Entre la marcha de James Robinson y la esperada llegada de Gwen Willow Wilson, la serie de Wonder Woman ha tenido cuatro meses de espera, en los que se han publicado un par de arcos argumentales para hacer tiempo a que llegara la reputada guionista de Ms. Marvel. El primero de ellos, aparecido entre los números 51 y 55 de la serie original y publicado íntegramente en el número 28/14 de la serie bimestral de ECC, tuvo como guionista a Steve Orlando, un hombre para todo de la casa cuyo nombre se ve cada vez con más frecuencia. Pero aún quedan dos números para la llegada de la nueva guionista, que han sido aprovechados por la editorial para publicar un mini cruce entre las dos colecciones que protagoniza actualmente Diana de Themyscira, Wonder Woman y Liga de la Justicia Oscura.
La hora bruja, título del cruce en cuestión, arranca justo después de la presentación del nuevo equipo capitaneado por Wonder Woman (y del que ya hablamos aquí hace un par de meses), y consta de cinco números: dos especiales, de inicio y cierre, dos números de la serie regular de Wonder Woman y uno de la Liga de la Justicia Oscura, escritos todos ellos por James Tynion IV, responsable de la serie de la sección de la Liga dedicada a lo sobrenatural, motivo por el cual esta historia funciona, en temática y tono, más como un segundo tomo de LJO que como una historia de Wonder Woman. De hecho, la Otraclase presentada en el primer número de esta nueva Liga hace acto de presencia en esta historia y tiene un papel fundamental en su conclusión.
La historia de este tomo gira alrededor de Hécate, la diosa triple de la hechicería, que ha decidido rehacer a su antojo la magia del Universo. Para ello, despierta a una serie de mujeres a las que marcó en el pasado, que destruirán el mundo mágico tal y como lo conocemos hasta ahora. Y sí, Wonder Woman es una de ellas. Como consecuencia del nuevo entorno presentado en Sin Justicia, que afecta a la mayor parte del Universo DC, la magia ha dejado de ser un entorno seguro y controlado para ser algo salvaje, desconocido, impredecible. Y esta nueva encarnación de la división sobrenatural de la Liga recuerda más al Shadowpact de hace casi quince años -la presencia en ambos grupos del Detective Chimp se deja notar- que a su antecesor directo, el grupo creado por Peter Milligan y Mikel Janín.
En este tomo da la sensación de que Tynion abusa de la sobreexplicación de acontecimientos. Queriendo contar tantas cosas en un espacio limitado, la narración es a veces un tanto densa. Quizás si esta historia hubiera llegado más adelante, y la información necesaria para la comprensión de esta historia hubiera sido dosificada poco a poco, al llegar aquí todo podría haber sido bastante más fluido, más natural. Pero claro, los sucesos de este tomo son necesarios para lo que el guionista quiere contar a partir de ahora en su serie mensual de la Liga de la Justica Oscura, con lo que tampoco había muchas más posibilidades. En el aspecto gráfico, todos los implicados cumplen de sobra, destacando, además del trabajazo de Álvaro Martínez Bueno -va a llegar un momento en el que los halagos a este autor cántabro van a terminar siendo repetitivos, pero qué bueno es- la representación que hace Jesús Merino de la nueva versión peluda de la Cosa del Pantano.
A priori, podríamos decir que un cruce de un mes de duración -los cinco números fueron publicados en octubre de 2018- entre dos series protagonizadas por el mismo personaje no debería tener demasiada trascendencia, pero éste la tiene. Algunas de las reglas de la magia han sido reescritas, Nanda Parbat ya no es lo que era y el Parlamento de los Árboles… bueno, ya lo leeréis. Aún es pronto para saber qué protagonismo va a tener el rincón mágico dentro del Universo DC planteado en Noches Oscuras, pero desde luego que para comprender lo que suceda a partir de ahora con los personajes sobrenaturales, Liga de la Justicia Oscura y La Hora Bruja son lecturas imprescindibles.
