Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Tomando un Chiriflus: Todas Putas

No nos engañemos, el título que adorna tanto este texto cómo la novela gráfica de la que vamos hablar, es un movimiento puramente comercial. Una manera simple y traviesa de llamar la atención las historias escritas por Hernán Migoya, que gracias al mismo, obtuvo una desmesurada publicidad, casi toda negativa, pero publicidad al fin al cabo, que llevó a ser un éxito de ventas al libro Todas Putas en 2003.

Una vez cerrada la supuesta polémica, centrémonos en lo realmente importante, las quince historias que componen este tomo publicado por la editorial Dibbuks, llevadas a la viñeta por quince artistas femeninas, coordinadas por la ilustradora Carla Berrocal.

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En las páginas de Todas Putas, vemos el arte de artistas consagradas y nuevos valores gráficos, empezando por la misma Carla Berrocal, Sheila Alvarado, Patricia Breccia, Natacha Bustos, Olga Carmona, Cristina Daura, Irati FG, Ana Galván, María Herreros, Gemma Araceli Horcajo, Andrea Jen, Mamen Moreu, Ana Pez, Irene Roga, y Clara Soriano, todas ellas con recursos y estilos muy diferentes, que resuelven con solvencia la difícil papeleta de adaptar estos relatos cortos escritos por Migoya, en una obra colectiva que no resulta del todo redonda, causada por la variedad de géneros utilizados, que por motivos obvios no llegan a entrelazarse con fluidez entre si, pero termina siendo su mayor virtud. No hay una necesidad de seguir un mismo hilo conductor en todas las historias, cómo del mismo modo, no todos los lectores son iguales y poseen los mismos gustos.

Estos relatos, protagonizadas en su totalidad por mujeres, nos muestran las miserias, la realidad, los sueños y las pesadillas que pueden tener en cualquier momento una mujer real desde el punto de vista de Hernán Migoya, ya que es así cómo entiende la figura de la mujer, ya sea en un relato intimista o en un relato onírico o ambientado en un futuro algo robotizado (y alocado), encarando el problema a resolver por la protagonista de una manera tan diferente según la situación o el momento.

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Las sensaciones que un hombre u otra mujer al relacionarse con una figura femenina, se entienden cómo una metáfora crítica de la sociedad; una sociedad un tanto absurda e hipócrita, que está más obsesionada con ser tan sumamente correcta, que olvida reírse de si misma o simplemente reflexionar para no caer en el error. Esta es la meta que busca y encuentra Todas Putas.

No voy a mentir al decir que el sexo, la violencia física y verbal (incluso psicológica), están presentes en estos relatos, pero son una herramienta más para narrar aquello que se quiere contar, no el enésimo exabrupto misógino de turno. También el humor más extravagante, sazona viñetas en situaciones tan cotidianas e inusuales que bien podrían estar protagonizadas por una conocida tuya.

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A pesar que exista una norma no escrita que un tebeo realizado por una mujer debe ser de una determinada forma (no todo debe ser Esther y su Mundo o cualquier Manga romántico para quinceañeras), Todas Putas, rompe esa barrera, ya que se muestra tan cruel y vivo, que escapa de los cánones establecidos para agradar a la lectora o lector esporádico en una obra dirigida a todo el público.

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Y que conste, creo que las mujeres están Todas Locas.

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