Vivimos en una época en que consumir música se ha convertido en algo redundante y simbólico, un mero trámite para poder entrar en un círculo social o lograr un número significativo de seguidores en cualquier red social. Por ello, encontrar una obra gráfica llamada Red Rocket 7, significa para los amantes de la música, un foco de salvación.

Encarar Red Rocket 7 es fácil si escuchas, si comprendes, y sobre todo, si conoces la historia de los creadores y de la misma concepción que hace posible las canciones.

Mike Allred crea una especial Opera Rock, conducida por una entrometida periodista (pequeño guiño a Lois Lane), entremezclando aquello que más le apasiona: la Música y la Ciencia Ficción, para narrar el origen del Rock&Roll (de la música popular o Pop), desde su propia visión creativa.

Tras huir de las garras de los Enfinitos, Red Rocket, ayudado por su robot guardián, consigue clonarse para salvar su vida y continuar su misión (que al final se desvela un tanto Mesiánica), dejando libre a sus siete clones por la América de los Cincuenta, a modo de cebo para sus perseguidores.

Cada clón posee una de las cualidades del Rocket original, teniendo el séptimo clón la creatividad y curiosidad de su “padre”, que le llevará a iniciar un viaje de libertad y conocimiento hacía la historia del Rock&Roll, terminando siendo participe de gran parte de ella: ayuda a Little Richards en su lucha racial; enseña a Elvis su peculiar movimiento de cadera; lleva la nueva música hacía Inglaterra; será espectador de excepción de la ascensión de los Cuatro de Liverpool, Los Beatles; creará su propio grupo; encontrará el amor y será víctima de las modas y estilos del Pop; descubrirá las drogas psicodélicas y tendrá su primera crisis de identidad, al no ser capaz de asimilar la muerte de amigos, pero sobre todo de su primer amor a manos de sus enemigos galácticos.

Celebrará penas y glorias con los Rolling Stones, Led Zeppelin, Bob Dylan, Jimmy Hendrix; será la inspiración con sus historias de fantasía a un joven David Bowie y su alter ego, Ziggy Stardust, en plena vorágine del Glam, pero que no verá culminar, al huir con sus hermanos clones del planeta durante casi dos décadas, para volver en la década de los Noventa, en plena explosión musical tras la muerte de Kurt Cobain.

Este recorrido por parte del Siglo XX, es un canto de amor por aquellas épocas que más inspiraron a Mike Allred, dentro no solo en su educación musical (su propio grupo y él mismo aparecen en estas páginas), sino gráfica y cultural, de ahí que en los momentos más oníricos, el descubrimiento de la raza extraterrestre de Red Rocket, recuerde a novelas de los maestros del género de ciencia ficción, cambiando el tono de la historia, para mostrar que no todo debe ser inamovible, sino voluble, para marcar un nuevo paso en la evolución de la sociedad.

Se echa en falta un recorrido con el boom de la música Disco, el movimiento Punk y Grunge, el Studio 54 de Andy Warhol, el Tecno-Pop y el éxtasis del Vídeoclip en los Ochenta, pero esto no deja de ser una historia de Ciencia Ficción con toques psicodélicos del pupilo más indie y pop de Jack Kirby.

Relato repleto de referencias, detalles musicales, sorpresas en cada una de sus viñetas, en un viaje de descubrimiento de un individuo que trata de encontrar su propio lugar en el mundo, con su único amor, su guitarra eléctrica.

Y una pistola de rayos láser.