Por más que Valiant fuera fundada en 1989, es con su encarnación-relanzamiento de 2012 con lo que jugamos. Apenas 8 años de universo superheroico que se echa a la espalda el estigma de amigo feo comparado con los dos grandes Adonis colosales, Marvel y DC. Pero he aquí aquello que se dice de la maña y la fuerza y lo que debería ser una debilidad ha sido aprovechado para darnos aquello que las dos grandes nunca podrán ofrecernos: evolución y cambio de statu quo. Un continuidad menos pesada unida a esa valentía que le viene en el nombre permiten que un universo libre de lastres gire y cambie con dinamismo y rotundidad. Vida y muerte de Toyo Harada es probablemente el mejor ejemplo de esto.
Vida y muerte de Toyo Harada es el final de un camino que empezó con el primer número de Harbinger de un 2012 en el que poco podíamos sospechar a donde llegaríamos. Vida y muerte de Toyo Harada es el último acto de una historia de tres y vendría precedida por Harbinger (y crossovers) e Imperium. Con esa habilidad para los crear puntos de acceso que caracteriza a Valiant, este tomo podría llegar a ser leído de forma independiente sin peligro de perdernos en la historia, pero si bien el primer acto con Harbinger podría ser más prescindible, la sensación de solemne apoteosis de Vida y muerte de Toyo Harada pierde gran parte de su fuerza si no venimos de leer Imperium.
Si se hablaba de Harbinger como los X-men de Valiant, cuando Toyo Harada fue presentado, a priori le correspondía el papel de Xavier, pero pronto Joshua Dysart nos daría muestras de que tal vez estábamos más cerca de la figura de un Magneto, con algunos toques quizá de Tony Stark, pero al fin y al cabo ante una de las personalidades más potentes del universo Valiant. Con Toyo Harada, Joshua Dysart se ha permitido orbitar con una serie de tonos de gris que difícilmente habrían podido ser explorados en las grandes. Ya en Imperium la idea del héroe, antihéroe y villano se difuminaban poniendo la borrosa línea divisoria en dicotomías más materiales como la de libertador/terrorista. Con Vida y muerte de Toyo Harada llegamos al final de esta disección con un título bastante gráfico.
En Imperium ya éramos testigos de cómo Harada y su equipo se hacían con el control del cuerno de África en pos de la creación de una utopía que eliminara las desigualdades y es aquí donde Dysart hace hincapié en el precio a pagar, un precio que le pone sin duda en el papel del villano aunque sea por un bien mayor. La cosa se enturbiará aún más cuando la cabeza visible de las fuerzas aliadas que se le oponen sea la del Proyecto Espíritu Renacido, que a todas luces son villanos situados en el papel de héroes. Con todo este ambiguo juego donde el juicio y la inteligencia del lector son bien ponderados, llegamos a esta situación de gran punto culminante, de gran batalla final a la que nos lleva Vida y muerte de Toyo Harada.
Mientras vemos cómo se desarrollan los juegos de intereses y las ambigüedades morales en los dos bandos, asistiremos también a una serie de flashbacks hacia diferentes momentos de la vida de Toyo Harada desde su nacimiento en la Hiroshima de preguerra. Para estos flashbacks contaremos con dibujantes de la talla de Mico Suayan, Butch Guice o un reaparecido Adam Pollina, mientras que el presente, el grueso de la historia, corresponde a un CAFU en estado de gracia. Quien ya conozca el estilo del madrileño, puede ir intuyendo que un gran final a esta escala le va como anillo al dedo a su estilo detallista y con énfasis en las grandes composiciones, decoradas y volumetrizadas con esos grises que son marca de la casa. Sin embargo, Vida y muerte de Toyo Harada está repleta también de diálogos y dramas de salón. Gran parte de la resolución de este final de alto octanaje gira en torno a las conspiraciones y los diálogos de tú a tú, donde CAFU ha ganado unas tablas que completan sus estilo hasta convertirlo en el que es probablemente su mejor trabajo hasta la fecha.
Héroe o villano, mesías o megalómano, libertador o dictador, Vida y muerte de Toyo Harada culmina el gran final de esta gran historia que pone en tela de juicio el precio a pagar por hasta el más noble de los ideales. Vida y muerte de Toyo Harada es (por más que Hickman haya dado su puñetazo en la mesa) la historia que nunca podrás leer en X-Men.
