¿Un cómic sobre el día a día de un enfermero de cuidados paliativos? ¡Uf! Eso debe ser muy triste… ¡Viva la vida! Del primer al último día, del francés L’Homme Étoilé (El hombre estrella), seudónimo de Xavier, un enfermero que lleva años dedicado a esta rama sanitaria que tanta grima da a la gente cuando le hablas de ella, nos cuenta su día a día en el trabajo, algunos de los pacientes que más le han emocionado, o simplemente las anécdotas más divertida que le han sucedido. Random Comics publica esta obra que no deberíais dejar pasar, pues sirve de desmitificación de todo lo que gira alrededor de la muerte cuando se trata de enfermedades sin cura.
Xavier es un enfermero de 1,93 m de altura, con multitud de tatuajes y un peinado y constitución que parezca que se acabe de bajar del escenario tras un concierto de Heavy Metal. Una persona con un físico tan imponente resulta ser una bendición para muchos enfermos que llegan al final de sus vidas con esta «estrella» que ilumina sus últimos pasos.
¡Viva la vida! reúne numerosas anécdotas, de mayor o menor extensión, que giran en torno a un enfermo… o a sus propios sentimientos. Está escrito y dibujado con una sensibilidad exquisitas, y tiene el mérito de ser una obra muy equilibrada a la hora de provocar risas y lágrimas. Y no es una obra triste, todo lo contrario. Como su propio título revela, estamos ante un cómic tremendamente optimista, que apuesta por acompañar en los últimos momentos de la vida, y que puede servir de inspiración para cualquiera que se vea en la situación de un familiar cercano a la muerte, aunque no sea por una enfermedad terminal. Como el propio autor pone en su propia boca en las primeras páginas del cómic, se trata de «añadir vida a los días cuando no podemos añadir días a la vida…».
Si no sabéis aún qué podéis esperar de esta obra, imaginad los casos en los que Patch Adams intentaba animar a los pacientes del hospital, o a algunas de las historias que se contaban en la serie Pulseras rojas . Xavier se apoya mucho en la música, para conectar con sus pacientes, pero a veces no es necesario más que aportar un poco de calor apoyando la mano sobre una persona que lo necesita, para apaciguar esa lucha interna. Es algo que transmite con mucha sensibilidad, sin pecar de sensiblonería.
Una de las cosas que más me ha sorprendido positivamente de esta obra, es que no cae en la tentación de mostrarse como un enfermero súper guay que consigue alegrar a todos los pacientes y convierten la muerte en algo fabuloso. No, es un profesional falible, que atraviesa momentos de impotencia, de incapacidad de conectar con algunos pacientes… y no se oculta ni lo justifica. Simplemente es una persona que hace su trabajo y lo comprende. Sabe cuál es su función, hacer que esos últimos días sean lo menos dolorosos posibles y evitar cualquier síntoma que pueda aparecer y provocar sufrimiento.
Para ello, recurre a un estilo sencillo, cartoon, heredero de esas tiras tan populares en el mercado francés y del que en España tenemos editados multitud de títulos con esa estructura (Una semana de cada dos , Dad , …). Son páginas con 3-4 viñetas, sin marco que las separe y un estilo gráfico que abunda en la expresividad. En un cómic como este, la expresividad de los personajes es fundamental, para ver todas esas sensaciones que se pasan en silencio, sin exteriorizarlas… porque no hace falta.
En definitiva, ¡Viva la vida! Del primer al último día es una obra preciosa, que saca tantas sonrisas como lágrimas de alegría y ternura, que sorprende por la sinceridad que emana en todo momento, y lo equilibrada que resulta, sin siquiera acercarse a la peligrosa zona de las historias sensiblonas gratuitamente. Muy recomendable para todo tipo de lectores: para aquellos que puedan tener a un familiar cercano con una enfermedad terminal, para aquellos que simplemente se encuentren inseguros ante la muerte, para sanitarios que puedan necesitar un recuerdo de humanidad, y simplemente para personas que quieran emocionarse con una obra sensible y que deja una sensación de cerrar el libro con una sonrisa en los labios y ganas de abrazar a tus seres queridos. El Arrugas de los cuidados paliativos, sin duda. El autor acaba de publicar otro libro similar, Je serai là! (Estaré allí) por lo que esperamos que este funcione lo suficientemente bien como para animar a Random Comics a publicarlo igualmente en España.
Lo mejor: Lo equlibrada que resulta. La sensibilidad y sinceridad que rezuma por cada página del libro.
Lo peor: Dejarse llevar por el rechazo al miedo por que sea un cómic triste.