Saludos, queridos lectores. Estuve yo hoy buscando un hechizo creador de reseñas en mi grimorio personal, pero no he encontrado nada. Así que tendremos que reseñar Un hechizo conflictivo a la antigua usanza. Con pluma y tinta.
Así que he rellenado el tintero con tinta de kraken, mi mejor pluma de sirena y me he puesto a…
-Eh, perdona, Lamastelle-san…¿Pero las sirenas no tienen escamas en vez de plumas?
-Naaa, eso las modernas. Yo guardo la pluma que me regaló una amiga sirena de cuando cazábamos aqueos por el Mediterráneo.
(Nota del Editor: Mirar la ficha de Lamastelle y ver que edad tiene realmente…)
Pero a lo que íbamos, que me distraigo. Hoy hablaremos de la obra de una de esas autoras españolas de los años 60 y 70 que creaban para los mercados europeos y estadounidenses. Ah, los tiempos de las Agencias. Tengo que liar un día a los demás torteros para que hagan un podcast sobre eso.
Trini Tinturé es una de esas personas que creaban de forma no reconocida. Vemos su trabajo en este tomo de Dolmen y vienen a nuestra cabeza aquellas grapas de Joyas Ilustradas. Vemos a sus chicas y pensamos que ya las conocíamos desde hace muchos años, pero sin saber quién era su creadora.
En cierta manera, podemos disfrutar de esta obra de dos formas: como la obra que es y como un retorno a tiempos de juventud donde devorábamos todo lo que caía en nuestras manos.
¿Significará eso que solamente los lectores y lectoras de mayor veteranía pueden disfrutar de estas historias?
En absoluto, están al alcance de cualquier lector. Hay quién podría decir que los institutos británicos son un mundo aparte para los lectores españoles. A ellos les digo, ¿decís lo mismo de las series ambientadas en institutos japoneses? Pues eso.
¿Y qué es lo que tenemos exactamente en este tomo?
Dos historias creadas para el público femenino juvenil británico. Tebeos erróneamente llamados “para niñas” porque su público eran las adolescentes. Historias integradas dentro del género de los colegios femeninos (realmente serían institutos, por la edad de las estudiantes).
Y dentro de este género, tenemos el subgénero de chicas con poderes mágicos. Lo que viene llamándose magia o brujería.
No, J. K. Rowling no inventó nada. :-).
Tendremos dos historias formadas por pequeños capítulos. Porque esto empezó dibujándose para revistas. En ésta, concretamente.
La primera de ellas, que da nombre al tomo, me ha parecido una maravillosa preciosidad. Una historia mezcla de comedia, costumbrismo e historias de instituto. Con unos toques de magia blanca puros y hasta adorables.
Resulta que Carrie Black y su madre viven muy tranquilas y felices gracias a sus hechizos y poderes mágicos. Hasta que un día aparece cierta parienta lejana y…
Con una estructura serializada que sin embargo no se hace pesada ni repetitiva al leer de golpe todos los capítulos. Y que si bien puede que nos parezca previsible, nos sorprenderá con sus últimas páginas y su resolución.
Estas aventuras y desventuras de esta joven bruja que nos hace pensar en la Sabrina de los cómics de Archie y de la serie de los noventa (si, la del gato Salem .-)) se publicó en 1980 y estaba inédita en España. Una injusticia, la verdad.
La siguiente de las historias es de 1977. Su título en inglés es Creepy Crawley (que podría traducirse como La espeluznante Crawley) y se tradujo como El broche mágico. Es una historia algo más seria y con ciertos toques de misterio y magia. Pero una magia más oscura, más inspirada en las maldiciones antiguas que en la magia del día a día que suele haber en este tipo de historias.
Se hace algo más lenta de leer. Pero esto se debe principalmente a su tono y estilo, alejado de la lectura ligera que supuso la historia anterior.
Ambas son historias que tratan de los problemas que a una adolescente le parecen el fin del mundo pero que quizás no sean para tanto. Y que tanto las lectoras originales como las actuales podrán reconocer de sus propias vidas.
Hablemos del dibujo. En blanco y negro. Un dibujo realista y que refleja personajes reales y totalmente creíbles. Salvo quizás las niñas de las trenzas. Oh, si; siempre hay niñas con trenzas en estas historias. Creo que son exigencia del guión :-). Si bien los guiones le venían escritos y detallados a la autora, los dibujos son totalmente suyos. Con toda la libertad creativa en sus manos.
Y esas manos nos ofrecen chicas y mujeres en las que las lectoras podían verse reflejadas. O aspirar a ser. Madres elegantes, chicas y amigas vestidas a la moda (o con los uniformes del colegio, claro). Cuerpos realistas y creíbles, sin concesiones a la parodia, la exageración o los ojos imposibles del shojo :-). Sé que lo acabo de decir un poco más arriba, pero lo repito.
Y hablando de ojos, la expresividad de los personajes es una maravilla. Esas miradas, esas sonrisas… llenas de expresividad y creando caras únicas y personales. Nada de rostros clonados o representando a un determinado tipo de personaje con unos rasgos físicos específicos como en otras escuelas de cómic.
Menos las trenzas, claro.
Y los detalles. No solamente los detalles de ropa, complementos y moda. Sino los pequeños detalles del mobiliario o de los escenarios. Puede que en una habitación la estantería este poco definida, pero con unas lineas podremos distinguir los libros, la muñeca, la planta que la adorna. No son plantillas sino viñetas llenas de vida y personalidad.
No quisiera dejar de comentar una cosa. A veces, sobre este tipo de historias, he oído cosas como que parecen revistas de moda para niñas. Con un gran detalle en zapatos, ropa, habitaciones llenas de adornos y complementos femeninos…
Lo mismo hacía Alex Raymond en RIP Kirby y nadie dice nada.
Ya veis que comparaciones hago, queridos lectores.
Pasemos a la edición, como por arte de magia. Junto a las historias tendremos una entrevista a la autora, obra de David Aliaga. Muy interesante y bastante larga. Tendremos también dos artículos de Ruth Bernárdez.
Y por si esto fuera poco, tendremos unos regalos de la editorial en forma de ilustraciones a color creadas por la autora cuando era joven. Y la carta que le envió Bruguera para que fuera a la entrevista de trabajo. Tendremos también unas ampliaciones a toda página de algunos de los personajes, integrados en la entrevista. Y permitiendo que nos deleitemos con la riqueza expresiva de esas chicas.
La traducción es de Cristina Bracho.
Y para terminar esta reseña os dejo el enlace a la ficha de la autora en Tebeosfera. Para que veáis más obras suyas y exploréis. Seguro que cualquier lector 90de cierta edad descubrirá que ya la conocía de antes.
¿Por qué leer Un hechizo conflictivo?
Te gustan las historias de colegios. El precioso, detallado y expresivo dibujo de Trini Tinturé. Las desventuras de Carrie Black en la primera historia.
¿Por qué no leer Un hechizo conflictivo?
Buscas unas brujas adolescentes oscuras y diabólicas.
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