Usagi Yojimbo: Senso
Stan Sakai
Planeta Cómic
Rústica sin solapas
170 páginas
12.95 €
Hace unos treinta años, mientras garabateaba en su cuaderno de bocetos, el dibujante Stan Sakai dibujó un conejo estilo samurái con largas orejas atadas como en un moño, y nació Miyamoto Usagi. Ahora, con casi doscientos números publicados de Usagi Yojimbo, múltiples recopilaciones en formato novela gráfica,y una serie derivada protagonizada por el futurista Space Usagi, Sakai ha llegado a ser el narrador más querido del mundo del cómic, mientras sigue registrando las apasionantes aventuras de su igualmente querido conejo ronin a la vez que obtiene numerosos premios en el proceso.
En Senso, esas aventuras saltan quince años adelante en el Japón del siglo XVII, cuando un misterioso cohete metálico de los cielos aterriza forzosamente y provoca la guerra más feroz en la que ha participado el héroe antropomórfico y su comiquero elenco, ahora notoriamente más viejos, aunque no necesariamente más sabios. Hará falta todo el considerable valor, ingenuidad y rotunda determinación que Usagi y sus seres queridos puedan reunir para enfrentarse a las formidables máquinas de guerra alienígenas y combatir la amenaza de Marte.
Ya hemos hablado en esta web de las aventuras del más famoso (¿o el único?) conejo samurai de todos los tiempos, dos veces Lamastelle-San y una un servidor, con motivo del 25º Aniversario de su creación, hace seis años. Aquí somos muy fan de los cómics de samuráis (y sus películas, como podéis comprobar escuchando nuestro podcast Especial Samuráis). Pero tal vez, lo que hace a Usagi Yojimbo diferente es el aire inocente que desprende el personaje.
Mkiyamoto Usagi es un ronin, un samurái que perdió a su señor en la famosa batalla de Sekigahara, y que recorre el camino de la espada. Es decir, se convierte en un vagabundo que va de pueblo en pueblo, a lo caballero andante, desfaciendo entuertos y haciendo nuevos amigos (y enemigos). Casi todos ellos se vuelven a dar cita en este tomo especial, cuya historia transcurre 15 años después de las aventuras narradas en la serie regular.
En Senso, Usagi está al servicio del señor feudal Noriyuki en una decisiva batalla contra las fuerzas del malvado señor Hikiji (quien, por cierto, es el único personaje con aspecto humano en este universo de animales antropomorfos). En la batalla también participan su sus amigos Gen y Lady Tomoe, y también el joven Jotaro, hijo de Usagi, aunque sin saberlo aquél. En medio de la refriega aterriza en el campo de batalla un extraño objeto de metal caído del cielo, del que salen disparados “rayos de luz ardiente” y unos enormes monstruos de tres patas, que diezman a los soldados resultantes.
Nos encontramos, sin ir más lejos, con una representación de la invasión alienígena pergeñada por el escritor H. G. Wells en su “La Guerra de los Mundos”, pero que esta vez transcurre en el Japón feudal. ¿Cómo ven los antiguos guerreros del siglo XVII estas terroríficas máquinas? ¿Cómo se enfrentarán a ellas con la arcaica tecnología de que disponían? ¿Quién sobrevivirá a la batalla final?
El autor Stan Sakai se lía la manta a la cabeza con una historia que no por disparatada deja de estar narrada con un gran realismo y capacidad de convicción (no desvelaremos el enorme WTF del final del quinto número para no arruinarle la sorpresa a nadie). Sufrimos cada minuto de esta guerra y lamentamos cada una de las muertes. Sería el equivalente a los números especiales de “El fin” que publicó Marvel Cómics para algunos de sus personajes. La historia sirve de enlace entre las aventuras de la serie regular de Usagi Yojimbo y su contrapartida futurista de Space Usagi (también publicada en nuestro país por Planeta Cómic).
Es difícil decir nada malo de Usagi Yojimbo. No sólo es uno de los mejores cómics de samuráis que jamás se han hecho, sino que me atrevería a ponerlo en un top ten de mis cómics favoritos. Sakai hace gala no sólo de un estilo de dibujo fácilmente reconocible y de una narrativa envidiable, sino que sus historias están llenas de acción y emoción a partes iguales, con personajes de los que te encariñas desde el primer momento, y secundarios cuya aparición siempre es motivo de celebración. Echo de menos a la Cabra Solitaria y su hijo, o al cerdo ciego Zato Ino. Son personajes que, aunque basados claramente en otras creaciones, una vez han pasado por el lápiz de Sakai, adoptan una personalidad propia y uno les acaba cogiendo cariño.
Si bien todas las historias de Usagi Yojimbo son altamente recomendables para todos los públicos, ésta en particular supone un peculiar entretenimiento y una curiosidad para los fans del conejo samurái, la ciencia ficción y los buenos cómics en general.
