Voyeur 1. Las historietas eróticas para Playboy
Horacio Altuna
120 páginas – Cartoné – Color
978-84-16507-57-3
24 euros
El primer tomo de una colección única que recopila las historias eróticas de Horacio Altuna para Playboy. El cómic erótico tiene una deuda indiscutible con el maestro de la historieta Horacio Altuna, quien ha sabido captar como nadie la feminidad y elegencia de la mujer. Les ofrecemos una edición especial editada con gran esmero y cuidado en la que se ha digitalizado y rotulado de nuevo y que contiene 16 páginas de extras llenos de bocetos “indiscretos”.
El argentino Horacio Altuna es uno de los grandes autores de cómic residentes en nuestro país. Entre los no aficionados al cómic, su obra es conocida por dos motivos: el primero es la tira cómica “Familia Tipo”, publicada diariamente hasta hace unos años en el El Periódico de Barcelona, que ha sido reciente recopilada en un tomo por Ediciones B. El segundo motivo son las 4 páginas a todo color con las que hacía reír y excitarse a la vez a los lectores de la edición española de Playboy (ahora extinta) desde 1989. Estas páginas están siendo recogidas y publicadas en lujosos tomos de tapa dura por Dibbuks.
El argentino Horacio Altuna reside en España desde hace más de 20 años, y fue en 2004 el primer artista de nacionalidad extranjera en recibir el Gran Premio del Salón Internacional del Cómic de Barcelona. Publicó su primera historieta en 1965, y desde entonces no ha parado de cosechar éxitos, tanto en Argentina como en España. En 2007 se convirtió en presidente de la Asociación Profesional de Ilustradores de Cataluña. Horacio Atuna es considerado uno de los grandes dibujantes de cómic e ilustración erótica con una sólida y reputada carrera profesional.
En estas historietas re cogidas en el tomo Voyeur, de cuatro páginas a cada una, Altuna nos cuenta historias independientes, con tres denominadores comunes:
El primero es la aparición de bellas señoritas, aparentemente dispuestas a retozar a la menor oportunidad. Altuna es un maestro a la hora de retratar la increíble belleza de la figura femenina, a caballo entre la delgadez de las chicas de Manara y la voluptuosidad de las de Serpieri, por poner dos de los ejemplos más conocidos. Sus chicas son hermosas, fogosas, y no se limitan a dejarse tomar, sino que toman parte muy activa en la relación (como se puede ver en la historieta Las Violadoras, que hoy despertaría muchas críticas). Las chicas no son meras herramientas para el disfrute del macho alfa, sino que toman la iniciativa y disfrutan sinceramente de la relación sexual en igualdad de condiciones.
El segundo denominador es la representación del sexo no como algo tórrido y lujurioso, sino como un encuentro íntimo y tierno entre dos (o a veces más) personas. No hay lugar para primeros planos de genitales, cuerpos sudorosos, acrobacias atléticas ni salpicones de fluidos corporales. Las relaciones sexuales entre los protagonistas, si bien ocurren en muchas ocasiones a salto de mata, son tan apasionadas como dulces. No es porno de casados, pero tampoco es un frío mete-saca. Es el sexo que surge de la pasión instintiva, del arrebato, del ahora o nunca. El sexo que hace que quieras quedarte a dormir.
El tercero es el humor con que finalizan todas estas historietas. Altuna encontró el perfecto equilibrio entre el sexo y el humor: ni las cuatro páginas están llenas de cuerpos desnudos, ni el chiste se alarga demasiado comiéndose todo lo demás. Si bien algunos gags, argumentos o remates que aparecen en estas páginas ya los conocía de haberlos leído u oído en otro formato, no hace que sean menos disfrutables. Todo chiste, viejo o nuevo, pasado por el lápiz de Altuna, cobra nueva vida y lo hace suyo.
No podemos obviar el exquisito tratamiento del color que Altuna da a sus páginas. Algunas de las historias, concretamente las ambientadas en entornos rurales, parecen coloreadas con acuarelas y se nota el mayor gramaje del papel sobre el que se ha trabajado, lo que les da un tono aún más cálido e íntimo. Son páginas de una belleza impresionante, aumentada por la sensualidad que desprenden los cuerpos desnudos que las protagonizan.
La larga experiencia de Altuna en el dibujo realista se combina aquí con su capacidad para crear situaciones cómicas, que se entrelazan en la historia junto con las escenas más ardientes, creando una perfecta emulsión que provoca en el lector una sonrisa en la cara y un picor en el hemisferio sur. También es de rigor decir que, debido al tamaño del tomo, su peso y la tapa dura, no es adecuado para llevárserlo al baño.
Si aún no conocías el arte de Horacio Altuna. Dibbuks te brinda esta excelente oportunidad para ponerte al día.
Aquí puedes leer unas páginas de muestra de este tebeo.
