Aunque parezca mentira, no solo los americanos son capaces de realizar series de género fantástico. Desde las islas británicas muchas han sido las series que han destacado en el imaginario televiso, con el famoso Doctor Who o Dan Dare como sus mayores valores.
Demons, la serie que hoy tratamos, a primera vista podría ser la respuesta inglesa a Buffy, Cazavampiros, pero nada más lejos de la realidad. Demons es una miniserie de seis capítulos emitidos por la cadena ITV el pasado año, donde el último miembro del linaje Van Helsing será entrenado para evitar que los media-vida conquisten nuestro plano de realidad.
Luke Rutherford, es un estudiante anónimo, que tiene a su mejor amiga, Ruby, enamorada de él, es bueno en casi todos los deportes, va a fiestas y a pub‘s, juega a la X-Box. Tendría una vida normal y corriente hasta el momento que una figura extraña intenta robar su expediente académico de su colegio, y una figura del pasado familiar se presenta en su casa, su padrino Rupert Galvin, amigo íntimo de su fallecido padre.
Galvin revelará su verdadero apellido, Van Helsing, último descendiente de una saga de cazadores y guerreros de lo sobrenatural, iniciada por su antepasado Abraham Van Helsing, así como su deber como protector de la humanidad. Acompañado de la concertista de piano ciega Mina Harker (con este nombre y apellido, cierto ser sobrenatural no puede andar muy lejos), Luke recibirá su herencia física de mano de su padre a través de un video, los secretos de la Media-Vida recogidos en Los Estantes, biblioteca y guarida de los Van Helsing.
Las similitudes y diferencias con Buffy, comienzan y terminan aquí. En los escasos seis capítulos, los personajes se definen mucho más oscuros y complejos que los divertidos personajes del universo creado por Joss Whedon. El pasado pesa mucho en Galvin y, en menor medida, en Mina en referencia a la muerte del anterior cazador, el padre de Luke (que no es Anakin, graciosillos) y en sobre sus intereses personales respecto al papel desempeñado por en nuevo cazador, ya que en momentos solamente es un medio para conseguir un objetivo, una arma, no una persona con sentimientos y miedos.
Con la flema típica inglesa, ese humor negro tan suyo, iremos viendo desfilar vampiros, demonios, no muertos, dragones, enanos, cazarecompensas como grandes adversarios en la formación de Luke, cuyo lema es “Clasificar y Golpear” a todos los media-vida, hasta llegar al apoteósico final.
Es evidente que el protagonista es Luke, pero es una serie coral, donde Galvin, Ruby, Mina y Jennifer Rutherford, la madre de Luke tienen su cuota de protagonismo asegurada, ya que no dejan de ser peones en el tablero que todo cazador utiliza en mayor o menor medida para realizar su tarea, o en el caso de Luke, su vida, compaginando sus estudios, su relación con su madre y su no-novia Ruby, su vida real con su vida secreta.
Otros aliados se unirán a Luke, como el Padre Simeon, un no-muerto de más de 600 años, conocedor del verdadero destino del padre de Luke, además de ser poco amigo de Galvin y sus poco ortodoxos métodos.
A diferencia de las atolondraras series de acción americanas, donde el ritmo es marcado como un videoclip, la acción pausada de la serie, puede echar un poco para atrás a primera vista, pero los bien desarrollados guiones, con tramas sencillamente planteadas, resultan un respiro absoluto, por comprobar el buen hacer de los actores ingleses, mezclados con los herederos de las películas de la Hammer (solamente hay que comprobar los maquillajes que harían las delicias de un joven Guillermo del Toro), la fantasía, el terror y la magia de los relatos góticos, muy alejado del espectáculo visual y vacío del producto hollywoodiense.
