerme en el muelle y que es testigo de todo lo que pasa y lo achaca a la bebida…


El dibujo del joven Xu Yao es muy afín al cine de animación oriental en el que ha trabajado como cortometrajista, e incluso a los videojuegos de mitología oriental (también ha trabajado en esa industria). Es un dibujo muy amable, que casi parece un storyboard para una película, y con una narrativa muy cinematográfica. Del primer al segundo libro diría que hay un sutil salto de calidad, pero sorprendentemente el tercer libro tiene algunas de las escenas más impactantes pero luego tiene otras más sencillas de transición, básicamente de diálogos, en las que me ha dado la sensación de incluso haber bajado discretamente el nivel de detalle. Puede que haya necesitado ajustar los tiempos de entrega o ha decidido darlo todo en las espectaculares páginas de ese desenlace tan grandioso (o es solo una sensación mía), pero me ha dado esa impresión en algunas viñetas con expresiones extrañas de algunos personajes.

El color es uno de los recursos donde más fácil lo tenía el autor, porque esa ambientación tan gris y ese dragón dorado dan pie a escenas muy vistosas, aunque realmente no lo explota al 100% hasta el último tomo, donde recurre a ese contraste tan marcado que dota de aún más espectacularidad al dibujo. En los dos primeros libros, el dragón llenaba de color dorado toda la página, mientras que en el último libro sí vemos un contraste entre el dorado y otros tonos más oscuros que resultan más vistosos.


En definitiva, Yin y el dragón.

Una obra apta para niños y adultos, que mezcla una atmósfera hostil, con la inocencia de la niña protagonista y una criatura mitológica con la que inevitablemente acaba entablando una relación de amistad y respeto la pequeña Yin. Un dibujo que la hace muy cercana a los más fieles al cine de animación oriental, y con una narrativa tanto por dibujo como por guión que resultará igualmente familiar a dicho público. Historia que, tras leer su sinopsis, puede dar la sensación de poco original o de ya-visto, pero que resulta un cuento amable y precioso que no defrauda en su lectura. Está muy bien construida y terminada.

Lo mejor: El tono amable. El dibujo es realmente bonito. Apta para todo tipo de públicos.

Lo peor: Si eres muy exigente con las historias, puede parecerte que es una historia que ya se ha contado en otras ocasiones.