Hay muy poca gente en España que sepa tanto de cómics de superhéroes como Carlos Pacheco. Los conoce por dentro y por fuera como pocos porque no sólo es un profesional como la copa de un pino, sino que también es un aficionado hardcore. Os recomiendo que lo escuchéis hablar en Bullpen y lo comprobéis vosotros mismos. Por eso, cuando Panini anuncia una línea de ‘Recomendado por’ con obras seleccionadas por Salvador Larroca, Pasqual Ferry y el mismo Pacheco, se antoja buena idea ver más allá de la estrategia marketiniana y darle una oportunidad a Vengadores: La saga de la Corona Serpiente.
Corrían los años 70 y las cosas se hacían de otro modo. De acuerdo que ahora pueden chocar un tanto los textos de apoyo o una cierta simplificación de algunos aspectos, pero que nadie diga que Vengadores: La saga de la Corona Serpiente es un tebeo simple, porque lo que leemos en este tomo hoy en día habría tenido el tamaño de un gran evento desarrollado en decenas de series durante varios meses. Si repasamos un poco lo que nos dan Steve Englehart y un primerizo George Perez, en tan sólo 7 números americanos, tenemos tierras paralelas, viajes en el tiempo, reliquias de viejas civilizaciones perdidas, conspiraciones políticas y corporativas, rescate de conceptos pre-Marvel, villanos clásicos, nuevos villanos, recaditos a la competencia y hasta un momento Scooby Doo (no diré más).
Nada menos que Kang, Inmortus y el Escuadrón Supremo serán los responsables de dividir a los Vengadores en dos tramas que discurren paralelas sin tiempo para coger aire. De acuerdo que un lector actual requerirá de un pequeña contextualización por su parte y tal vez precise un cierto esfuerzo lidiar con los verborreicos textos de apoyo, pero todo el tomo está plagado de acción, así que no hay lugar para el aburrimiento. Puede que sea necesario entrar en su manera de contar las cosas, pero hay cosas que sólo se pueden contra de este modo y sería impensable un tebeo como Vengadores: La saga de la Corona Serpiente con las normas actuales.
Englehart rescata tramas que abrió en su etapa del Capitán América, recupera y renueva viejos conceptos e incluso los utiliza para ser el punto de partida de ideas y personajes que tendrían aquí su línea de salida de una dilatada carrera. Cada grapa es una historia completa con toneladas de ideas y con un continuará que, lejos de partir una historia, hace eso tan setentero de enlazar una con otra sin respiro, que no tiene miedo de extender la trama en el tiempo, el espacio y la realidad ni a dividirla en subgrupos con sus propios villanos y nudos argumentales paralelos.
Y en el mismo sentido hay que enmarcar a un joven George Perez, que daba sus primeros pasos, lejos aún de lo que le ha convertido en uno de los dibujantes más grandes de la historia del género y e incluso con algún obstáculo de más como el entintado de Vince Colletta en algunos números, pero con todo el mejor sabor de la acción superheroica y algún que otro destello de genialidad de lo que estaría por llegar.
Vengadores: La saga de la Corona Serpiente es un tebeo que resume la esencia de lo que son Los Vengadores y los superhéroes en general, sin complejos y disfrutando de las posibilidades que sus códigos únicos posibilitan. Y es que los clásicos no hay que leerlos porque sean clásicos, ni son clásicos porque sean viejos, sino porque pusieron encima de la mesa esas ideas que no podrían ser ni soñadas hoy día y sin las que sería imposible el género de los superhéroes como lo conocemos.