Cuando Robert Kirkman decidió revitalizar las franquicias de Hasbro (Transformers y GI Joe) en un universo compartido, muchos comenzamos a frotarnos las manos. Sabíamos que Kirkman no iba a hacer las cosas de cualquier modo, y que teníamos garantizado que iba a tomárselo en serio. Pero cuando comenzaron a anunciarse los responsables de las primeras series anunciadas hubo un nombre que nos voló por completo la cabeza: Daniel Warren Johnson iba a hacerse cargo de Transformers. Si os soy sincero, como buen casi cincuentón, fui muy fan en su día de la serie de animación pero tengo que reconocer que apenas me han interesado los cómics, habiéndome acercado puntualmente sin excesivo entusiasmo. Pero… ¿qué queréis que os diga? Me compraría una serie que contase el día a día de la jornada de un administrativo de la ventanilla de un banco si la dibujara Warren Johnson. Para regocijo de los lectores, la edición de Moztros de Transformers Vol 1. Robots in disguise, se ha publicado en rústica a un precio bastante razonable, renunciando a lo que cualquier otra editorial habría optado sabiendo que con esa franquicia y ese autor la gente se va a lanzar de cabeza a comprarla… incluso no habiendo sido seguidores de la franquicia, como es mi caso.
Para más inri, este universo Energon que ya comenzara con Void Rivals como serie puente entre el resto, se permite empezar de cero, obviando el resto de etapas anteriores, que no son pocas. Por eso, esta serie comienza cuando Autobots y Decepticons retoman su lucha en un planeta extraño y lejano, que no es otro que la Tierra. Un par de jóvenes se verán atrapados en pleno conflicto y tendrán que ayudar a Optimus Prime y a sus aliados a frenar el potente ataque de unos Decepticons liderados por Starscream. Prime verá en los humanos unos aliados débiles pero con un potencial enorme, mientras que sus enemigos solo verán que son un planeta con habitante fácilmente aplastables.
El planteamiento de Warren Johnson me ha sorprendido y mucho. En primer lugar, tiene un tufillo ochentero que conecta con los lectores de mayor edad que tenemos un vínculo fuerte con la serie o película de animación. De hecho, el dibujo de los Transformers es especialmente fiel con esa versión de los personajes, con esos diseños angulosos y cúbicos que, con el paso del tiempo se fueron suavizando y haciendo más aerodinámicos. Pero si algo me ha impresionado es ver el toque tan violento y hasta gore que tiene la historia. Lejos de esas historias más sencillas e infantiles originales (no olvidemos que fue una serie que surgió a partir de unos juguetes para niños).
Este arco argumental de 6 números me ha parecido absolutamente magnético. En primer lugar, y gracias a ese toque más violento que tiene la serie, presenta a unos villanos que suponen una verdadera amenaza. Que nadie espere al típico enemigo de opereta que amenaza mucho pero apenas supone un peligro para los protagonistas. Los Decepticons se aprovechan de la debilidad inicial de los Autobots y pretenden destruirlos, sin necesidad de perder el tiempo en discursos que den tiempo a recuperarse, ni a ataques que permitan presentar batalla. No, sus ataques son despiadados, y vamos a ver peligrar de verdad la integridad de los héroes.
El dibujo de Warren Johnson merece poca presentación a estas alturas, pero sí hay que aplaudir el dinamismo que tiene, a pesar de esa intención de respetar los diseños originales, que juegan en contra de la plasticidad de su dibujo. A ello contribuyen unos efectos de rotulación, completamente integrados en el dibujo, así como el llamativo y satinado color de Mike Spicer. Una historia tan excesiva como esta merece un color con paletas intensas, que acaparan la mirada en esas escenas de luchas distorsionadas por una sobrecarga de líneas cinéticas, onomatopeyas intrusivas y metal que salta por todos sitios. Una pasada, en serio, de hecho no es por nada que haya ganado la semana pasada mismo los premios Eisner a mejor autor completo para Daniel Warren Johnson y a mejor serie regular.
En definitiva, Transformers Vol 1. Robots in disguise es un regalo para los seguidores de la franquicia, pero también lo es para cualquier lector de cómics fantásticos o de superhéroes. Con un ritmo brutal, huevos de pascua que nos harán cantar y onomatopeyas que harán que escuchemos aquellos efectos de sonido de la serie de animación, es de esos cómics que hacen afición, lo he disfrutado muchísimo. Si nunca te han interesado esos robots que se convierten en vehículos, no te preocupes, está pensado para poderse disfrutar sin necesidad de conocer nada de los personajes, e incluso sin necesidad de haber leído previamente Void Rivals. Evidentemente, se van a comprender mucho mejor algunas cosas si conoces a los personajes, de hecho tenemos a cierto piloto con un apodo que nos ha sacado la sonrisa a los seguidores de GI Joe, y que anuncia que no va a ser la última vez que sepamos de él, pero la serie se puede disfrutar de cualquier modo. La pena es que a partir del siguiente tomo, Warren Johnson pasa a funciones exclusivas de guion, aunque en compensación, el artista elegido para el dibujo me parece muy compatible con el dibujo de este primer tomo: Jorge Corona (Middlewest, Soy quien amas en la sombra).
Lo mejor: Una lectura magnética y épica. Puedes acercarte a este universo sin miedo a no entender nada, contiene toda la información necesaria. Daniel Warren Johnson, que no falla una.
Lo peor: Las portadas solo se recogen recopiladas al final del tomo, sin separación entre números.