Que Jonathan Hickman acabara guionizando a los mutantes era algo que todos teníamos claro. Incluso me atrevería a decir que su fichaje era lo único que podría salvar a una franquicia que llevaba en horas bajas desde la partida de Grant Morrison (aunque hubo algunas excepciones puntuales). Dicho deseo acabó fructificando en junio de 2019 con el debut de las miniseries de House of X y Powers of X. Estas historias dieron paso a una expansión mutante como no se veía desde los años noventa: Patrulla X, Nuevos Mutantes, Merodeadores, Excalibur, Ángeles Caídos, X-Force… Y si hablamos de los mutantes noventeros, hablamos también de los crossovers.
X de Espadas, un crossover mutante a la vieja usanza
Apenas un año han tardado en Marvel en montar un chocho enorme que implica a todas las colecciones existentes durante varios meses. A estas colecciones hay que sumar tres especiales de inicio, nudo y desenlace. Una estructura que La casa de las ideas ya explotó en anteriores eventos como La canción del Verdugo, Proyecto Exterminio, Advenimiento o Complejo de Mesías.
A partir de aquí hay que hacer varios apuntes. Primero lo negativo y así nos lo quitamos de encima. X de Espadas promete, promete mucho. Sin embargo, hacerse con todos los cruces es imprescindible para seguir bien la trama que se va continuando de un episodio a otro (de hecho en Panini han tenido que mezclar series para que todo cuadre). Pues bien, leerlo entero saldrá caro. Estamos hablando de muchas grapas, de las cuales algunas llegan a los siete euros tranquilamente.
En la parte positiva hay que destacar que Hickman (con la ayuda del resto de guionistas X) puede contar la historia que le da la gana. Este es su primer gran evento de Marvel, que no es aprovechado por la editorial para sacar un cipotal de tie-ins y expandirlo al resto del universo compartido. Si no me creéis solo tenéis que recordar Infinito y Secret Wars de su etapa en Vengadores. O preguntadle a Jason Aaron que opina de la Guerra de los Reinos.
El camino hasta X de Espadas
Las principales pistas que nos han llevado hasta este evento las encontramos en la serie de Excalibur. Colección que desde su concepción clásica siempre ha coqueteado más con el misticismo y la magia que sus hermanas (por mucho que Nuevos Mutantes contasen con Magik). En la nueva Excalibur tiene bastante protagonismo Apocalipsis que es el verdadero motor de toda la historia, por lo que en este título se ha ido dando información con cuentagotas de lo que está por venir. Luego hay perlas por aquí y por allá. En Cable se presentó una de las espadas o series como X-Force y Merodeadores llevan el logo de Camino a X de Espadas en su portada pero realmente no cuentan nada reseñable.
X de Espadas puede resultar confusa de primeras si atacamos la historia directamente en los capítulos de prólogo. Pero es una sensación con la que Jonathan Hickman siempre ha jugado muy bien. El guionista es todo un maestro a la hora de mostrarnos una partida de ajedrez con el triple de fichas de lo habitual y que además ya está empezada. Hasta aquí lo normal. Pero una vez leídos los tebeos que ocupan el primer mes. Te das cuenta de que nada está dejado al atar. Toda la línea a seguir está escrita en una pizarra a la que solo tienen acceso unos cuantos privilegiados pares de ojos.
Buscando la mitad perdida
En X de Espadas volverá al primer plano Arakho, que es la mitad perdida de la isla nación sintiente de Krakoa. La historia de esta isla será narrada usando como conductos a la familia de Apocalipsis. En Sabah Nur es un personaje capital para la historia. El archienemigo de la Patrulla X está viviendo una segunda juventud. Lejos de ser el loco genocida que llegó a ser en los noventa aquí es presentado como un aliado más, miembro del consejo silencioso, pero sin dejar de lado la sensación de ser una bomba de relojería. Además, ahora mismo parece ser el único que es consciente de lo que está pasando o que anticipa lo que está por venir. Además, el equipo de guionistas nos regala unos cuantos flashbacks donde aprenderemos más cosas sobre la familia de este inmortal mutante.
El prólogo nos regalará algunos momentos que podrían clasificarse de “puramente Hickman”, como una discusión llena de tensiones políticas entre el consejo silencioso y Krakoa (con mediación de Doug Ramsey) sobre la conveniencia de plantar un portal en Otromundo para saltar a Arakho por petición de Apocalipsis, que llevará a ambas partes a una conversación bastante tensa al estilo de la calma que precede a la tormenta.
Afilen sus espadas
No obstante el verdadero punto de inicio es el especial publicado en Excalibur 9 titulado X de Espadas: Creación. Aquí sin más la historia empieza como un tiro. Por un momento olvidad todo lo que habéis leído hasta el momento de Apocalipsis y Arakho/Krakoa. Pensad en las batallas de Minas Tirith o el asalto de los caminantes blancos al Muro de Poniente. Pepe Larraz y Marte Gracia nos regalan una batalla en la que unos desconocidos invasores atacan sin cuartel Otromundo. Unas páginas que son para que se te caiga el bocata al suelo de lo impresionantes que resultan las escenas de batalla en manos de este tándem artístico. Pura fantasía épica oigan.
Este ataque relámpago pondrá en jaque a Opalo Luna Saturnina, que en estas páginas leerá las cartas de su particular tarot y que ya pudimos ver en el especial de X-Men del día del cómic gratis. Un campo de batalla inesperado, la sensación de que todo puede estallar por los aires y que viejas rencillas que quedaron cerradas pueden reabrirse entre ciertos mutantes de importancia nos dejan con un lienzo cuyo dibujo no puede ser más incierto en este momento.
Habrá que ver cómo se va desarrollando la historia una vez entren en juego todos los guionistas de la franquicia. Pero a nada que no se salgan del camino marcado por Jonathan Hickman y Tiri Howard seguro que nos lo pasaremos genial. Hickman es un guionista que suele sacar oro de este tipo de eventos sin necesidad de recurrir a tropos tan manidos como la traición en último momento o la muerte efectista de un personaje que sabemos que acabará resucitando. Cuando le dejan, no solo está a la altura de las circunstancias, sino que además las supera. Ojalá le dejen.
En serio, es mucha pasta. Pero podemos estar ante el evento Marvel de lo que llevamos de siglo.