Los crossovers intereditoriales en el cómic son algo razonablemente frecuente dentro del género superheroico, e incluso en las franquicias literarias y cinematográficas. Hemos visto a los Jóvenes Titanes compartiendo páginas con los X-Men, a Batman con los Aliens, a Superman con Tarzán, a Robocop con Terminator, a Marshal Law con Hellraiser… No son tan comunes, en cambio, en las obras de autor, aunque algún caso ha habido, y con obras de autor no nos referimos a Spawn o Youngblood. Quizás en este tipo de cruces podríamos mencionar los encuentros entre Usagi Yojimbo y las Tortugas Ninja o entre Grendel y Batman. Así que cuando se anunció que el año pasado vería la luz un cruce entre Universo Sandman y Locke & Key, muchos recibimos la idea con interés pero con prudencia. Ahora, ocho meses después de terminar su publicación original, conjunta entre DC e IDW, nos llega una edición en castellano de la mano de ECC. Vamos a ver qué nos encontramos en Al Infierno.
Al Infierno nos lleva a la mansión de la isla de Lovecraft a principios del siglo XX, poco después de la Gran Guerra. Jack Locke se quitó la vida tras la muerte de su madre, lo que le condenó al infierno. Años después, su hermana Mary, intentando salvar el alma de su hermano y curar emocionalmente a los que quedan vivos de su familia, acude a Wych Cross, esperando que el hombre más malvado del mundo y ocultista de prestigio, Roderick Burgess, pueda ayudarle. El pacto es una entrevista con la entidad que éste tiene capturada en el sótano de su casa a cambio de una de las llaves de la familia Locke. Mary consigue entrar en el Sueño, en esos años que pasaron entre la captura de Morfeo y su posterior liberación, ambos momentos vistos en The Sandman nº1. A partir de ese momento, nos encontraremos con todo el plantel de personajes secundarios de la serie de Neil Gaiman, como Caín, Abel, Lucien o El Campo del Violín, además de grandes antagonistas como El Corintio (aunque técnicamente lleva fuera del Sueño desde 1920) o el mismísmo Lucifer.
Como es de esperar, el tono de Al Infierno es más cercano al de Locke & Key que al de Sandman. El equipo creativo es el mismo que el de la serie de las llaves, y eso se nota. Pero también es cierto que el respeto con el que trata a las creaciones de Gaiman es casi reverencial, lo cual es de esperar siendo The Sandman una influencia abiertamente reconocida por Joe Hill y Gabriel Rodríguez. El acercamiento a la icónica serie de Vertigo es impecable, integrando ambos universos de una forma totalmente orgánica como si hubieran coexistido de forma natural desde sus orígenes. Veremos aquí y allá guiños a Sandman, como la visita al infierno con Etrigan de guía o el papel del Campo del Violín, y Hill se permite rellenar huecos no revelados previamente, como la llegada de algún personaje al mundo de la Vigilia.
Las sensaciones que deja Al Infierno es muy similar a las que provocó en su día Sandman Midnight Theatre, el cruce de Morfeo con Wesley Dodds allá por 1995. No en vano, ambas historias están ambientadas en un mismo marco temporal, el Periodo de Entreguerras, y no es descartable en absoluto que Hill tomara aquel prestigio como referencia para el planteamiento de este crossover intereditorial. También ambas comparten un importante lugar en los acontecimientos en la vigilia: la mansión de Roderick Burgess.
Gráficamente, los que hayan leído anteriormente Locke & Key ya saben lo que se van a encontrar. Gabriel Rodríguez hace un trabajo auténticamente espectacular, en la línea de lo que hizo en la serie principal, con una sensibilidad onírica que le viene como anillo al dedo al mundo creado por Neil Gaiman. Se complementa a la perfección con el colorista Jay Fotos, que resalta con su trabajo determinados momentos de la narración, además de utilizar diferentes paletas según el entorno en el que esté teniendo lugar la acción.
Por poner algún pero, habría que señalar que el material incluido en el tomo de ECC son los dos últimos números de un arco argumental de nueve números, publicados entre 2011 y 2021, llamado Golden Age. Cierto es que el primer número del tomo arranca con un resumen en texto de lo ocurrido en los números anteriores, y es más que suficiente para poner en contexto a los lectores de Universo Sandman que no sigan Locke & Key, aunque unas ciertas nociones básicas de ambas series -más de Sandman que de Locke & Key, ciertamente- son necesarias para comprender la trama.
En resumen, el primer crossover intereditorial de Universo Sandman ha sido todo un éxito, creativamente hablando. Totalmente satisfactorio para los lectores de las dos series implicadas, y si algún lector sigue una y no la otra, servirá de punto de entrada a una historia que, en ambos casos, le proporcionará momentos de lectura memorables.
