En 1987 conocimos el mundo de Winterworld gracias a Chuck Dixon y Jorge Zaffino. Fue al amparo de la desaparecida editorial Eclipse Comics, que cesó su actividad sin haber finalizado la historia. He aquí que el bueno de Dixon, tipo de ideas fijas y bastante cuadriculado, rescató la obra con IDW, que desde 2014 ha ido publicando más material de esta distopía helada. En 2021 fue Aleta Ediciones la que dió la sorpresa publicando en castellano una obra que era no solo inesperada, sino totalmente desconocida para la mayoría de los lectores. No les ha debido ir muy mal, pues no tardaron en publicar un segundo volumen: “La niña” y ahora nos llega su continuación: “Varados”.

Varados en un mundo desolador y sin esperanza

El presente volumen de Aleta recopila los números cinco a siete de la serie regular de Winterworld, así como el especial cero. Por delante solo nos quedaría una miniserie de tres números titulada “Frozen Fleet”, que supongo que veremos por aquí el próximo año, o eso espero, porque reconozco que me encantan las historias postapocalípticas centradas en contar cómo es el día a día de los supervivientes que campan por sus páramos.

Estamos acostumbrados a que dichos apocalipsis suelen dar como resultado mundos áridos o radiactivos. En algunas ocasiones tenemos excepciones como ese maravilloso Mad Max acuático llamado “Waterworld” o el mundo congelado de la serie que nos ocupa. Lo que me gusta también es que Dixon ocupa el limitado espacio que tiene por delante en centrarse en los protagonistas, importando sobre todo el presente de los mismos, preocupándose lo justo por el futuro y pasando olímpicamente del pasado, sin apenas prestar atención en cómo se llegó a esta situación. Que cada cuál use su imaginación. Algo que no está de más, todo sea dicho.

“Varados” arranca con la situación que nos dejó el final de la niña con Scully, Wynn y Rah Rah perdidos en un mar de nieve tras sufrir el robo de su transporte a manos de una desconocida. Este personaje femenino que se incorpora al lore de la serie aporta cierta diversidad al tratarse de una mujer latina. De hecho, con la inevitable traducción se pierden algunos juegos de palabras donde mezclaba español e inglés. ¿Por qué les robó el camión? ¿Hay alguna razón importante o es mero egoísmo entonando el “sálvese quién pueda”?

Como en todas las historias de este tipo, me viene a la cabeza irremediablemente “The Walking Dead”. Y es que se demostrará una vez más que el ser humano es más peligroso que cualquier temporal, monstruo o cataclismo ya que, en lugar de ayudar al prójimo, es mejor matarlo y robarle después. La ley del más fuerte, la lucha por la supervivencia o la búsqueda de fuentes de calor duraderas son los temas de fondo que va desarrollando Chuck Dixon y que suelen ganar protagonismo con personajes como el rastrero Skitters, un carroñero que habla de sí mismo en tercera persona y al que acompaña un chaval que se cree un animal y que de hecho viste la piel de uno.

Por lo demás, el escritor nos ofrece casi un centenar de páginas repletas de acción, tensión y algún que otro susto. No obstante en “Varados” la verdadera estrella es Tom Giorello, que toma las riendas gráficas tras el recordado Jorge Zaffino y Jackson Guice. El artista, que nos deslumbró a todos con Conan Rey o X-O Manowar, realiza un trabajo extraordinario con una gran atención al detalle y a la ambientación. En sus manos el frío es un personaje más de Winterworld. La forma en que dibuja el hielo, apoyado por el gran color de Diego Rodríguez, transmite belleza y ferocidad a partes iguales. Además, Giorello es un narrador consumado y sus personajes son sumamente expresivos.

Como decía más arriba, “Varados” incluye el número cero. Se trata de un capítulo en el que Wynn cuenta a Scully su historia. Veinticuatro páginas de flashbacks con alguna escena que me ha recordado al filme de Conan el Bárbaro. Lo mejor es el dibujo pues Dixon cuenta para la ocasión con Tommy Lee Edwards, de estilo más sucio que Giorello pero mucho más adecuado para el duro pasaje que nos cuenta la protagonista de la obra.

En definitiva, Dixon y Giorello tiran de oficio y buen hacer en este ejercicio de sano entretenimiento para ofrecernos este survival helado que deja con ganas de más. Ojalá que Aleta no tarde mucho en seguir con la serie.

La edición de Winterworld: Varados viene ofrecida en formato cartoné con una galería de portadas alternativas como contenido extra