Es la hora de las tortas!!!

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¡Viñetas y … acción! 32 Catwoman de Pitof

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¡Hola amiguitos! Vamos un domingo más (aunque hemos tardado un poco en volver) con ¡Viñetas y … acción! La sección de esta, vuestra web, donde Víctor Gómez y un servidor nos ponemos a rajar de todas las películas de imagen real de superhéroes. Hoy tenemos una entrega muy especial porque, tras hablar de la mundialmente premiada Swamp Thing, la oscarizada Howard el Pato o la aclamada por la crítica Supergirl, vamos un paso más allá… Y es que toca hablar de… ¡Catwoman!

catwoman

En serio señores de Warner. Si no quieren hacer una peli de Catwoman, pues no pasa nada, nadie se va a enfadar, pero tampoco hacer falta que la tomen con nosotros y hagan este fiasco, que será recordado como uno de los mayores fracasos comerciales y de crítica de este siglo. La compañía, que actualmente no sabe muy bien que hacer con los personajes de DC, ha dado muchos palos de ciego a lo largo de los años convirtiendo proyectos apetecibles en completos engendros. En el caso de la cinta que nos ocupa, la primera idea era continuar con los acontecimientos de Batman Returns contando con Michelle Pfeiffer, pero a sus 45 años la actriz decidió que estaba para poca hostia (o los dólares no cuadraron) y la cosa no prosperó.

Catwoman y Sharon

Entonces los productores Denise Dinovi y Edward McDonnell decidieron pasarse cualquier referencia a DC por el arco del triunfo (ya se hizo lo mismo con Steel y todos sabemos como acabó la cosa). En primer lugar adiós a Gotham City, a Selina Kyle… En fin, adiós a cualquier elemento del personaje reconocible. Se contrató a Halle Berry con la consiguiente polémica por tener a una Catwoman negra. Daba igual que hubiera encandilado a los fans con su papel de Tormenta en X-Men o que fuera una actriz de contrastada solvencia que ese mismo año ganó el Oscar y el Razzie (en una memorable secuencia que demostró su buen sentido del humor autocrítico). La gente solo se fijó en que era negra, olvidando que ya hubo una Catwoman negra en el Batman de Adam West.

Polémicas absurdas al margen, toda la cinta es un completo despropósito. La trama cuenta como Patience Phillips (la Berry) es una diseñadora gráfica de una empresa de cosméticos. Su jefa, Sharon Stone, no tiene escrúpulos porque quiere poner a la venta un potingue que causa adicción y daños a largo plazo a no ser que se use continuamente, lo que provocará que la peña o bien se muera o bien se arruine. Muy mala, muy chunga, muy petarda. Ella y su marido se enteran que Patience ha descubierto el pastel y hacen que Byron Mann (el Ryu de Street Fighter de Steven E. Souza) la mate de manera un tanto tonta.

catwoman

Ahora llega lo más chungo. Si en Batman Returns la heroína era resucitada a lametazos, aquí es porque le cae bien a un gato egipcio que ejerce su influencia sobre ella. En fin, esto le da poderes como reflejos, vista agudizada, ganas de comer atún todo el puto día o la capacidad de limpiarse el sobaco con su propia lengua. La actuación de Berry es de traca, en ningún momento parece saber que tipo de película está haciendo. El papel de Sharon Stone (que también tiene poderes porque sus potingues le han convertido la piel en cemento) tampoco desmerece. Nos la quieren vender como una mujer empoderada, fuerte, capaz de todo, pero en esencia lo que logran transmitir es a una pre-yaya que está amargada porque le salen arrugas y se le han comenzado a caer las tetas. No es profunda, es superficial por lo que en mensaje que da no es precisamente positivo.

La película falla a todos los niveles. Sus efectos especiales son realmente malos (a saber cuanto fue destinado a esta materia de los cien millones de presupuesto), con unas escenas de acción torpemente coreografiadas con cables por doquier. Halle Berry aprendio capoeira para la cinta, pero se ve que no pudieron enseñarle más que un par de pataditas. Lo peor de todo no obstante, fue el horrible diseño de producción de Bill Brzeski y de vestuario de Angus Strathie. El “uniforme” de Catwoman es una especie de traje de sadomaso coronado por una máscara de Mickey Mouse. Algo bastante raro, teniendo en cuenta que Strathie se encargó también de la traslación del uniforme de Deadpool de las viñetas al celuloide, sin olvidar que ganó el Oscar de Hollywood por su labor en Moulin Rouge. Se ve que ese día la coca estaba más cortada de lo habitual.

La lectura más negativa que saco de todo esto es que Catwoman se trató de la primera aventura americana del realizador francés Pitof, quien nos dejó un grato sabor de boca con su debut con la fantástica Vidocq. Por desgracia, solo hemos visto su particular forma de rodar en un par de telefilmes desde entonces, centrando toda su carrera en apartados técnicos. De este bodrio solo salvo el decente score de Klaus Badelt.

Catwoman se la pegó merecidamente en todo el mundo. En Estados Unidos recaudó 40 millones, a lo que hay que sumar otros 42 del resto de territorios. Bastantes más millones de los que se merece. En fin, 104 minutos de mi vida que no voy a recuperar.