Wonder Woman no es un personaje que haya sido precisamente bien tratado en su historia editorial. Como dice el propio George Pérez en la introducción de este libro, la continuidad de este personaje antes de Crisis en Tierras Infinitas era un desastre y era una serie que se asignaba a cualquier autor que estuviera disponible. Nadie, hasta mediados de los años 80, trabajaba en la colección de la Amazona por propia voluntad. Pero llega la mencionada Crisis, se resetea el Universo DC entero, y se ponen a las primeras espadas de la editorial a redefinir los orígenes de los personajes más importantes de la editorial. Frank Miller y David Mazzucchelli en Batman. John Byrne en Superman. Keith Giffen, Jean Marc DeMatteis y Kevin Maguire en la Liga de la Justicia. Y, por supuesto, George Pérez en Wonder Woman.
Contiene: Wonder Woman 1 a 14 USA
Guión: George Pérez, Greg Potter, Len Wein
Dibujo: Art Adams, Brian Bolland, Chris Marrinan, Curt Swan, George Pérez, John Bolton, José Luis García-López, Ross Andru
Formato: Cartoné, 368 páginas.
Precio: 32.50€
Wonder Woman, la Mujer Maravilla
George Pérez estuvo unido a Wonder Woman durante cinco años como guionista y dos como dibujante. Bajo su guía, Diana pasó a ser uno de los segundones de la editorial, un personaje que no despertaba interés en los autores y era un conglomerado de sinsentidos, a ser un miembro de la Trinidad. El Espíritu Santo de los tres héroes más importantes de la editorial, junto a Superman, el Padre de todos ellos, y Batman, su Hijo editorial.
En la redefinición del personaje posterior a Crisis en Tierras Infinitas, la obra más importante de la carrera de George Pérez hasta el momento, el autor analiza los cuarenta y seis años anteriores del personaje y decide qué funciona y qué no, potenciando lo primero y descartando lo segundo, y crea una nueva historia para Diana partiendo de cero, sin ataduras de continuidad y con total libertad creativa. Tanto es así, que la editorial decidió que la recreación de este icónico personaje necesitaba unos cimientos más sólidos de los que se podían conseguir si aparecía en otras colecciones y vetaron su aparición en los primeros números de la nueva Liga de la Justicia, siendo sustituida en el equipo fundador por Canario Negro.
El primer y más importante cambio que hace el autor es cambiar la inspiración en la mitología griega por una pertenencia total a ella. En el número 8 de All Star Comics, primera aparición de Wonder Woman en 1941, ningún dios aparece. Hipólita, reina de las Amazonas, habla de Afrodita y de Hércules (no Heracles) en los orígenes de la raza inmortal, y en un momento dado se encomienda a Atenea. Pero no pasan de ser un relato de tradición oral. En esta nueva versión, en cambio, las Amazonas son una raza creada por los mismísimos dioses griegos, con el objetivo de guiar a los hombres y así fortalecer a los Olímpicos. Este nuevo planteamiento genera el conflicto que hay detrás de todo el primer arco argumental del tomo: Ares, el dios de la guerra, no cree que haya que guiar a la humanidad, hay que someterla por la fuerza. Y de este modo, al igual que en las epopeyas clásicas, lo que ocurre en la Tierra es el reflejo de las luchas de poder entre las divinidades. Y como títere involuntario de Ares se reintroduce uno de los personajes secundarios tradicionales de la serie, el Coronel Steve Trevor, interés romántico habitualmente en apuros de la versión pre-Crisis de la colección.
El nuevo Steve Trevor marca una de las principales señas de identidad de la serie. Se cuenta en la historia que nació semanas después del ataque japonés a Pearl Harbor, que sucedió en diciembre de 1941 (detalle curioso y difícilmente casual: la misma fecha en la que se puso a la venta All Star Comics #8), lo que hace que en su primera aparición en esta nueva continuidad, en 1987, tenga 46 años, alejando por diferencia de edad la idea de una trama romántica con Diana. De hecho, mientras que la motivación de la protagonista para salir de Isla Paraíso en su versión original era acompañar de vuelta a su hogar a Steve Trevor, del que se había enamorado a primera vista, en la versión Pérez, Diana sale al Mundo del Hombre para detener a Ares. La nueva encarnación de Wonder Woman no es la protagonista de una película romántica, es una heroína por derecho propio.
