Cuando se dijo que el nuevo guionista de Wonder Woman iba a ser James Robinson, me llevé una gran alegría. Robinson es uno de los guionistas que mejor escriben los superhéroes al estilo más clásico, aunque tengan un tratamiento innovador. Así, su Starman, una serie con un espíritu claramente noventero, es un canto de amor a la historia de DC. Su JSA -la que después continuó y popularizó Geoff Johns- trajo a primera línea de este universo superheroico a los héroes de la Edad de Oro. Más aún, el Otros Mundos dedicado a la Edad de Oro es una de las grandes obras de los muchas veces injustamente denostados años 90. Así que su nombre asociado a uno de los iconos más importantes de la historia del género prometía ser una buena noticia…
Lamentablemente, no ha sido el caso. No es que James Robinson sea un autor venido a menos, que se haya quedado sin ideas. Ahí está su reciente Nick Furia con ACO, o su inexplicablemente inédito en castellano Airboy, una de las series más sorprendentes de la presente década. Pero quizás la corta duración de su etapa -veinte números y un anual, poco más de año y medio- no le ha dado la oportunidad de expandirse y desarrollar una idea a largo plazo con un personaje de la enjundia de Diana. Y ahora, con Los Dioses Oscuros, nos despedimos de un guionista del que esperábamos más y sabemos que es capaz de más.
Los Dioses Oscuros es una saga que empezó de una forma prometedora, con la presencia de Cheetah y Veronica Cale. Prometía ser la despedida del autor con una historia de sabor clásico, aunque siguiera danzando por ahí el desafortunado concepto del hermano de Diana. Y tras el aviso por parte de los Hados (homenaje al Sandman de Neil Gaiman incluido) de que llegaban algo conocido como los Dioses Oscuros, terminó el número 12 de la serie bimestral de ECC protagonizada por la Amazona.
Arrancamos con la pausa que supone el segundo anual de la serie, en el que Diana se ve dentro de los Zafiros Estelares de nuevo. Aunque la historia de la serie regular avanza algo -poco, pero avanza-, ésta es una historia más o menos independiente, no especialmente trascendente, pero que destaca por el siempre estimulante arte de Frazer Irving en su vertiente más pictórica, uno de los cuatro artistas encargados de este especial. Y terminada esta historia, volvemos al hilo central para concluir la saga que nos lleva hasta el número 50 y al relevo el la dirección de la serie.
Lo primero que nos encontramos es la revelación de quiénes son los Dioses Oscuros. Y, la verdad, me esperaba algo más. Me esperaba alguna referencia oscura al panteón grecorromano, o quizás a alguna otra mitología menos conocida. Pero no, son personajes de nueva creación, sin especial profundidad, conceptos básicos para unos diseños razonablemente molones y tamaños enormes. En la onda de los Titanes Omega de Scott Snyder, vamos, que parece ser el tipo que marca el camino a seguir actualmente en la editorial de Burbank. Sí, es una historia orientada a la acción, con un dibujo correcto (a cargo, principalmente, de Jesús Merino) y algunas escenas de pelea que cumplen el palomiteo que se espera de ellas, pero la historia es… no sé. Desangelada. A ver, no está mal escrita, pero no consiguen terminar de interesar ni el hermano de Diana ni las grandísimas amenazas a las que Wonder Woman se enfrenta en un número de aniversario como es el 50, en el que además se despide un guionista de un cierto renombre.
No podríamos decir que haya sido una etapa fallida -como si lo fue la de Meredith y David Finch- pero sí que nos esperábamos más de un escritor que nos ha dado tan buenos momentos desde los principios de su carrera hace ya casi treinta años. Cierto es que teniendo tan reciente la segunda etapa de Greg Rucka, posiblemente el mejor escritor de Wonder Woman tras la salida de George Pérez, el nivel estaba alto, pero no podemos sino calificar este año y medio como una decepción.
Y a partir de ahora, un par de interludios. Un arco en manos de Steve Orlando, un autor correcto, sin más, un cruce con Liga de la Justicia Oscura llamado La hora de las brujas, a cargo de James Tynion IV, y después daremos la bienvenida, a la altura del número 58 americano, al nuevo equipo creativo, formado por G. Willow Wilson al guión y Cary Nord al dibujo. ¿Tendremos por fin un equipo creativo a la altura del personaje? Desde luego, el trabajo de la nueva guionista en Ms. Marvel, la serie de Kamala Khan, ha sido memorable, y Cary Nord es un dibujante de calidad indiscutible, con lo que el futuro del personaje parece prometedor. Iremos viendo.
