En noviembre de 1998 Marvel Comics publicó el número 114 del segundo volumen de “What…If?”. Fue una época un tanto convulsa, entre crisis financieras e ideas creativas discutibles, y no había indicador alguno de que las historias imaginarias presentadas por el Vigilante fueran a volver a la parrilla de títulos de mensuales. Y así fue, no hemos vuelto a tener una serie regular de “What…If?”. Pero eso no significa que el concepto y la serie murieran.
Ya sea en forma de especiales relacionados con los eventos de turno como “Civil War”, “Dinastía de M”, “La Era de Apocalipsis” o “Aniquilación”. A veces como miniseries al uso, que partían de una idea predeterminada como “La sombra de la araña” con dibujos de Pascual Ferry. También con especiales centrados en Miles Morales como diferentes héroes de Marvel y, sin olvidar la serie animada de Disney Plus. Todo ello ha sido el carburante definitivo para que “What…If?” viva para siempre. Ahora nos llegan los seis especiales que en Estados Unidos aparecieron bajo el nombre de “What…If? Dark”.
“What…If? Dark”. Si algo puede salir mal no irá mal, irá peor
Los seis especiales incluidos en el volumen de Panini están centrados en diversos villanos o personajes de carácter tenebroso del enorme plantel de personajes de la editorial. De resultados dispares, aunque todos son entretenidos, ha habido dos que me han gustado por encima de todo. Además, uno acaba muy mal y el otro acaba bien (aunque con cierto poso agridulce). No diré cual es cual para no destripar la sorpresa a nadie.
El caso es que los especiales centrados en Loki y Drácula están por encima de sus compañeros de volumen gracias al buen hacer de sus guionistas, que no son otros que Walter Simonson y Marv Wolfman. Dos autores que nos ofrecieron las mejores versiones de esos personajes en sus largas etapas. Los dibujos son de Scott Eaton y David Cutler respectivamente. La premisa del Dios de las mentiras arranca de los acontecimientos de “The Mighty Thor 153” (Gracias a Xavier Sanz por el dato) y muestra una versión de Loki cruda, sin adulterar, que hará lo posible por sembrar el caos en los nueve reinos. Por su parte, en el especial de “La Tumba de Drácula” me ha gustado mucho encontrarme con Blade tal y como fue engendrado por el mencionado Wolfman y el artista Gene Colan, un cazador de vampiros alejado de la (por otro lado muy cañera) imagen que dio del personaje Wesley Snipes en la gran pantalla.
El resto de episodios tienen una calidad desigual. Ahora bien, en todos se parte de la premisa de que el mal triunfa en mayor o menor grado gracias a un fallo o derrota del héroe de turno. El mejor de estos números es el dedicado a Spider-Gwen (pero que nadie espere ver la versión original debutante en “Universo Spiderman”), cuya protagonista se ve obligada a seguir la doctrina de Peter Parker sobre el poder y la responsabilidad. Jody Houser y Ramón F. Bachs firman un cómic con marcado aroma clásico que ofrece un buen número de sorpresas y giros en tan solo 24 páginas.
Ya solo nos queda pararnos en “What…If? Dark Venom”, en el que el simbionte alienígena, tras quedar atrapado en el edificio Baxter al volver de las Secret Wars originales se adhiere a Ben Grimm. Es un número extraño y quizás un poco más violento de la cuenta, siendo esta la única baza para hacerlo destacar.
Finalmente nos encontramos una marcianada tremendamente divertida y loca en el especial de Matanza con Larry Hama y John McCrea, que conecta con la macro historia de Knull, el Dios de los simbiontes con el que tanto nos dio el coñazo Donny Cates. La guinda del pastel la pone Mike Spicer, el colorista habitual de Daniel Warren Johnson, que convierte los lápices del dibujante en toda una orgía visual.
Dejamos para el final al pobre Caballero Luna de Erica Schultz y Edgar Salazar. Uno de los pocos especiales con perspectiva de género que no acaba de funcionar en ningún momento. Quizás por alejarse de esa senda tenebrosa y diablesca que suele acompañar a todo buen relato imaginario en Marvel.
En definitiva, “What…If? Multiverso Oscuro” garantiza un rato entretenido aunque de calidad desigual. Los aficionados a las historias alternativas seguro que disfrutarán a lo grande.