Es la hora de las tortas!!!

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Viñetas infernales: 100 años de cómics de terror, de Pedro Porcel

Viñetas infernales: 100 años de cómics de terror, de Pedro Porcel
Guion
Pedro Porcel
Formato
Rústica con solapas, 400 páginas, blanco y negro y color.
Precio
29.95 €
Editorial
Desfiladero Editorial. Septiembre 2023

“Viñetas infernales: 100 años de cómic de terror” es el libro teórico sobre el noveno arte más fascinante y absorbente que he leído en lo que va de década. A lo largo de casi cuatrocientas páginas, Pedro Porcel disecciona el género del terror desde su génesis en la industria española hasta los últimos autores que han destacado con historias de este tipo como Sergio Bleda o El Torres.

Algunas de mis revistas de terror.

Como decía más arriba, he gozado cada uno de los capítulos de “Viñetas infernales” ya que desde siempre he sido un apasionado de las historias de “miedo”. En mi casa siempre ha habido revistas comoCreepy, “Vampus” o Vampirella. Lógicamente heredadas de primos mayores y similares (en incluso encontradas amontonadas al lado de un contenedor de reciclaje), puesto que yo hasta casi la mitad de los noventa no empecé a coleccionar cómics, y en esa época salvo algunos contenidos en Cimoc o “El Víbora” casi no había historias de terror. Por desgracia, ahora la situación no es muy distinta, ya que salvoGiallo o “Cthulhu” tampoco hay publicaciones antológicas que nos hagan estremecernos.

La cantidad de información que ofrece este “Viñetas infernales” es ingente, casi inabarcable. Pero lejos de pretender ser solo una lectura densa, que lo es, es también realmente ameno de leer gracias al estilo directo y accesible de Porcel, que no duda en salpicar cada párrafo de anécdotas y datos de lo más curiosos e interesantes. También es destacable el cuidado por las ilustraciones, que, elegidas con un cuidado exquisito, nos muestran viñetas seleccionadas, portadas, publicidad, anuncios, etc en blanco y negro y a todo color.

Porcel analiza con sumo cuidado la influencia de nuestro propio folklore, de la religión, de la sociedad y de los acontecimientos que marcaron a la misma (como la Guerra Civil y la dictadura), y cómo estos fueron, a la postre, decisivos en la creación y evolución del cómic de terror en España.

Me ha llamado poderosamente la atención la forma en la que los artistas lograban saltarse la censura para incluir elementos terroríficos en personajes como Inspector Dan o Roberto Alcazar y Pedrín. Sí, sé como suena, pero lo consiguieron y en algunas historias aparecían los monstruos de cine de la universal, personajes de la literatura gótica o escenas de lo más cruentas que pasaban el aro censor en los años cincuenta. La directriz (importada de Francia al parecer) por la que se debían regir todas las publicaciones era muy esclarecedora: “No puede haber elementos que perturben el ánimo del niño». Así de sencillo, menos mal que con ingenio se saltaban a la torera esta regla semana sí y semana también.

“Viñetas infernales” también es una máquina del tiempo, como la nueva Biblioteca Marvel de Panini, que nos transporta a una etapa editorial de la que se tiene muy poca información. Poco a poco, el libro de Pedro Porcel va haciendo paradas en las diferentes revistas de terror como la fundacional “Historias para no dormir” (versión en papel de la célebre serie de televisión creada por Chicho Ibáñez Serrador) hasta llegar a los años setenta y ochenta, que ocupan una considerable extensión en la obra

The Spanish Invasion

Aunque “Viñetas infernales” fue concebido con la intención de repasar toda la producción autóctona es inevitable que el escritor haga un análisis también de algunas publicaciones extranjeras (principalmente de la editorial Warren) que fueron traducidas y editadas en España por el sencillo motivo de estar ilustradas por dibujantes españoles. De ahí lo de “The Spanish Invasion”, un calificativo nada fortuito, pues hubo un momento en que la marea de autores fue tal que muchas veces había más firmas españolas que inglesas o americanas. En menor medida pasó también con 2000 AD y la ciencia ficción, pero es es otra historia.

Las revistas “Vampus” o “Dossier Negro” se nutrieron de todo tipo de historias provenientes de los magazines yankees del tipo de “Creepie” o “Eerie”. En sus páginas aparecen autores como Víctor de la Fuente, Sanjulián, Josep Maria Beá o Esteban Maroto. Dibujantes que publicaron para el mercado norteamericano gracias a la labor de Josep Toutain, que al mando de la agencia “Selecciones ilustradas” logró el desembarco de nuestros dibujantes en ese territorio. Sin dejar de hablar de los USA, habría que destacar también la labor de Pepe González con Vampirella, personaje que contó en nuestro país con una cabecera con su nombre.

Y hasta aquí voy a contar, porque podría llenar otras mil palabras ensalzando las virtudes de “Viñetas infernales: 100 años de cómic de terror”, pero prefiero que, si he conseguido que os pique el gusanillo, os hagáis con un ejemplar. No le debe haber ido mal a Desfiladero, pues ya ha puesto en circulación una segunda edición de la obra.

Sobre la edición en cuestión, me parece muy acertado que se haya optado por la tapa blanda con solapas para abaratar el producto en cuestión.

PD: Pedro Porcel también ha publicado con Desfiladero un ensayo sobre el cine de terror en los años treinta. Por aquí no ha habido reseña porque no entra en nuestra línea editorial, pero es igual de recomendable.