Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Una carta de adiós a Fábulas

fabulas_num23

Fábulas se va.

Una de las más prodigiosas sagas del mundo del cómic llega a su final. Parece increíble la cantidad de tiempo que lleva en activo, siempre manteniendo un gran nivel de calidad y de excelencia. Si volvemos la vista atrás sería casi imposible llegar a contabilizar todas las aventuras que han vivido sus protagonistas, los giros que ha ido dando la trama y el cómo hasta este último adiós ha encajado todo a la perfección.

Nada dura para siempre y esta colección no podía ser una excepción. Aunque una ocasión tan especial requiere que todos los artistas de la función salgan a saludar, no falta nadie, todos tendrán su pequeño momento de gloria ya sea dejando claro que sus vidas van a continuar o enseñando al lector un breve vistazo del futuro por venir (en ocasiones con sorprendentes resultados, pero es lo que tiene la fantasía, que no tiene límite).

¿Realmente importa qué se narra en este último tomo? La resolución de todo lo que se había contado hasta el momento, nada más. Lobo regresa (en más de un sentido), Villa Fábula se convierte en un símbolo que ya no existe, Papa Moscas demuestra una vez más ser un gran Rey y Ambrose Feroz vuelve a ser por un última vez el miembro más entrañable de la camada de monstruitos.

Esto y mucho más, claro. Pero decir que realmente esta publicación de ECC Ediciones versa sobre esto sería una mentira y hacer un flaco favor a la obra. Lo cierto es que hay mucho más, todo un subtexto presente a cada página que solo está a la vista de los que hayan seguido la serie y sepan entender todo lo que están leyendo. Es cierto que si no sabes de qué va bien puedes abrir las páginas y dejarte disfrutar del espectáculo, los artistas detrás de todo se han encargado de que así sea pero solo lo harás de una forma superficial.

¿Tanto ha pasado desde el primer número?

¿Tanto ha pasado desde el primer número?

Ese ha sido precisamente el acierto que siempre ha tenido Fábulas, no ser solo un montón de viñetas llenas de aventura (que también), si no dejar que un buen montón de detalles e ideas rondando por el fondo, a la altura de todo el que quiera cogerlas y saborearlas. Una historia que poco a poco se va desenredando igual que una madeja de lana, y espero que perdonéis el tópico pero ha sido así. Los personajes evolucionaron y cambiaban, igual que sus circunstancias y con el paso del tiempo fueron haciéndose más humanos, crecieron y dejaron de ser los seres planos que todos vimos en ese ya tan lejano (y visto hoy extraño) primer volumen que no dejaba de ser un cómic detectivesco más que la epopeya épica en que se tornaría más adelante.

No es un final feliz y no comen perdices, tampoco es tan oscuro como los recopilados por los hermanos Grimm, solamente es un final. No un final de cuento de hadas y tampoco el final de un cuento de terror gótico, género al que en más de una ocasión se ha acercado la saga.

Es un final.

Simplemente.

Un cierre que no termina poniendo fin. ¿Realmente puede terminar una fantasía?

Y esta débil y humilde ficción no tendrá sino la inconsistencia de un sueño, amables espectadores, no nos reprendáis; si nos concedéis vuestro perdón, nos enmendaremos…

Puck, El sueño de una noche de verano – William Shakespeare.

Fables_150_3