De hecho, la liberación de la mujer ante la opresión patriarcal es una de las señas de identidad de esta etapa. Las Amazonas son creadas con las almas de mujeres prehistóricas asesinadas a manos de sus parejas. Heracles (no Hércules, esto son los mitos griegos) busca someter a las mujeres haciendo valer su condición de hombre. Y en el último arco argumental del tomo, el espectacular El Desafío De Los Dioses, el propio Zeus pretende forzar sexualmente a Diana y se enoja cuando ésta no se siente halagada. Es agradablemente sorprendente que un cómic editado hace treinta años tenga un mensaje de igualdad y de oposición a la discriminación sexual que aún hoy es perfectamente válido. De hecho, el mensaje de igualdad no se queda en palabrería vacía. A lo largo de la etapa Pérez, Mindy Newell coescribió once números. Colleen Doran y Cinthia Martin fueron dibujantes invitadas. Jill Thompson fue dibujante regular de la serie durante un par de años. Entre otros coloristas en la serie, estuvieron Tatjana Wood, Petra Scotese, Juliana Ferriter y Nansi Hoolahan. En aproximadamente la segunda mitad de los cinco años en los que George Pérez estuvo en la serie, no hubo ni un solo número en el que no hubiera al menos una mujer implicada en la creación del cómic.
Estamos, en resumen, ante una reescritura del origen del personaje, manteniendo sus señas de identidad, dándole un trasfondo más sólido y quitando gran parte de los dejes machistas (no todos) que eran mucho más habituales casi medio siglo antes, sin dejar de ser uno de los cómics de superhéroes más vibrantes y mejor dibujados jamás vistos. No nos podíamos esperar menos de un cómic editado por Karen Berger, ¿verdad?
Historia editorial
La primera edición de estos números fue, como la mayor parte de las series de la época, la colección de Ediciones Zinco en formato grapa, entre 1988 y 1991. Esta primera serie llegó hasta el número 38, cubriendo la etapa de George Pérez como autor completo y la posterior en la que sólo se hizo cargo de los guiones, con dibujos de Chris Marrinan y Jill Thompson.
La primera reedición de estos números llegó en 2008, veinte años después, de la mano de Planeta DeAgostini, en su línea de Clásicos DC en tapa blanda y formato de bolsillo. Pero era la época del «así o nada», así que muchos lectores se tuvieron (nos tuvimos) que conformar con una edición que no le hacía justicia a los lápices de Pérez. Tres años después, ya en 2011, la propia Planeta saca una edición en tapa dura a tamaño original, en dos tomos, para alegría de los que no habían comprado el anterior formato y frustración de los que sí lo habían (habíamos) hecho.
Y ahora, seis años después y ya de la mano de ECC, llega la cuarta edición de unos cómics que nunca deberían faltar de las estanterías de las librerías especializadas.
George Pérez
Este autor neoyorquino hijo de inmigrantes puertorriqueños y criado entre el Bronx y Queens lo ha dibujado prácticamente todo. Es el Autor, con mayúsculas, de Wonder Woman, estuvo al frente de una breve pero muy potente etapa en Superman, dibujó en dos etapas separadas varias décadas entre sí, memorables ambas, a los Vengadores, relanzó a los Nuevos Titanes, convirtiendo al grupo de héroes juveniles en una de las series más exitosas del momento… Y, por supuesto, es el dibujante definitivo de crossovers por su increíble capacidad para dibujar multitudes. Ahí están Crisis en Tierras Infinitas, JLA/Vengadores o El Guantelete Del Infinito, cuya adaptación cinematográfica (o algo) está ya en camino.
En resumen…
No exagero si digo que estos números son un clásico imprescindible del género superheroico. Cuando estuve leyendo este tomo preparando la reseña, me leí los catorce números que incluye de una sentada, sin cansarme, sin tener la sensación en ningún momento de que estaba leyendo una obra desfasada como sí ocurre, por ejemplo, con las obras de Stan Lee, cuya lectura requiere un potente ejercicio de contextualización, o, en menor medida, del Superman de John Byrne. La Wonder Woman de Pérez es una obra atemporal, que funciona igual de bien ahora que hace treinta años, y es, sin lugar a dudas, la etapa definitiva del personaje.
Además, con el cercano estreno de la película basada en el personaje, la presencia de esta obra en el mercado era absoultamente imprescindible. Un diez por la edición y otro por la oportunidad.