Aunque aún quede pendiente el tie- in sobre Mercurio, Vengadores 95: Sin Rendición pone fin al arco que hemos podido leer durante los últimos 4 meses y, tras un arranque arrasador, una continuación algo torpe y un repunte en el número anterior, llegamos ante un final más que digno para una saga que conmemora el sabor clásico a la vez que lo impregna del aroma de los grandes eventos.
Parte del encanto de Sin rendición residía en haber comenzado varias tramas a la vez de sopetón y sin tiempo de coger aliento. Esto implica que aunque algunas ya se habían comenzado a solucionar, tenemos aún multitud de hilos que desenlazar: el destino de Viajera, el del Gran Maestro, la Legión Letal, la Orden Negra, los héroes en estasis, Jarvis, Hulk…. así que es el turno de las explicaciones y de una serie de charlas sobre lo que significa ser un Vengador (que es al final el hecho central sobre el que gira toda la saga), pero sin demasiadas pausas antes de la gran traca final. El Combatiente ha decidido que debe borrar la tierra de la faz del universo y los Vengadores deberán lanzarse a la gran batalla final.
Es el momento de que vuelva Pepe Larraz a los dibujos (tras unos números de desigual resultado con Paco Medina, Kim Jacinto y Stefano Caselli) para lo que en el propio tebeo llaman “todas las películas de Michael Bay de golpe”. Tendremos así una gran batalla final digna de superproducción que cuenta incluso con su propia escena postcréditos.
Pese a algún que otro altibajo, Sin Rendición ha resultado ser una rara avis, un evento (es decir, una gran maniobra editorial) que no solo ofrece un espectáculo bien orquestado y un trabajo de coordinación ejemplar entre el equipo de guionistas, sino que brinda una historia sólida que además incide y afianza la idea que hay detrás de un equipo como los Vengadores.
Cierra Sin Rendición como un evento que si bien no ofrece grandes hallazgos ni planteamientos excesivamente arriesgados, nos deja un balance final de unas cuantas toneladas de épica, un canto al clasicismo y lo esencial y, a la vez, el primer paso hacia el futuro.