¡X-Force ha vuelto! ¡Con el logo noventero! ¡Con la mayoría de los miembros originales! Perdonen si me he mostrado demasiado entusiasta, pero es que una vez leídos estos dos primeros números de la última serie regular creo que estamos ante la mejor encarnación del equipo (con permiso de los Imposibles X-Force de Rick Remender) y además han llegado en un momento en el que la franquicia mutante está en pleno revival de los años noventa en su cabecera principal con el regreso de X-Man entre otros.
Retrocediendo a tiempos recientes, los X-Force que vemos aquí (Sendero de Guerra, Boom Boom, Dominó, Bala de Cañón y Estrella Rota) se volvieron a reunir durante los acontecimientos de “Exterminio” para encontrar al culpable de la muerte de su mentor y amigo Cable. Las consecuencias de ese evento dejaron arreglados algunos de los problemas más recientes de una franquicia, que lleva pidiendo a gritos una revisión a fondo desde que terminaron las etapas de Grant Morrison y Joss Whedon… Y de eso ya han pasado unos cuantos años. Dicho evento nos dejó con un villano de la Patrulla X que hacía mucho tiempo que no veíamos, atrapado en nuestra línea temporal. También terminó con el asesino de Cable campando a sus aires y ese es el punto de esta nueva X-Force.
Esta cabecera está siendo publicada por Panini en su nuevo formato de grapa doble bimestral, y su primer número incluye las dos primeras entregas del arco “Pecados del pasado”(nada que ver con los gemelos Stacy, que no cunda el pánico). Un título muy adecuado, y es que más allá de la trama, el nombre de la saga parece toda una declaración de intenciones, entendiendo ésta como un deseo de hacer las cosas bien. Lo diré claro: “X-Force de Ed Brisson y Dylan Burnett son los X-Force de Nicieza y Liefeld pero bien hechos». Tenemos a un grupo de mutantes rudos, de gatillo (o espada, o cuchillo) fácil, que son proactivos y que tienen muy claro el objetivo de sus misiones. Sin embargo, ahora también son personajes bien desarrollados, con muchos matices y además, Brisson ha creado una dinámica y un debate muy interesantes al haber integrantes que no acaban de estar de acuerdo con los métodos del equipo y el eternamente polémico “El fin justifica los medios”. La formación la completan (al menos en esta primera historia), el joven Cable (que tendrá que dar muchas explicaciones) y una nueva versión del Ciborg de Deathlok, personaje con solera en Marvel, pero que también contó con un gran momento de gloria durante los años 90 y que es una debilidad personal del que esto suscribe.
En esta primera aventura también viajarán hasta Transia. El país que alberga el Monte Wundagore se ha erigido como un estado seguro para el pueblo mutante, sin embargo su ejercito está masacrando a todos los que encuentra y para ello están usando armas futuristas. Lo dicho, apenas han sido dos números, pero Ed Brisson ya me ha transmitido unas sensaciones estupendas, parece que tiene un plan más allá de hacer una orgía de balas en cada capítulo (que tampoco tiene nada de malo), pero si además de hostias hay una historia que las sostenga, pues mejor que mejor ¿No?
No quiero terminar el repaso al equipo creativo sin alabar, todo lo que haga falta y más, a Dylan Burnett. El dibujante (que ya me flipó en Motorista Fantasma Cósmico) hace un trabajo enorme, su estilo es diametralmente opuesto a cualquiera de los que hayamos visto antes en las distintas encarnaciones de X-Force: Fluido, dinámico, rozando lo caricaturesco, el cartoon o incluso el manga (el autor es un autodeclarado fan del cómic japonés). Cada página es una maravilla llena de acción, expresiones faciales y una portentosa narrativa. Para rematar tenemos al gran Pepe Larraz en las portadas. Esperemos que el nivel se mantenga.
Lamentablemente, la serie terminará en su número diez, que se publicará el próximo mes de julio en Estados Unidos. Marvel Comics publica demasiados títulos y muchas veces acaban cayendo los más refrescantes (lo mismo le ha pasado a Vengadores Costa Oeste). Las ventas no han acompañado en exceso y el número seis (último del que hay cifras de ventas) se colocó el número 85 en el top de Diamonds con poco más de 23000 copias vendidas. Una verdadera pena.
Habrá que disfrutar mientras nos dure.