Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Viuda Negra 2. Yo soy la Viuda Negra

Viuda Negra 2. Yo soy la Viuda Negra
Guion
Kelly Thompson
Dibujo
Elena Casagrande y Rafael de Latorre
Tinta
Elena Casagrande, Elisabetta D’Amico y Rafael de Latorre
Color
Jordie Bellaire
Formato
Rústica. 120 páginas. Color
Precio
13€
Editorial
Panini Cómics . 2021
Edición original
Black Widow #6-10 (Marvel)

Bienvenidos al primer volumen de la nueva serie regular de la Viuda Negra. No, no me he equivocado de pastilla ni se me ha olvidado que ya reseñamos el tomo anterior. Sin embargo, si le quitamos las dos últimas páginas, el primer volumen bien podría haber sido una miniserie autónoma más de la buena de Natasha. Es en Viuda negra 2. Yo soy la Viuda Negra donde vemos por primera vez la intención de construir a largo plazo.

Viuda negra 2. Yo soy la Viuda Negra

De acuerdo que tenemos todo su pasado de espía, todo el asunto de la Sala Roja, su vinculación con S.H.I.E.L.D., los Vengadores o los Campeones, pero Natalia Alianovna Romanova nunca ha llegado a tener algo que podamos llamar un ecosistema propio al uso. Más allá de otros héroes, no tiene un elenco de secundarios ni una galería de villanos propia como cualquier héroe de primera división que se precie. Este parece ser el propósito de Kelly Thompson, Elena Casagrande y Rafael de Latorre: subir a la Viuda Negra a las grandes ligas.

Para ello hace falta un trauma motivacional — que ya vimos en la saga anterior — una base de operaciones y un reparto de secundarios y villanos. Todo esto — o al menos el principio — lo tenemos en Viuda negra 2. Yo soy la Viuda Negra. Los acontecimientos del tomo anterior nos llevaron a San Francisco, un entorno perfecto para establecer la base ya que no es desconocido para la Viuda, ya que compartió correrías en la ciudad del Golden Gate con Daredevil durante los años 70, y tampoco para su guionista Kelly Thompson, que ya ubicó allí a Ojo de Halcón y la última encarnación de los Vengadores de la Costa Oeste.

Viuda negra 2. Yo soy la Viuda Negra

A partir de ahí conoceremos a Apogeo, el misterioso villano que parece estar desarrollando una secta en la que dota a sus adeptos de superpoderes. Por el camino, iremos haciendo reparto y, más allá del binomio Natasha-Yelena, aparecerá Lucy, una víctima de la secta, y se unirá Anya Corazón (Spidergirl) para formar una especie de Ángeles de Charlie que no necesita a ningún Charlie. Se sumará también Craig en calidad de asesor científico e incluso algún otro invitado sorpresa.

El punto fuerte para que toda esta construcción aguante a largo plazo es la dinámica entre los personajes y ahí entra el punto fuerte de Kelly Thompson. Sus chispeantes diálogos llenos de vida y dinamismo son el motor del cómic, pero no solo por la energía y el humor que desprenden sino por lo acertadamente que define las voces, caracterizando a cada personaje a través de la interacción con otros y haciendo de esta interacción un valor en sí misma.

Viuda negra 2. Yo soy la Viuda Negra

Ya tenemos en Viuda negra 2. Yo soy la Viuda Negra villanos y un reparto que se gana nuestro corazón. Ya solo nos falta una estética. Afortunadamente y pese a una mayor presencia de apoyo del brasileño Rafael de Latorre, el sello autoral gráfico se mantiene. La italiana Elena Casagrande conserva las riendas del apartado gráfico y, aunque ocasionalmente debe relevarla de Latorre, no solo es que se limite el número de dibujantes a dos — todo un lujo en los tiempos que corren — sino que ambos participan de una misma estética preacordada. El llamado efecto de Luca en las escenas de acción es el principal sello visual de esta serie. Gianni de Luca en sus adaptaciones de Shakespeare a historieta defendía la página como un escenario por el que mover a sus personajes, prescindiendo de las viñetas. Esto llevaba a ver varios instantes separados en el tiempo de manera simultánea y sin separar en la misma página, que es lo que vemos en esta serie de Viuda Negra. Pese a sus evidentes diferencias estilísticas, tanto de Latorre como Casagrande acuden a este recurso para la acción, en la que la italiana brilla con luz propia. En las escenas de mayor calma y peso de caracterización, funciona sin tacha, pero no destaca como lo hace en los momentos más explosivos y tal vez se deba a un exceso de perfección y detalle un tanto antinatural. En este aspecto sale mejor parado el estilo más sucio y menos refinado de Rafael de la Torre, si bien el trabajo de ambos es de primer nivel.

Viuda negra 2. Yo soy la Viuda Negra tiene todo lo necesario para crear una serie regular de largo recorrido, sólida y digna de llevar a la Viuda al primer plano que sin duda merece. Esperemos que las ventas sean propicias y pueda seguir creciendo como apunta.