Es la hora de las tortas!!!

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Wild’s End 3: Fin del viaje

Wild’s End 3: Fin del viaje
Guion
Dan Abnett
Dibujo
I.N.J. Culbard
Formato
Tapa dura. 18 x 27 cm. 160 páginas a color
Precio
24,90 EUR
Editorial
Dolmen Editorial. 2020
Edición original
Wild’s End: Journey's End

A pesar de todos los esfuerzos militares, los invasores alienígenas se están apoderando del mundo. Las ciudades han sido invadidas y el campo, infestado. Quedan pocas esperanzas para que la Humanidad resista. Clive, Susan y los demás se han visto separados, luchando por encontrar un lugar seguro a salvo de los alienígenas. Con pocas opciones, los supervivientes necesitarán recurrir a la misma gente que una vez temieron, para hacer un último esfuerzo con el que invertir el curso de la guerra.

Llega el tercer y último tomo de esta revisión de La Guerra de los Mundos protagonizada por animales antropomórficos. Aquí, la tensión y el peligro no vienen tan de la mano de los alienígenas como del ejército, que se convierte, como tantas otras veces en la ficción, en un segundo villano contra el que deben luchar los héroes. Este nuevo antagonista viene personificado en la forma de un chupatintas al que conocimos en el volumen anterior, Mr. Laidlow (o Laislow, que de las dos formas lo escribe el traductor, depende de por dónde le dé el viento), ascendido a Comisionado de Distrito por medio del Acta de Emergencias. La ley marcial instaurada y las bajas entre los oficiales hace que muchos suboficiales hayan sido ascendidos de manera un tanto brusca, y esto lo vemos reflejado en el Sargento Barker, ahora General, a quien el rango se le ha subido de mala manera a la cabeza. Ambos personajes representan lo peor de la burocracia y el estamento militar que se hace cargo de la situación en el pueblo de Iglesia del Cuervo de Abajo.

wild's end

Al introducir a estos nuevos antagonistas en la trama, el guionista Dan Abnett desvía la atención del lector hacia ellos, haciendo que la amenaza extraterrestre pase a un segundo plano. Nuestros protagonistas ahora no deben escapar de las “farolas alienígenas”, sino de sus propios compatriotas, que les acusan de traición y espionaje. Es el enemigo interior al que hacía referencia el título del anterior volumen, que aquí se revela por completo y cuya confrontación ocupa la mayor parte del argumento. También tendremos la presentación de un nuevo personaje, un zorro contrabandista y fullero llamado Jakes, a quien todos encuentran un gran parecido con el fallecido Fawkes, y que sirve de excusa para proporcionar un medio de transporte a los protagonistas. También entra en escena un grupo de niños (es casi obligado meter niños en historias de invasiones extraterrestres para aumentar la sensación de peligro) y cobra más protagonismo la Comandante Upton, con una sorprendente e inesperada revelación. Abnett (Aniquilación: PlagaTales of the Marvels: The Wonder Years) deja de lado el relato del pasado del marino retirado Clive Slipaway, del que nos ha ido mostrando retazos que imaginábamos explicarían algo del presente, dejando no obstante a cuenta del lector el interpretar esos sueños recurrentes, síntomas del estrés postraumático que sufre Slipaway, como anteriores ataques fallidos de los extraterrestres a nuestro planeta.

Al dibujo sigue estando el eficaz I.N.J. Culbard (El rey de amarillo, Sherlock Holmes: El perro de los Baskerville), quien con un dibujo simple pero altamente descriptivo es capaz de transportarnos a esa idílica campiña inglesa donde se desarrolla la acción. El hecho de hacer que los protagonistas sean animales antropomórficos cumple en este caso una doble función: por un lado es un reclamo comercial, en el sentido de que al añadir animales a la mezcla el tebeo deja de ser una mera adaptación (muy libre, por cierto) de un relato de ciencia ficción de hace más de un siglo, aumentando la curiosidad que despierta; por otro lado, el uso de distintas especies de animales sirve para dotar a los personajes de la personalidad del animal cuyos rasgos adoptan: Clive Slipaway, el viejo marino, es un perro guardián; Susan Peardew, como buena gata, es esquiva e independiente; Fawkes y Jakes, los zorros, son astutos y taimados… El recurso funciona, aun en el plano subconsciente, y sirve tanto al guionista para ahorrarse descripciones como al dibujante para mostrar con un solo dibujo toda una ristra de rasgos de personalidad.

Si bien la historia de nuestros protagonistas puede terminar perfectamente en este tomo, se deja la puerta abierta para contar más historias con nuevos personajes. El universo de Wild’s End queda así lo bastante abierto como para presentar nuevas historias ambientadas en esta Inglaterra invadida por extraterrestres. Si la fórmula ha funcionado en Los Muertos Vivientes, no sé por qué no habría de funcionar también aquí. Al fin y al cabo, lo interesante de estas historias no es la amenaza exterior en sí, sino cómo respondemos y reaccionamos los seres humanos ante ella. Casi se podría decir que la invasión (zombi, alienígena o del tipo que sea) es una mera excusa para mostrar cómo nos enfrentamos entre nosotros, cómo la adversidad hace aflorar lo mejor y lo peor de todos y cómo, por mucho que creamos estarlo, no estamos preparados para una situación como ésta, que siempre nos supera.

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Este Wild’s End: Fin del viaje cierra una historia que se ha extendido a lo largo de casi 500 páginas divididas en tres volúmenes publicados aquí por Dolmen Editorial en ediciones de lujo, más en la forma que en el fondo, pues este tercer tomo, por ejemplo, no incluye ningún artículo sobre la obra o los autores, ni ilustraciones, bocetos ni extra alguno. Por este precio, habría sido de agradecer algo más de esmero en la edición. Dejando esto a un lado, la trilogía de Wild’s End será de gran interés para los aficionados a la ciencia ficción decimonónica, y en especial a la obra de H.G. Wells.