Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Wonder Woman: Año uno

Wonder Woman: Año uno
Guion
Greg Rucka
Dibujo
Nicola Scott y Bilquis Evely
Color
Rómulo Fajardo Jr.
Formato
Cartoné. 168 págs. Color
Precio
19,95€
Editorial
ECC Ediciones. 2019
Edición original
Wonder Woman #2, 4, 6, 8, 10, 12 y 14 (DC)

¿Realmente era necesario otro reinicio de Wonder Woman? Probablemente la respuesta sea no. A decir verdad ningún reinicio lo era y ejemplos anteriores como el de George Pérez en el 87 o el de Brian Azzarello y Cliff Chiang en 2012 no sólo han pasado a formar parte (cada uno en su medida) de la mitología de nuestra amazona, sino que nos brindaron grandes historias (de nuevo cada una en su medida), que es al fin y al cabo de lo que se trata. Por eso, lo que vemos en Wonder Woman: Año uno en conjunción con lo que veíamos en Wonder Woman: Las mentiras excusa cualquier reinicio, ya que muy probablemente Greg Rucka, Nicola Scott y Liam Sharp (con cierta ayuda de Bilquis Evely) nos han brindado la mejor etapa desde el final de la Era Pérez.

Wonder Woman: Año uno

Yo comentamos que originalmente esta serie publicaba dos historias alternas. En los números impares nos asomábamos al presente que ya vimos en Wonder Woman: Las mentiras. Como nos indica el título Wonder Woman: Año uno, en esta ocasión es turno para los números pares de la serie en una historia de origen. Los acontecimientos que tienen lugar en este tomo a todos nos suenan conocidos: La idílica vida en Themyscira, la llegada de Steve Trevor, la partida de Diana al mundo de los hombres, la aparición de Ares… pero del mismo modo que hacía en el tomo anterior, lo importante no está tanto en lo que sucede sino en el estudio, entendimiento y ensalzamiento de la figura de Wonder Woman.

Rucka ya tuvo una etapa anterior con la amazona entre 2003 y 2006 donde demostró que su fama a la hora de caracterizar personajes femeninos fuertes le iba como anillo al dedo a nuestra amazona. Sin embargo, con Wonder Woman: Año uno consigue llevarnos más allá. Wonder Woman no es sólo una mujer fuerte y lo que más claro tiene es que en ningún caso es una versión femenina de Superman. Rucka nos da las claves de por qué Wonder Woman es un personaje único con una personalidad tan propia y un carisma a la altura de sus compañeros de Trinidad.

Superman es el héroe que nos inspira a ser mejores personas, pero Wonder Woman es la heroína que nos enseña a ser mejores. Superman viene del planeta Krypton a mostrarnos los valores terrenales de los pueblos del medio oeste americano. Wonder Woman proviene de la tierra pero nos trae la guía de ese mundo mejor del que ella procede. Wonder Woman es la mismísima elegida de los dioses pero por más impresionante que sea, se manifiesta cálida y cercana porque del mismo modo que los dioses clásicos, Wonder Woman también es pasional, curiosa, entusiasta, orgullosa y a la vez abierta a otros puntos de vista… Superman es una idea, pero Wonder Woman es una mujer. Pese a su espectacular belleza, su casi metro noventa y sus dones divinos es la parte de la trinidad que representa lo mejor de ser humano. Superman encarna el ideal ético al que deberíamos aspirar y Batman todo lo que un humano puede llegar a ser si prescinde de todo lo que nos hace humanos. Todas estas cosas son las que de algún modo nos deja ver Greg Rucka en Wonder Woman: Año uno y por eso esta nueva vuelta a los hechos fundacionales es más pertinente que nunca en cuanto a cómo reconstruye a nuestra heroína para que sea más que nunca lo que siempre fue.

Wonder Woman: Año uno

Diana es la figura central, por descontado, pero Rucka sabe que sin un contexto a la altura los cimientos del personaje flaquearían y por eso desarrolla un elenco de secundarios y un antagonista a la altura. Etta Candy es más que nunca una amiga. Como ya pudimos adelantar en el tomo anterior, esta versión de Barbara Minerva es absolutamente arrolladora y, sí, tal vez este Steve Trevor parezca un poco más tonto, pero ¿qué hombre no se atontaría un poco ante un mujer como Diana? La tercera pata está en el villano, tarea que recae en un Ares que se nos muestra más diabólico que nunca asociado simbólicamente a la serpiente y como fuerza motora de un grupo fanático a medio camino entre el comando terrorista y el culto religioso.

Para llevar a imágenes todos estas ideas contamos con la australiana Nicola Scott, cuya belleza y perfección plástica nos da una Themyscira que, pese a acercarse más a la realidad de nuestro tiempo, luce mítica y casi celestial. Tal vez esta seña de identidad sea también su mayor flaqueza, ya que incluso cuando tenemos que ir a lo terrenal, todos los personajes bien sean soldados, terroristas, dioses o simples viandantes se ven aquejados de un deje figurinista que los convierte en Barbie y Ken. No ayudan en exceso los colores con sobreabundancia de tonos pastel elegidos por Rómulo Fajardo. No obstante, se trata de un detalle menor en lo por otra parte es un trabajo más que solvente.

Wonder Woman: Año uno

Le hace un flaco favor, de todos modos, compartir cabecera con un Liam Sharp en un estado de forma como no le habíamos visto nunca y el hecho de que el número que cierra Wonder Woman: Año uno corra a cargo de una de las más pujantes promesas que nos ha descubierto DC en los últimos años. La brasileña Bilquis Evely, a quien tenemos actualmente en The Dreaming, firma un último número dedicado al pasado de la Doctora Barbara Minerva que es una delicia tanto literaria como gráficamente.

Si dejasteis pasar la primera edición de este Renacimiento de Wonder Woman, tal vez sería buena idea hacerse con los dos tomos recopilatorios que le lleva dedicados ECC, porque puede que tardemos unos cuantos años en tener otra etapa a esta altura.